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Mientras las autoridades del Líbano y civiles voluntarios buscan sobrevivientes y cadáveres en las cercanías del puerto de Beirut, en el mundo se levanta un debate sobre si la explosión que hizo volar gran parte de la ciudad fue un ataque o un accidente.
La versión oficial sostiene lo segundo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en que pudo tratarse de un ataque.
Antes del estallido, los periodistas describían a Beirut como “una ciudad sin vida”, donde la esperanza de los jóvenes hacia el futuro estaba en la migración y no en su propio país.
A continuación explicamos lo sucedido con contexto, y exploramos si el aparente accidente pudo ser más bien un golpe deliberado.
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Ojo: para este viernes 7 de agosto estaba programado el anuncio del veredicto por el caso de asesinato del primer ministro libanés Rafic Hariri, fallecido el 14 de febrero del 2005 en un atentado con coche bomba. Cuatro miembros de Hezbolá --que forma parte del gobierno libanés-- podrían resultar culpables por este hecho. Expertos no descartan una posible relación entre el anuncio del veredicto y la explosión en el puerto de Beirut, una zona vibrante por el comercio y los negocios cercanos. Debido a la explosión, las autoridades judiciales del Líbano pospusieron este anuncio histórico y la nueva fecha, por ahora, es el próximo 18 de agosto de 2020.
Ojo 2.0: Hezbolá es un partido político musulmán chiíta del Líbano que opera de forma política (hace parte del gobierno) y de forma paramilitar.
Los hechos
--El martes 4 de agosto, una explosión masiva en el puerto de Beirut, capital de Líbano, destruyó el lugar y estremeció a toda la ciudad con una onda expansiva que se sintió hasta Chipre, una isla ubicada a más de 250 kilómetros de Líbano.
--Por ahora, las autoridades contabilizan al menos 149 muertos y unos 5.000 heridos, pero los cuerpos de rescate oficiales y cívicos continúan en labores de búsqueda para determinar un número exacto.
--El gobierno libanés, dirigido por el primer ministro Hassan Diab, dijo que la explosión habría sido causada por un incendio en almacenes del puerto que contenían unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio, un compuesto químico inestable que suele ser utilizado en agricultura como fertilizante, pero que también se usa en bombas, minas y canteras.
--Diab también prometió que habría justicia ágil y que esta tragedia humanitaria no quedaría impune. “Prometo que esta catástrofe no se quedará sin responsables. Aquellos que sean responsables pagarán el precio”.
--Este 5 de agosto, oficiales de las autoridades portuarias fueron puestos bajo arresto domiciliario mientras se desarrollan investigaciones.
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Beirut este 6 de agosto 2020, dos días después de la explosión que arrasó con el puerto de la ciudad y múltiples barrios alrededor. Foto: Patrick Baz / AFP (PATRICK BAZ/AFP)
Por qué podría ser un atentado
Porque el nitrato de amonio también es usado para la creación de explosivos. Y porque algunos de los conocidos accidentes con este químico todavía no logran sacudirse las sospechas de que dichas explosiones no fueron accidentales sino provocadas, como veremos luego con el caso de Tolosa, Francia, en el 2001.
Además, en no pocos ataques terroristas se ha usado el nitrato de amonio para generar explosiones:
--En los años 1970, tanto el Ejército Republicano Irlandés Provisional como la Fuerza Voluntaria del Ulster usaron coches bomba con nitrato de amonio.
--También las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) han usado este químico para explosiones, así como ETA, la organización terrorista del País Vasco español.
--En 1995, el atentado de Oklahoma City, Estados Unidos, en el que murieron 168 personas y casi 700 resultaron heridas, se dio por un camión bomba que usó explosivos de nitrato de amonio mezclado con combustible y nitrometano.
--En 2011, en el atentado de Oslo, Noruega, en el que murieron ocho personas por la explosión de un coche bomba, el terrorista Anders Behring Breivik usó nitrato de amonio para hacer el explosivo.
La noche de este 5 de agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, repitió su sugerencia de que la explosión en Beirut pudo ser “un ataque” deliberado.
“Sea lo que sea que ocurrió, es terrible, pero ni ellos (autoridades libanesas) saben realmente qué es. Nadie lo sabe. ¿Cómo puedes decir ‘accidente’ si alguien dejó materiales explosivos por ahí? (...) Fuese o no una bomba intencionalmente activada, terminó siendo una bomba”, dijo Donald Trump.
Consultado sobre el tema, Carlos Murillo, doctor en Gobierno y Políticas Públicas, y experto en Relaciones Internacionales, considera que es difícil que lleguemos a saber realmente si la explosión fue o no intencional.
“Es una pregunta difícil”, valora Murillo. “Tiene más cara de accidente y de descuido, como argumenta el gobierno. Se sabe que este material es altamente inflamable. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este viernes la corte penal anuncia la sentencia en el caso del exprimer ministro Hariri y que las protestas ciudadanas han aumentado, por lo que bien podría tratarse no de un atentado terrorista, sino de un incendio intencional para provocar la caída del gobierno. La fragilidad del gobierno y del país en general; la presencia de Hezbolá y de los grupos de refugiados sirios conduce a que el gobierno tenga poca credibilidad y muy escaso control”.
De hecho, este 6 de agosto, las protestas ya cobran protagonismo en Beirut.
La explosión ocurre en medio de tensiones sectarias mientras se espera el veredicto sobre el asesinato del primer ministro Rafic Hariri en el 2005. Cuatro miembros de Hezbolá son sospechosos y están siendo juzgados por asesinato. Y Hezbolá es parte del gobierno libanés. Un veredicto que los encuentre culpables podría amenazar las de por sí frágiles relaciones en la estructura política libanesa.
Las aproximadamente 2.750 toneladas de nitrato de amonio que el gobierno libanés señala como las responsables de la explosión llegaron al puerto de Beirut en el 2014, a bordo de un barco carguero privado de dueños rusos. Llegaron en una parada improvisada, ya que el material debía ir a Mozambique. Mientras en el navío se lidiaba con problemas de impago de sueldos a la tripulación y no había dinero para atravesar el Canal de Suez, el capitán eligió atracar en Beirut para obtener una carga adicional de maquinaria pesada y, con esta, el dinero para seguir su rumbo. Sin embargo, la maquinaria no alcanzó en el de por sí cargado barco, y cuando el Rhosus --el nombre de la embarcación-- no pudo continuar pagando los impuestos portuarios, las autoridades libanesas confiscaron el buque comercial.
Entre el 2014 y el 2017, oficiales portuarios libaneses buscaron apoyo para el manejo adecuado del nitrato de amonio, según registros públicos. Entre las posibilidades, estaba donar este material para fertilizantes agrícolas o para explosivos a otro país, o bien dárselo al Ejército del Líbano. Pero el Poder Judicial no llegó a una respuesta en seis años.
Es decir, ya sea por un mortal descuido o por algún plan extremista que Donald Trump evoca, miles de toneladas de nitrato de amonio permanecieron por seis años en el puerto de la capital del Líbano, hasta que explotaron el 4 de agosto.
“Me temo que nunca se tendrá certeza de qué pasó”, considera Carlos Murillo. “Pues esa situación del país crea un escenario en donde casi cualquier cosa puede ocurrir. Que podría haber sido planeado como algo accidental, pero que resultó mayor a lo esperado, es otro factor que podría ocultar más las evidencias de qué pasó realmente”.
Israel, que tuvo participación en la Guerra Civil del Líbano (1975-1990), que ocupó el sur del país hasta el 2000, y que también coprotagonizó un conflicto bélico en 2006 contra Hezbolá, fue el primer gobierno en manifestarse oficialmente tras la explosión.
Pocas horas tras el suceso, el ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi, se apresuró a decir: “Israel no ha tenido nada que ver con el incidente”.
Para Carlos Murillo, la pronta reacción israelí se debió a que días atrás ese país había amenazado a Hezbolá.
“Hace unos días amenazado a Hezbolá con atacar sus posiciones por las operaciones que hubo en la frontera y que ese grupo se atribuyó. Por eso tenía que desligarse de primero y más bien ofrecer ayuda”, dice el experto en Relaciones Internacionales.
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6 de agosto de 2020. La explosión en el puerto de Beirut, donde 2.700 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas, deja imágenes de destrucción que recuerdan la cruenta guerra civil de 15 años que sufrió el Líbano entre 1975 y 1990. Se estima que unas 120.000 personas perdieron la vida durante este enfrentamiento. Foto: Thibault Camus / AFP (THIBAULT CAMUS/AFP)
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6 de agosto de 2020. La explosión en el puerto de Beirut, donde 2.700 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas, deja imágenes de destrucción que recuerdan la cruenta guerra civil de 15 años que sufrió el Líbano entre 1975 y 1990. Se estima que unas 120.000 personas perdieron la vida durante este enfrentamiento. Foto: Anwar Amro / AFP. (ANWAR AMRO/AFP)
Por qué podría ser un accidente
Básicamente, porque a pesar de las sorprendentes imágenes, la de Beirut no es la primera megaexplosión en una ciudad por nitrato de amonio. Dos casos recientes ejemplifican esto:
Tolosa, Francia, 2001: La fábrica de químicos AZF de Tolosa, la cuarta ciudad más grande de Francia, explotó el 21 de setiembre del 2001 a raíz de un accidente en un almacén de nitrato de amonio. Hubo 31 muertos y más de 2.500 heridos. La fábrica desapareció y en su lugar apareció un cráter de 30 metros de diámetro y 10 de profundidad. La ola expansiva se sintió por toda la ciudad y, al igual que en Líbano, los testimonios del evento recuerdan humo color naranja en el ambiente.
(Ojo 3.0: sobre este evento algunas investigaciones siguen en pie; sobre todo de parte de familiares de las víctimas, quienes han sostenido que la explosión se trató de un atentado. Entre los fallecidos se encontró a Hassan Jandoubi, un trabajador subcontratado que, según las investigaciones, tenía nexos con un supuesto grupo islámico fundamentalista de la región. Además, vestía 4 pantalones y mucha ropa de protección. “A la manera de un kamizake fundamentalista”, anotó un inspector médico. El hecho se dio solo 10 días después del ataque del 9/11 en Nueva York).
Tianjin, China, 2015: Un almacén de contenedores en el puerto chino de Tianjin sufrió varias explosiones a raíz de un incendio el 12 de agosto del 2015. La segunda detonación hizo volar 800 toneladas de nitrato de amonio. El siniestro causó la muerte de 173 personas, la desaparición de 8 personas que se cree también fallecieron, y 800 personas más resultaron heridas. Una investigación anunció en febrero del 2016 que la explosión se debió al sobrecalentamiento de un contenedor con nitrocelulosa, y que este resultó en ocho explosiones adicionales de materiales cercanos.
En este caso, hubo censura gubernamental hacia algunos medios de comunicación y hacia publicaciones de civiles en redes sociales.
Además de estos dos casos recientes, múltiples accidentes con químicos volátiles como el nitrato de amonio han ocurrido en diferentes ciudades y países. Aquí podés examinar un listado y podés cliquear en las diferentes fuentes citadas para leer las noticias de cada caso.
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5 de agosto de 2020. Vista aérea del puerto y la bahía de Beirut, capital del Líbano, tras la explosión del día anterior. Foto: AFP (-/AFP)
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4 de agosto de 2020. Un barco incendiado tras la masiva explosión de Beirut, Líbano, el mismo día. Foto: AFP (-/AFP)
Contexto: un país en profunda crisis
La mañana del 4 de agosto, horas antes de la explosión que le dio la vuelta al mundo, Beirut y Líbano ya se encontraban en una crisis que aumentó bruscamente en el 2020, en medio de la pandemia por la covid-19. Desde marzo, de hecho, el precio de la mayoría de alimentos se triplicó, y el valor de la moneda nacional cayó un 80%.
Vox Media hace un buen trabajo resumiendo en párrafos la historia reciente de Líbano para entender su actualidad. Aquí retomamos dicho resumen y lo sintetizamos aún más, en 10 pasos.
1 -- En 1990 terminó una guerra civil de 15 años.
2 -- Para volver a traer inversores internacionales, el país decidió fijar el precio de su moneda al dólar estadounidense. El propósito era demostrar que sí era seguro invertir en Líbano.
3 -- Sin embargo, Israel ocupó el sur de Líbano hasta el año 2000, y Hezbolá luchó militarmente con Israel muchas veces. Esto alargó la inestabilidad de Líbano.
4 -- Por años, $1 equivalió a 1.507 libras libanesas. Los precios de alimentos se mantuvieron bajos por años, pero había un problema: Líbano es un país pequeño (con una superficie similar a la de la provincia de Guanacaste, Costa Rica) que no produce sus propia comida (80% de sus alimentos son importados).
5 -- En años recientes, las remesas de los libaneses que migraron y los préstamos de países aliados como Arabia Saudí se han ido agotando. Y esto ha sido acompañado por una fuerte inestabilidad política.
6 -- En Líbano hay 18 comunidades religiosas reconocidas oficialmente: 12 cristianas, 4 musulmanas, la secta drusa y el judaísmo.
7 -- Por el Pacto Nacional de 1943, el presidente del país, el presidente del parlamento y el primer ministro se dividen, respectivamente, entre las tres comunidades más grandes: cristiana maronita, musulmana chiíta y musulmana sunita.
8 -- Este sectarismo político se manifiesta en la práctica en que cada grupo busca jalar agua para su propio molino, lo cual no ayuda al desarrollo de todo el país.
9 -- En este marco, a finales del 2019, se reveló que el Estado sabía que el Banco Central libanés tenía años de llevar a cabo un esquema financiero piramidal (como el esquema de Ponzi). Según la BBC, este organismo pedía dinero prestado a bancos comerciales a tasas de interés superiores a las del mercado para pagar sus deudas y mantener fijo el tipo de cambio de la libra libanesa contra el dólar. El 7 de marzo de 2020, el país cayó en default por primera vez en su historia (la deuda del país es mayor de lo que el país puede manejar. Se cayó en el impago de un préstamo de eurobonos de $1.200 millones).
10 -- Además, en el último año el gobierno se ha visto incapaz de proveer a la población servicios básicos de forma continua. Se experimentan en todo el país cortes de luz y agua potable en un país con conexión a internet generalmente deficiente y con un sistema de salud pública muy limitado.
En un reportaje radiofónico especial desde Beirut, The Guardian describe la actualidad libanesa de esta forma:
“Beirut es una ciudad que parece haber perdido su alma. Su sentido de sí misma. A pesar de todo, en años anteriores, había cierto espíritu de ingenio; personas tratando de salir adelante y estar bien en la vida. Pero ahora es como si todo esto hubiera desaparecido en muchos niveles. Cada semana parece que hay más carteles de ‘Se alquila’ o ‘Se vende’ en Beirut. A veces solo hay luz por dos o cuatro horas. Si no tienes un generador, que es caro, no tienes electricidad. Por el momento hay comida en las tiendas, pero con precios tres veces más caros que hace un año. Hay frustración, pero también desesperanza. Es como si el sueño se hubiera ido. Parece que este país es incapaz de reconstruirse desde la guerra civil. Y que la mejor opción es migrar”.