La variación del índice de precios al consumidor en abril del 2019, respecto al mismo mes del 2018, alcanzó un 2,07%; con lo cual la inflación vuelve a entrar en el rango meta del Banco Central, que es entre 2% y 4%.
Según informó la mañana de este miércoles 8 de mayo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), solo en abril el índice de precios subió 0,56% respecto a marzo y en el primer cuatrimestre alcanzó un 0,55% (en algunos meses fue negativa).
Durante abril, los bienes y servicios que mostraron mayor efecto positivo (por su aumento y por la importancia que tienen en el consumo de los hogares) son: servicio de electricidad, gasolina y automóvil.
Por otra parte, huevos, papaya y repollo figuraron entre los principales con mayor efecto negativo.
En el caso de la variación interanual (de cada mes respecto al mismo mes del año anterior) el resultado de abril lo que indica es que por cada ¢100 que un hogar gastaba hace un año en comprar los bienes y servicios que componen la canasta del indicador (315 bienes y servicios), ahora requiere ¢102,7 para comprar lo mismo.
El indicador tiene impacto en otras variables importantes para los hogares, pues éste se utiliza para ajustar los salarios mínimos, las pensiones, los contratos de viviendas de alquiler y los impuestos a los combustibles, entre otros.
Roxana Morales, coordinadora del Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la Universidad Nacional llamó la atención en que en el último año han aumentado más los precios de los bienes y servicios regulados (2,5% interanual a abril) que de los no regulados (1,9%) y de los servicios (3,25%) más que de los bienes (0,97%).
Otros indicadores que son de importancia para el Banco Central al definir sus acciones son las expectativas de inflación, que es la esperada por los especialistas y la subyacente, que es la que excluye factores estacionales o coyunturales.
Respecto a las expectativas, los especialistas prevén un incremento promedio de 3,3% para los próximos 12 meses, según el resultado a abril de la Encuesta de Expectativas de Inflación que realiza el Banco Central.
Mientras que la inflación interanual subyacente (con exclusión fija por volatilidad) alcanzó en abril un 2,32%.
En tanto la inflación se mantenga en el rango que el Banco Central busca es menor probable que la entidad tenga que tomar acciones para corregir el rumbo.
El Banco bajó su tasa de política monetaria el 28 de marzo pasado debido a que proyectaba una baja inflación futura y luego decidió mantenerla el 24 de abril pasado.
La entidad explicó que existen algunos factores que podrían presionar al alza la inflación en los siguientes dos años: la evolución reciente de los precios internacionales del petróleo, la introducción de la nueva canasta básica tributaria y la entrada en vigencia del impuesto al valor agregado.
Mientras que, por otro lado, hay factores que podrían presionar la inflación a la baja. Entre ellos se cuentan la convergencia de las expectativas de inflación al 3%, la menor trayectoria esperada de las tasas de interés internacionales y las menores presiones cambiarias.
“Tomados los riesgos en su conjunto, se estima que, en el horizonte de proyección, el pronóstico de inflación se ubicaría en torno al valor central del rango meta”, señaló la entidad en un comunicado el 26 de abril donde anunció la decisión del 24 de abril.