Foros

Lo mucho que nos enseñó el Arenal

Aún hay una inmensa labor por cumplir en la larga lista de tareas vulcanológicas.

EscucharEscuchar

A lo largo de dos siglos y medio, desde principios del XVIII, los volcanes de la cordillera Central (Irazú, Turrialba y Poás) nos habían acostumbrado a ver las erupciones allá, lejanas en la cima de sus enormes montañas, que solo lograban importunarnos cuando la ceniza dispersada por el viento llegaba a los poblados. O bien, cuando la ceniza, mezclada con lluvias torrenciales, originaba lahares peligrosos y letales.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.