“Aquí está la prueba”, dijo en tono contundente el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños.
La prueba de que no resolver el problema fiscal tiene un costo que obliga ahora al Central a tomar medidas como limitar el crecimiento del crédito, lo cual ha levantado una avalancha de críticas de los grupos empresariales.
Dichas medidas, reconoció, no resuelven la dificultad. La solución sería bajar nuestras tasas de interés, pero la situación fiscal lo impide. Bolaños habló con La Nación el viernes pasado, un día después de presentar el Programa Macroeconómico 2013-2014.
Al presentar el Programa Macroeconómico dijo: “Yo corro el riesgo de que la Universidad de Chicago me pida que devuelva el título”. ¿Vive un conflicto entre lo que cree que deber hacerse con el problema del ingreso de capitales y lo que hizo junto con la Junta (directiva)?
El tema es de las realidades en medio de las cuales se toman decisiones. Este tipo de restricciones cuantitativas las estamos adoptando porque, por el momento, los otros instrumentos, llamémosle tradicionales, no son suficientes.
”Hay una restricción que nos impone la apertura que tiene esta economía, que a mí me parece que es importante que se mantenga, pero estamos enfrentando restricciones por el lado de lo que nos imponen los países desarrollados.
”Hay restricciones en el uso de instrumentos como los bonos de estabilización y otros pasivos porque si quisiéramos usar más esos instrumentos tendríamos que subir las tasas y eso nos provoca entradas de capitales que nos complican.
”Tuvimos que hacer balances. El otro tema es la banda cambiaria, yo nunca he dejado de reconocer de que hay un problema serio de apreciación real como consecuencia de lo que está pasando en el mundo desarrollado (...). Hay una fuerte oposición (a la flotación cambiaria)”.
¿Cuáles propuestas que han hecho los grupos se podrían valorar?
Algunos proponen hacer chocolate sin cacao. Que el Banco Central suba el tipo de cambio por encima de ¢500 y lo deje que se mueva ahí.
”Yo se los dije: si me dan la plata, como Banco Central, que cuesta llevar el tipo de cambio a ¢550, nosotros lo hacemos felices de la vida, si eso es lo que la sociedad quiere, nada más que me den la plata para financiar lo que eso cuesta, porque crear inflación por crear inflación eso no produce ninguna riqueza, produce efectos negativos y perjudica más a los pobres que no se sientan en esas reuniones”.
Usted dice que no hay almuerzo gratis; sin embargo, evita hablar claramente de los costos de las medidas que están tomando.
Puede ser que alguna gente perciba que en el corto plazo se puede perjudicar porque no puede comprar con créditos en dólares un carro, un televisor o una casa. El problema es que en ese escenario, si el crédito se sigue disparando, y hay después un problema en el sector financiero, esa gente puede sufrir y perder el carro o la casa.
En tasas en colones, por un lado, ustedes quieren bajarlas, pero por otro, si van a recoger el exceso de colones, eso implica vender bonos y van a presionarlas al alza.
El crecimiento del crédito para este año es compatible con el de la economía. El punto que nosotros decimos es que ya hay una buena cantidad de colones que los bancos tienen, una parte de esa nosotros estamos buscando recogerla, pero otra parte la podemos dejar en la economía en el tanto haya una demanda adicional de colones para préstamos que no cree presiones inflacionarias.
Por más que bajen las tasas, Costa Rica tiene problemas que hacen que siempre sean atractivas respecto a las externas.
Todo esto son medidas que no son las óptimas porque lo óptimo es resolver el problema fiscal y lo que estamos es estirando la cobija para ver si alcanza hasta que llegue la adopción de las grandes medidas.
”A nosotros no nos creían cuando les llevábamos los estudios de los técnicos del Banco Central y les decíamos que parte de la apreciación real del tipo de cambio se debe al problema fiscal y todo el mundo nos volvía a ver como si estuviéramos locos, o tratando de engañar para ver si se aprobaba la reforma tributaria. Aquí está la prueba, clarísima, pero perdimos dos años”.
¿Sufren más los bancos privados, con la medida, que son los que más prestan en dólares?
En dólares, que es donde está la restricción, ahí hubo bancos privados y bancos públicos que crecieron en el 2012 a tasas del 54%, 38%, 29%, 23% y 20%.
¿Qué pasa si los bancos no cumplen con el límite de crédito?
Ese capítulo no tiene medidas sancionatorias. Nosotros lo que percibiríamos de una entidad particular que no esté cumpliendo sería el problema reputacional de incumplir. Además, la Sugef hace valoraciones de los bancos y uno de los temas que considera es el de gobierno corporativo, donde las entidades tienen que cumplir con las obligaciones del Banco Central y si no lo hacen tendrán menos calificación corporativa.