Se trata de un medicamento que ya es utilizado para tratar asma y otros padecimientos, pero que pruebas recientes en ratones muestran que también serviría para atender casos de diabetes, obesidad e hígado graso.
Lo que hace es inhibir los genes —IKKE y TBK1—. Al hacerlo, se logra que que juntos el metabolismo queme más calorías y almacene menos, explicó Saltiel.
Aunque los resultados ya fueron probados en ratones, los investigadores no saben si el medicamento tendría la misma respuesta en seres humanos. Seguirán trabajando en este tema.
En Costa Rica, el 60% de los ticos tiene obesidad y entre 40% y 45%, azúcar en la sangre. Sin embargo, figura aún como un país de baja mortalidad por estas enfermedades pues causan menos de 400 muertes por cada 100.000 habitantes.