“El animal, en primera instancia, fue lanzado de una altura de unos 27,98 metros. Luego de que cayó en un arbusto, el gato se levantó por instinto de supervivencia y tomó dirección hacia el parqueo del sótano número dos de esa torre de apartamentos (ubicada en Curridabat).
"Caminó, al menos, 30 metros de distancia y, finalmente, llegó al parque de perros donde lo encontraron y auxiliaron. Sin embargo, pese a eso, (el gato) falleció".
Así fue como transcurrieron los últimos minutos de vida de un gato que fue lanzado desde un sexto piso de una torre de apartamentos en noviembre del 2019, pero cuya muerte trascendió a principios de agosto cuando circuló un video en redes sociales.
Según la autopsia practicada al animal, esa caída le provocó “fracturas de cadera multifocales severas, luxación de sínfisis mandibular severa, contusiones pulmonares multifocales severas y hemorragias subcutáneas diafragmáticas y pericárdicas severas”.
Por esos hechos, un sujeto, de apellidos Saborío Soto, de 29 años, fue detenido a las 9:25 a. m. de este miércoles frente a la casa de un familiar suyo en Trejos Montealegre, Escazú.
Él es sospechoso de un delito de crueldad y muerte animal, lo cual se castiga con hasta dos años de prisión, según establece la Ley de Bienestar de los Animales.
Caso resuelto en menos de un mes
El 1°. de agosto, un video donde se ve a Saborío lanzar al gato causó estupor en las redes sociales.
Conforme la grabación se iba haciendo viral, los primeros efectos comenzaban a verse: él fue expulsado del condominio en donde ocurrieron los hechos, así como también fue despedido de su trabajo.
La Policía, por su parte, también comenzó su trabajo luego de que la Fiscalía ordenara de oficio abrir una investigación penal en contra del sujeto.
Como parte del trabajo que realizaron las autoridades, estuvo realizar varias entrevistas a los condóminos para obtener más información acerca del sospechoso. Ese acercamiento les permitió identificar a las personas que encontraron al gato tendido en el piso y que le brindaron primera asistencia.
Según informó el OIJ, ellos les mencionaron que, pese a la ayuda, el felino falleció. Además, como ningún vecino reclamó al animal, decidieron enterrarlo en uno de los senderos que rodea el complejo habitacional.
El 3 de agosto se conformó un equipo interdisciplinario que incluía agentes de la Sección de Delitos Varios del OIJ, así como investigadores de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios, médicos veterinarios forenses de la Universidad Véritas y profesores de patología y de histología de la Escuela de Medicina Veterinaria Animales de Asís.
Ese grupo de trabajo visitó el sitio del suceso y el lugar en donde fue enterrado el animal.
“Como parte de los objetivos fijados con la conformación de este equipo de profesionales, estuvo el reconstruir el sitio del suceso, entender la dinámica de lo ocurrido meses atrás, así como extraer el cadáver del animal y obtener prueba contundente para la investigación”, señaló el boletín enviado por la Policía Judicial.
Según detalló esa autoridad, cuando se extrajeron los restos del animal, estos fueron introducidos en una bolsa de color blanco para cadáver y fue sellada con un marchamo de seguridad, tal como se hace cuando la víctima es una persona.
Respetando la respectiva cadena de custodia, el animal fue llevado hasta la sala de necropsias de la Universidad de Animales de Asís. Allí, indicaron, se determinó su causa de muerte, su peso y que su pelaje era amarillo con blanco, lo cual coincide con el gato que se observa en el video.
En el reporte del médico veterinario forense queda por cierto que “debido a la prueba testimonial, a la videográfica que se poseía, la atención del escenario criminal y los indicios encontrados y relacionados en la necropsia, se logró establecer que las lesiones observadas en las estructuras anatómicas ventrales del animal desenterrado en el sitio eran compatibles con las lesiones provocadas por una caída de gran altura”.
Wálter Espinoza, director del OIJ, indicó que estas pesquisas les permitieron presentar un “caso robusto” ante la Fiscalía, que será ahora la que deberá indagar y, posteriormente, decidir si solicita o no medidas cautelares en contra del imputado.
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“Desde punto de vista de investigación, el caso está concluido. Tuvo un resultado satisfactorio en sentido de verificación de prueba y de verificación de causa y efecto entre las acciones cometidas por Saborío, el hallazgo del cuerpo y la generación de muerte del animal”, concluyó el jerarca.
Al conocer la detención, la Federación Canina de Costa Rica aseguró que espera que el Ministerio Público solicite medidas cautelares en contra del imputado, para así evitar que huya de la justicia.
Por su parte, Saborío Soto envió una carta el 2 de agosto a este medio asegurando que se ponía a las órdenes de la Fiscalía para asumir la responsabilidad por el acto cometido, ya que nada puede justificar el comportamiento que tuvo con su mascota.
En el comunicado expresó: “Bajo los efectos del alcohol y drogas, respondí a la presión social de las otras personas que estaban conmigo ese lamentable día, realizando esta terrible acción”.
Asimismo, negó que el hecho obedeciese a una venganza en contra de alguien más.
Investigaciones serias, pese a falta de dinero
En medio de unas declaraciones facilitadas por la oficina de prensa, el director del OIJ aprovechó para resaltar la seriedad con la que el OIJ se toma estos casos, que, según explicó, son manejados de forma muy similar a cuando se trata de un delito de homicidio.
“La atención de un evento de esta naturaleza, guardando las distancias y las diferencias, es muy similar a cuando se atiende un homicidio. Hay que practicar la investigación, compilar pruebas, hay que realizar experticias, hay que esperar resultado de pericias, hay que generar una importante cantidad de prueba que permita o que, al menos, prometa que posteriormente ante los tribunales el caso tendrá un resultado positivo, en sentido de aclarar qué fue lo que pasó”, explicó.
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Pese a que no brindó estadísticas, el jerarca aseguró que, más allá de los casos que se vuelven muy mediáticos, también han recibido muchas denuncias por situaciones similares a estas.
“Hemos atendido asuntos similares que han implicado mucho trabajo y que han requerido, además, el apoyo de centros especializados para contar con datos y conclusiones que permitan fortalecer los casos”.
Y ahí es donde vuelve a la palestra la preocupación que ha mencionado en repetidas ocasiones Espinoza: no contar con presupuesto para resolver como se debe estos delitos.
Él aseguró que, aunque tienen toda la disposición y aunque han recibido muchísimo apoyo por otras entidades, llegará el momento en el que se requerirá de un impulso o apoyo adicional para “que esto opere de forma adecuada y así se de una verdadera cobertura desde perspectiva penal”.