WASHINGTON
Estados Unidos se sumó este martes a los esfuerzos internacionales por crear en el océano Pacífico un enorme santuario marino y prometió dar pasos "históricos" para combatir la pesca ilegal.
Tomando la batuta en el difícil esfuerzo por salvar los océanos, el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó a su gobierno trazar un plan para declarar zona vedada un amplio sector del Pacífico que quedaría libre de pesca o explotación de recursos energéticos.
Esta expansión de la actual reserva marina estadounidense llamada Pacific Remote Islands (islas remotas del Pacífico) significará, al sumar su área a la de otros santuarios de otros países, como Cooks y Kiribati, una enorme zona de 3 millones de km2 vedada a la pesca y las perforaciones.
"Todos sabemos lo frágil que puede ser nuestro planeta", dijo el mandatario al abrir el segundo día de una conferencia clave sobre los océanos del mundo.
Líderes de más de 80 países se reunieron en el Departamento de Estado para esta conferencia de dos días en la que también participan científicos y expertos de la industria pesquera, con la idea de bosquejar un plan de acción para limpiar los océanos.
En total más de $1.800 millones han sido prometidos para ayudar a combatir la contaminación, la acidificación y la sobrepesca, siendo que $1.000 millones provendrían únicamente de Noruega.
"El aumento de los niveles de dióxido de carbono está haciendo que los océanos se acidifiquen. La contaminación pone en peligro la vida marina. La sobrepesca amenaza a todas las especies, así como a la gente que depende de ellas para alimentarse y mantener su estilo de vida", dijo Obama en un discurso grabado en video.
El presidente ganó el apoyo del actor Leonardo DiCaprio, un buzo experimentado, que prometió entregar $7 millones a lo largo de los próximos dos años, a través de su fundación, para financiar proyectos que ayuden a proteger los océanos.
"He visto personalmente la devastación medioambiental", dijo DiCaprio en la conferencia, en la que se refirió a dos inmersiones que hizo en el arrecife coralino de Australia con 18 años de diferencia. "Lo que antes lucía como una utopía submarina infinita, ahora está lleno de corales descoloridos y enormes zonas muertas".
Los ecologistas recibieron con buenos ojos el plan de Obama de luchar contra la pesca ilegal. "Esta iniciativa es una solución práctica para un problema tremendo y cambiará para siempre la manera en que pensamos en nuestra alimentación marina", dijo Beth Lowell, director de campaña de la organización Oceana.
Un estudio reciente descubrió que entre 20% y 32% de los alimentos marinos no procedentes de criaderos importados por Estados Unidos en 2011 provenían de la pesca ilegal.