“Se le impone la sanción de su condición de liberacionista por un período de cuatro años”. O sea, Johnny Araya queda fuera del Partido Liberación Nacional (PLN), al que representó como candidato presidencial en la pasada campaña electoral.
Aunque ese castigo está congelado porque el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) estudia una apelación del excandidato , tal fue el alcance de la resolución del Tribunal de Ética interno liberacionista.
Va más allá de hacer activismo político, postularse, participar en reuniones con diputados o representar a la agrupación. Se trata de que no puede ser liberacionista durante cuatro años. Queda fuera del Partido al menos hasta el año 2019.
Eso lo enfatizó el presidente del PLN, Bernal Jiménez, en la respuesta que envió al TSE sobre el recurso interpuesto por Araya el 17 de diciembre.
En ese escrito, recibido el 22 de diciembre por el TSE, Jiménez, como presidente del PLN, rechaza que el Tribunal de Ética de la agrupación haya violado el debido proceso o el derecho constitucional que posee Araya para participar en política.
“El señor Araya Monge puede aspirar a puestos de elección popular, aunque ciertamente no en el PLN”, contestó Jiménez en conjunto con el presidente del Tribunal de Ética, Álvaro Emilio Castro Garnier.
La resolución del 9 de diciembre del Tribunal interno del PLN complació a la dirigente Kira de la Rosa, quien denunció a Araya por considerar que causó daño al PLN y lo hizo pasar una vergüenza, al retirarse de la campaña el 5 de marzo, un mes antes de la segunda ronda que constituyó la peor derrota de la historia para el Partido.
Esa discusión ocurre mientras Araya decide si se postula o no para retornar a la Alcaldía de San José, la cual ocupó por más de dos décadas y a la que renunció en el 2013 para afrontar la campaña electoral presidencial. Él insiste en que sufre persecución política, pero los magistrados del TSE determinarán la legalidad de ese fallo.