Un grupo de indígenas de la comunidad de Cebror, en Salitre, improvisaron un campamento con palos, madera y bolsas negras de basura, para atender y dar comida a los suyos que perdieron sus ranchos en el ataque registrado durante el fin de semana.
Con una olla de arroz y otra de frijoles alimentaron a unas 20 personas que se habían refugiado en la montaña, según dicen, por el miedo que tienen de sufrir nuevas agresiones.
Como responsables de ordenar esos asaltos, los nativos no dudan en señalar a finqueros.
“El temor por los actos violentos es en las noches, porque viene una mayoría de gente, que no son de la zona, a amenazar con focos, antorchas y piedras”, comentó Andrei Morúa.
Este refugio improvisado además fue el escenario de las conversaciones del martes, encabezadas por la viceministra de la Presidencia, Ana Gabriel Zúñiga, en busca de un acuerdo temporal.
Ahí se levantó el escrito que firmaron los nativos para detener temporalmente el proceso de recuperación de tierras.
Esto, mientras el Gobierno estudia los alegatos y revisa documentos para definir la posesión y propiedad de las fincas.
“A partir de ahora se refuerza también el compromiso de garantizar necesidades insatisfechas de los indígenas en la designación de tierras, indemnización y necesidades básicas como agua potable, salud y caminos”, añadió la viceministra.
La tregua temporal también fue avalada por los finqueros.