Nueva York
Durante la era de los dinosaurios, la mayoría de los mamíferos eran diminutos y pesaban por lo general menos de medio kilo. Un reciente hallazgo paleontológico dio con el cráneo de un mamífero de Madagascar comparativamente enorme, que habría pesado casi 10 kilos.
"Era un monstruo. Parece una marmota gigante ” , comentó el paleontólogo David Krause, de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook y director del equipo que hizo el descubrimiento.
Es el segundo mamífero más pesado que se conoce de la era de los dinosaurios –desde hace 250 millones de años hasta hace 65 millones de años–, y el más masivo de ese período en el hemisferio sur.
Krause opinó que la criatura pudo medir de 50 a 60 centímetros de largo y vivió en algún momento hace 66 a 72 millones de años.
Krause y colaboradores dieron a la criatura el nombre Vintana sertichi.
El primer término, que significa “suerte” en el lenguaje de Madagascar, fue escogido porque el cráneo apareció inesperadamente. Cuando los científicos realizaron una tomografía computarizada de un enorme bloque de arenisca en busca de fósiles de peces, “encontramos esto que nos estaba mirando ” , afirmó Krause. “ Nos quedamos asombrados ” .
El segundo término es un homenaje a Joseph Sertich, ahora curador en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver, que recogió el bloque en el 2010.
El cráneo de 12,5 centímetros de largo da a los científicos el primer atisbo de un grupo de mamíferos del antiguo hemisferio sur denominado Gondwanatheria, que solo se conocía por algunos dientes aislados y trozos de mandíbula. Estas criaturas se extinguieron hace muchísimo sin dejar descendientes.
Los restos encontrados permiten a los científicos visualizar cómo era la cabeza de este mamíifero: el cráneo es grande en comparación con el largo y el cerebro estaba inclinado en un ángulo extraño no visto en otros animales. Las órbitas de los ojos son grandes.
Los análisis sugieren que Vintana era herbívoro y ágil con buena vista y un sentido desarrollado del olfato.
“Habría sido un buen bocadillo para un dinosaurio ” , conjeturó Krause.
La investigación fue publicada en el número más reciente de la revista Nature.