¿Quién no ha escuchado hablar sobre los achaques? Ese conjunto de síntomas que afectan a muchas mujeres embarazadas: náuseas, vómitos, mareos, acidez estomacal, llenura...
Aunque no todas los sufren, las estadísticas demuestran que son muy comunes en los primeros tres meses de gestación y, a veces, durante más tiempo, incluso las 40 semanas de embarazo.
De acuerdo con la página electrónica MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los achaques o mareos matutinos son normales y no afectan el desarrollo del bebé en el vientre, a menos que la madre comience a sufrir deshidratación, pérdida excesiva de peso u otros síntomas que comprometan su propia salud.
Aún se desconocen las causas de los achaques. Sin embargo, se sabe que pueden ser ocasionados por cambios hormonales o por niveles bajos de azúcar en la sangre a comienzos del embarazo. El estrés o algunos alimentos también pueden empeorar este problema.
Para evitarlos, los ginecólogos recomiendan comer algunas galletas de soda o tostadas secas antes de levantarse, evitar comidas abundantes y tomar un refrigerio cada hora o cada dos horas durante el día. De igual manera, podrían recetarle a la paciente algunos fármacos para contrarrestar las molestias.
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