María, personaje principal de la obra de teatro ¡Qué roja está la Luna! , está frente a los ojos del público desde el pasado jueves; ella mostrará su angustia y permitirá que los espectadores vean cuál es su triste y cruel final.
Esta producción, del grupo Teatro Universitario, fue escrita y es dirigida por Elvia Amador . Participan en el espectáculo María Antillón, como el personaje de María, y Carlos Miranda, como Woyzeck.
El texto, según explicó Amador, es una versión de la obra Woyzeck , del dramaturgo George Buchner. La diferencia es que las acciones y los hechos se desarrollan desde la visión del personaje femenino.
¡Qué roja está la Luna! se desarrolla en una época difícil, María es una mujer víctima de una sociedad desigual, que se ve obligada a usar su cuerpo como único medio para poder satisfacer sus necesidades básicas.
Todo lo que ocurre influye sobre ella, en su pensamiento, la lleva a buscar, finalmente, una salida que de alguna forma la lleve a una liberación. Al menos de esta forma, ella será libre de su cuerpo. Por eso, permitirá de forma paciente que llegue su asesino a terminar con sus días.
Reflejos. Elvia Amador escribió ¡Qué roja está la Luna! al ver cómo muchos patrones expuestos en la obra Woyzeck , que se desarrolla en un periodo cercano a la década de 1930, siguen vigentes.
Ella se sorprendió de ver cómo la violencia contra la mujer, lejos de disminuir va en aumento, incluso, como muchas mujeres aceptan la violencia como algo normal.
La dramaturga y directora va más allá de los femicidios; para ella, muchas mujeres deciden participar de algún tipo de muerte. Por ejemplo, cuando se practican alguna cirugía estética; cuando se sienten obligadas a vestir de una forma y, en general, cuando actúan para complacer miradas externas.
“El objetivo (de la obra) es que las personas hagan conciencia acerca de la importancia de accionar en sus vidas, de tomar decisiones que generen cambios y no permanecer impávidos ante alguna realidad que los aplaste”, afirmó la autora.
Como directora, Amador sabe que el mensaje que llega a cada espectador es distinto. Sin embargo, ella espera que el público se pueda ver reflejado, que se sienta cercano a lo que le ocurre a María y así, reflexione en cómo está su vida.
La obra, según la autora, está propuesta de una manera en que cada emoción es llevada al límite, un estilo que ella identificó como expresionista. La directora tiene dentro de sus objetivos crear una sensación de tensión en el público, por eso empleó este estilo de corriente teatral.
En ¡Qué roja está la Luna! siguen presentes líneas temáticas que ya son parte de las inquietudes de la creadora, como lo son los temas de género a partir de una visión personal.
La obra se mantendrá en cartelera hasta el 25 de noviembre. El texto ¡Qué roja está la Luna! se incluyó en la serie de publicaciones dedicadas al teatro Tinta en serie , y se presentará el 19 de noviembre, a las 7 p. m., en el Teatro Universitario.
Este trabajo dramatúrgico de Amador se suma a otros como Sinapsis, cuatro locas masticando a un imbécil y Antikinesis .