En 2022 el Ricardo Saprissa cumplirá 50 años y este martes uno de los responsables de su construcción llegó a los 100.
Don José Fabio Ovares aún guarda en su memoria pasajes sobre el nacimiento de ese lugar, considerado como su segunda casa.
El amor por el club morado lo ha marcado a él y a su familia; por eso no fue casualidad el homenaje que recibió un día después de su cumpleaños, ahí mismo, en la Cueva, donde alguna vez llegó cuando solo había cafetales.
Ovares formó parte de la junta directiva de la década de los años 60, la cual presidia don Ricardo Saprissa. Posteriormente, integró la Comisión de Construcción del estadio, entre 1965 y 1972.
La salud que evidencia actualmente le permite recordar algunos de esos momentos. Por ejemplo, cuando empezaron a buscar los terrenos donde se levantaría el reducto.
Su hija, Isabel Ovares, cuenta que su papá, y los otros miembros de la comisión, visitaron muchos lugares, pero al final quedaron dos opciones: uno en Desamparados y otro en Tibás.
“Optaron por el de Tibás, porque ofrecía muchos terrenos aledaños y porque el dueño -Juan José Alvarado- dio facilidades para pagarlo”.
En ese entonces no tenían plata para financiarlo en su totalidad, por lo que recurrieron a donaciones. La primera campaña para recaudar fondos se llamó “Vara cuadrada” y la segunda “El saco de cemento”, comentó su hija.
Parte de esos momentos los recordó don José durante la visita fugaz a la Cueva, este miércoles. También les comentó, a quienes lo acompañaron, que el estadio estaba por cumplir medio siglo de existencia.
Lucidez con la que también “sacó pecho” sobre su papel en ese proceso de siete años (entre la búsqueda de terreno y la construcción). Estuvo a punto de volver a pisar el césped, comox lo hizo muchas veces, pero la lluvia lo impidió.
De todas formas, disfrutó esos minutos, sobre todo cuando José Francisco Porras, secretario de Saprissa, le entregó la camiseta con el número 100 en la espalda.
“Estaba muy contento, lo disfrutó mucho al lado de mami (doña Flora Ramírez), su otro amor”.
Don José Fabio tenía seis años de no ir al Ricardo Saprissa, por eso aprovechó para tomarse muchas fotografías y revivir experiencias.
Son incontables las visitantes que realizó antes, muchas de ellas con sus hijos, como con Isabel, quien fue madrina del equipo entre 1966 y 1972.
La pasión por Saprissa y el fútbol fue un factor de unión familiar.
“Es intergeneracional, permanece y siempre hay tema para hablar, de Saprissa, de la Sele...”
Asegura Isabel que los nietos tienen entre sus gratos recuerdos cómo su abuelo los llevaba al estadio en una “vanette”.
Todas las aventuras con la S en el pecho también le dieron la oportunidad de participar en algunos de los actos de celebración de los 75 años del Saprissa, en 2010.
Dos años después fundó, junto a José Antonio Pastor y Carlos Incera, la Peña Morados de Cepa Guita Marín.
Hoy, con un siglo de vida y con el color morado igual de cercano como hace 50 años, se alegró otra vez en el Ricardo Saprissa.