Con la misma garra y la valentía que mostraba al jugar, Hernán Fernando Sosa se llenó de fe y de coraje para emprender una lucha feroz para aferrarse a la vida, luego de que los médicos le dijeron que le quedaba poco tiempo.
Ya han pasado 21 meses después de que recibió aquel diagnóstico y como el martes anterior fue el Día Mundial contra el Cáncer, Liga Deportiva Alajuelense y él decidieron contar su testimonio de vida, a través del programa radiofónico Corazón Manudo y de un video inspirador colgado en las redes sociales del equipo centenario.
“Uno piensa que no le va a suceder, yo he hablado con mucha gente, me han dicho: ‘tengo cáncer, estoy con quimioterapia’ y uno piensa pobre la persona que está viviendo ese momento, pero nunca piensa que le va a suceder”, comenta Sosa, quien era asistente técnico de Luis Diego Arnáez cuando le detectaron la enfermedad.
Asegura que está agradecido con la Liga y con la vida, porque en la institución rojinegra ha encontrado personas que son como ángeles para él, como el caso del doctor Alfredo Gómez.
Recordó que todo empezó un día que estaba trabajando con un equipo de liga menor y le cayó un muchachito en la pierna. A partir de eso, esa pierna se le comenzó a inflamar y Gómez decía que eso no le parecía normal, así que lo envió a practicarse un examen y como seguía sin gustarle, le indicó que se hiciera otro y posteriormente un TAC, que fue con el que apareció la presencia de la enfermedad.
Como Sosa siempre ha estado inmerso en el fútbol, le prestaba atención a la medicina, a las lesiones y más o menos no necesitaba mucha explicación sobre qué era una metástasis.
"Me metí en Internet y me puse a investigar el resultado que me habían dado. Me voy al hospital y el médico que dijo que estaba muy mal... Mal, mal, porque no solo era cáncer de próstata, sino que se había extendido al colorrectal, a la pelvis, a la columna, a las costillas y la verdad que estaba mal”, confesó.
Le estaban diciendo lo que nadie quiere oír, ni lo que nadie está preparado para escuchar. Sin embargo, su actitud y sus ganas de vivir fueron fundamentales, porque puede dar fe de que si a la enfermedad no se le declara la guerra, los resultados no son favorables.
Y en su caso, ayuda que es un hombre muy fuerte de mente. Además, entendió que a partir de ese diagnóstico tenía mucho que ganar y nada que perder.
Se fue a prácticar la gammagrafía ósea y le salió el mismo resultado que ya le habían dado.
“Pero no me preocupé, me ocupé, porque llegué a mi casa, agarré la computadora y me dije: 'Bueno, tengo que cambiar la dieta, qué es lo que me hace bien y qué es lo que me hace mal. Nunca me quedé pensando en la enfermedad en sí, porque no tiene sentido. Lo que sí tenía sentido era que me tenía que ocupar”.
En su relato, menciona que el vicepresidente de la Liga, Joseph Joseph, fue quien se hizo cargo por aparte de costearle el tratamiento, que es muy caro.
Contó que le hicieron un bloqueo hormonal y que comenzó a comer sano, siguiendo al pie de la letra todas las instrucciones.
“En todo esto prácticamente había bajado ocho kilos, a los tres meses volví al Hospital Cima y el doctor Carlos Calvosa me dice: ‘¡No puede ser!’. Yo ya había recuperado los kilos que había perdido y me sentía bien con el cambio de alimentación, donde eliminé el azúcar, la harina, lácteos, la carne roja y me hice una dieta de antioxidantes y de proteínas y empecé a recuperarme y hasta el día de hoy”, manifestó Sosa.
Con mucha serenidad en sus palabras y con la premisa de vivir el día a día, el exjugador rojinegro trasmite una voz de aliento para quienes también están en la lucha contra la enfermedad.
“Me siento bien, me hice unos exámenes en setiembre y por dicha no se extendió más, no me ha tocado ningún órgano y estoy en tratamiento. Ya no más quimioterapia, pero hablando con el doctor que me dijo que yo estaba mal y que me daba poco tiempo de vida, me dijo: ‘Solo un loco como usted se puede recuperar, porque le he dicho a muchas personas que tienen cáncer y muchos se echan a morir’, y no es eso, uno tiene que luchar contra eso", añadió.
Dijo que ante eso, hay que estar fuerte mentalmente, pensar en la familia, en los seres queridos y en que se quiere seguir viviendo.
“Yo lea digo a todas las personas que me preguntan que aquí sigo robándoles el oxígeno a ustedes porque me siento bien de energías, mentalmente, de salud bien. Es como si yo no hubiese pasado por nada de eso, pero sí tuve personas que me han ayudado mucho. Los jugadores de Liga Deportiva Alajuelense siempre con ese apoyo que se comunican conmigo”.
Otros lo llaman frecuentemente como Johan Salas, Cristian Oviedo, Javier Delgado, Luis Diego Arnáez, Víctor Reyes y Marvin Vega, entre otros.
“Todos están pendientes de mi evolución de la enfermedad y eso a uno le levanta el ánimo. Si vos estás con un ánimo positivo, siempre te vas a sentir bien y la enfermedad la voy a tener, porque siempre voy a estar con el cáncer en mi organismo, pero no ni para adelante ni para atrás, ahí está estancada”.
Insistió en que cambiar los hábitos alimenticios fue clave para él, algo que no le costó porque desde su etapa como futbolista siempre fue disciplinado, aparte de que no fuma y no toma licor.
“En mayo van a ser dos años (del diagnóstico). Le dije yo al último urólogo que vi que si tenía ocho meses de vida y me respondió no, que mucho menos. Pero en ese momento no me afectó. Yo lo tomé con total naturalidad y yo dije: ‘Bueno, así como vino, se tiene que ir, tengo que revertir eso’. Llegué a mi casa y no le dije nada a la familia”.
Como parte de su testimonio, mencionó que la situación era tan seria que su organismo no retenía líquidos, así que prácticamente no podía ingerir líquidos ni comer.
“A los diez días de comenzar el cambio alimenticio, del bloqueo hormonal, yo ya andaba en la calle, pero siempre con la misma dieta y hasta el día de hoy. Se me hizo un hábito y sigo con eso. Yo sé que a veces comprar todas las frutas que uno requiere es un costo, pero es necesario y es para el bienestar de uno”.
Por su propia historia, Sosa es una voz autorizada para enviarle un mensaje a todas aquellas personas que han sido diagnosticadas con cáncer y dice que la recomendación que hace es que hay que conocerse el organismo.
“Yo tenía un pequeño dolorcito y era permanente y yo no le hice caso. Yo me sentía bien, con energía y todo, no hacía caso. Hay que ir al médico y estar pendiente de uno, que si me duele esto, la uña o lo que sea, estar pendiente de eso, para si tenés cáncer, que lo tomes en el inicio, no como yo, cuando ya me había tomado casi todo el cuerpo, eso es lo principal”.
Después, señala que deprimirse está prohibido en una situación así.
“A las personas que se deprimen, eso les baja las defensas y ya no hay vuelta atrás, que eso es importante, la fortaleza mental. Cambiar los hábitos alimenticios y de higiene. Mantener el sistema inmunológico alto, que se fijen con Google. Yo lo hice y me dio resultados”.
Por eso insiste en que todo depende la mentalidad.
“Yo nunca he pensado en la enfermedad como tal, nunca. Yo llego a mi casa y hago una vida normal. La gente me dice que me ve bien, que estoy bien. Osea, están más pendientes ellos que yo de lo que tengo. Inclusive, yo les dije a mi esposa y a mi hijo: ‘No se preocupen por mí’, que voy a hacer mi vida normal, tranquilo”.
Por eso, recomienda a quienes están enfermos que deben buscar la manera de revertir la situación, como lo hizo él.
"Yo a todo mundo le digo preocúpate de tu organismo, si tenés esto, o te salió un bultito aquí o algo, vaya al médico, pero ya la preocupación ahí terminó y empezás a ocuparte de cómo salir de eso”, finalizó Sosa.