Feliz, radiante y, sobre todo, cargada de energía espiritual. Así asumió Adriana Aguilar, la noche del jueves, su corona de Señora Costa Rica 2010, concurso que se realizó en el hotel Ramada Herradura.
Aguilar superó a 14 señoras más en una ceremonia que se extendió por un poco más de dos horas.
“Es sacrificado dedicarle menos tiempo a la familia para poder estar acá, pero ahora que gané no me canso de darle gracias a Dios por la bendición de poder ayudar en la causa social que desarrollan”, dijo.
El certamen Señora Costa Rica colabora con la Fundación Pro Unidad de Cuidado Paliativo y la Fundación Unidos por la Niñez.
“La fuerza con que los niños luchan cada día y el esmero de sus padres por darles lo mejor de la vida, logró identificarme desde el comienzo”, añadió.
La nueva reina de belleza habló con
Sí, creo que cuando recibí los premios preliminares (fotogénica, mejor rostro y elegancia) tuve más certeza de que sería mía, sin que esto suene a que menosprecié a mis compañeras y a sus atributos.
Uno escucha experiencias negativas en ediciones anteriores, pero este grupo marcó la diferencia. No lo digo solo yo; todas mis compañeras lo podemos demostrar.
Creo que Señora Costa Rica es un concurso más familiar, muy sano. Los otros certámenes de belleza son más competitivos y se influencian por diferentes intereses.
Me invitaron a participar y, luego, fui y averigué de la causa social del concurso. Yo soy madre y ese sentimiento me involucra más con el trabajo que me espera.
Como madre, aportaré mi experiencia a la causa. Me llegó al corazón la necesidad que hay de ayudar a los niños que no cuentan con buena salud, la fuerza con que ellos luchan cada día y el esmero de sus padres por darles lo mejor de la vida.
“Me ha hecho identificarme desde el comienzo y, ahora, solo queda ayudar en todo lo que se pueda”.
Sin duda, dedicar menos tiempo a mi negocio (Aguilar es experta en cosmetología) y a mi familia. Dejar a mi esposo y a mi hija los domingos, andar con tacones casi todo el día y hacer ejercicio. Esto último sí me costó.
Nunca me caracterice por hacer mucho ejercicio; he sido muy floja con ello, pero creo que eso fue lo que más me costó. Tuve que acostumbrarme a ir al gimnasio a las 5 a. m., de lunes a viernes, por lo menos dos horas. Ahora que gané debo ponerle, porque es una bendición el haber sido coronada y tengo una causa por la cual voy a luchar.
Sabemos que el concurso será en Corea y que debo estar allá como un mes. Yo viajaré sola. No sé más.
La comida es una de mis mayores preocupaciones, pero debo informarme y conocer más en detalle de lo que allá (en Corea) se consume.
“La búsqueda de patrocinios para el viaje también es un tema que debo tomar en cuenta y en el cual me pondré a trabajar, todo con el objetivo de entregar lo mejor de mí y hacer brillar al país”.