Roma, 25 feb (EFE).- El diseñador italiano Roberto Cavalli presentó hoy, sábado, una mujer sensual, que siente como su segunda piel el terciopelo y el damasco, en una colección inspirada en Venecia y los decorados del genial pintor español Mariano Fortuny.
Cavalli, adorado por las estrellas más "fashion" del mundo del cine y el rock, subió a la pasarela de la semana de la moda femenina de Milán sus propuestas para el otoño-invierno próximo y contó como invitada especial con la modelo Cindy Crawford.
Terciopelo y damasco para abrigos y vestidos-bata ribeteados en chinchilla y leopardo destinados a una mujer que quiere ser más sensual que sexy.
Opulencia oriental de materiales pero dejando de lado los perifollos innecesarios, se vieron tanto líneas sueltas como siluetas adherentes, sin olvidar los bordados llenos de matices y las chaquetillas de brocados y visón.
Las faldas son largas de corte sirena, y no faltan los vestidos, sobre todo para la noche, como uno de terciopelo verde con un vertiginoso escote trasero. Destacó asimismo un vestido-abrigo largo de raso negro adornado en la espalda con un gran pájaro de fuego cuya cola se deslizaba sin fin en una explosión de plumas.
La marca Menicchetti, por su parte, presentó una colección basada en el minimalismo romántico que combina la búsqueda en las formas y los materiales con la dosis necesaria de gracia y confort.
Graciosas chaquetas anudadas de forma muy femenina, que se combinan con camisetas de corte sencillo y pantalones de inspiración masculina, mientras para los abrigos elige el cachemir, en los que la "coulisse" (cordones ajustables) crea un ligero rizado.
La firma Ter et Bantine se concentra en los volúmenes y los colores oscuros, iluminados con el blanco de las camisas, que se alargan, en ocasiones hasta convertirse en vestidos.
Sobre la pasarela, pantalones pitillo, faldas largas, camisas plisadas sin mangas, chaquetas con ribetes en satén y casacas de raso con bordados en cristal o con pequeñas cadenas.
Para protegerse del frío la marca propone abrigos cortos y estrechos sin cuello, o bien capas con capuchas.
El "foulard" es la apuesta de Borbonese, que recupera este tipo de pañuelo para casi todos sus modelos. Anudado a la cintura o bajo el pecho, se lleva con faldas, camisas y hasta con los abrigos de visón.
Entre las propuestas de Borbonese las faldas cortas de tubo, pantalones de tweed y chaquetas de charol con predominio del color negro.
La línea huevo presidió la colección de Angela Missoni, que apuesta por una aire relajado, con amplios jerséis de cachemir de grandes cuellos drapeados que se llevan con pantalones rectos de raso o lana.
Amplitud en las líneas también para los vestidos, combinados con pantalones "leggings" de color carne y tacones de aguja, o bien de manga japonesa y grandes botones de madreperla en estampados de flores y ramas. EFE
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