El trabajo informal en los grupos más jóvenes y más adultos de Costa Rica todavía mantiene secuelas de la pandemia, luego de tres años desde que se presentó el primer caso de covid-19 en el territorio nacional. Esta disminución, sin embargo, no necesariamente corresponde a una generación de más empleo formal.
La cantidad de ocupados informales jóvenes, al cuarto trimestre del 2022, se mantenía en 95.126 personas, es decir, 24.742 por debajo del registro del mismo periodo del 2019, justo antes de la pandemia, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
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Situación similar ocurre con la población de 60 años o más, que al cuarto trimestre del 2022 contaba con una cifra de ocupados informales que ascendía a 147.310 personas, 37.661 menos que el mismo periodo del 2019, cuando eran 184.971 trabajadores.
Las secuelas de la pandemia persisten en estos dos grupos de edad, luego de que el empleo informal cayera de manera generalizada con la llegada del coronavirus. Por el contrario, los trabajadores informales de los otros grupos de edad, que engloban a personas entre los 24 a los 59 años, ya regresaron a los niveles del 2019.
También se logró recuperar el número de empleos formales. Al cuarto trimestre del 2022, el INEC estimó que existen 1,22 millones de personas ocupadas en este sector, es decir, 52.345 más que el mismo periodo del 2019.
Mientras tanto, la población en la informalidad laboral se calcula en 953.000, lo cual representa 62.102 personas menos que en la prepandemia.
Los trabajadores informales fueron los que sufrieron más la pérdida de puestos de trabajo con la pandemia, quienes más rápido se levantaron de la crisis. Sin embargo, el crecimiento se detuvo y se mantuvo en niveles similares durante todo el 2021 y 2022.
El empleo informal, según la definición que utiliza el INEC, integra a personas asalariadas sin seguridad social financiada por su empleador, también a quienes les pagan en especie o que el pago fue una única vez.
Son parte de este grupo también los ayudantes no remunerados, trabajadores por cuenta propia y empleadores que tienen empresas no constituidas en sociedad.
En el trimestre móvil de diciembre del 2022, y enero y febrero del 2023, la informalidad en el empleo del total de personas ocupadas (2,14 millones) alcanzó el 42,5%. Del total de hombres ocupados, el 42,9% están dentro de la informalidad y del total de mujeres, el 41,8% trabajó en estas condiciones.
Trabajadores más afectados
Al ver en detalle algunas características de los trabajadores costarricenses que salieron de la informalidad en la pandemia se evidencia que son, principalmente, los que menos y más horas efectivas trabajaban, de acuerdo con los datos que presenta el INEC.
Al cuarto trimestre del 2022, unas 41.578 personas ocupadas con un empleo informal con jornadas efectivas de menos de 15 horas perdieron su trabajo; al tiempo que otras 37.096 con jornadas efectivas de más de 48 horas también salieron de sus empleos informales, en comparación con el mismo periodo del 2019.
En la comparativa, solamente las personas ocupadas informalmente entre las 40 horas y las 48 habrían recuperado sus niveles de la prepandemia y crecido en otras 27.050, según los datos de la ECE. El grupo que trabaja entre 15 y 39 horas perdió a unas 10.356 personas.
En cuanto a los salarios, el grupo de trabajadores informales con ingresos de entre uno y dos salarios mínimos aumentó en 37.738 personas; mientras que los que reciben dos salarios mínimos o más disminuyeron en poco más de 37.000. También decreció la cifra de personas que no tienen ingresos o cuentan con menos de un sueldo mínimo.
En su más reciente Informe de Política Monetaria, de enero del 2023, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) precisó que el nivel de informalidad sigue en niveles elevados en el país y presenta una clara heterogeneidad entre industrias, siendo las de hogares como empleadores, otras actividades de servicios, y construcción las que tienen mayor informalidad.
Reducción engañosa
Bajo un escenario ideal, la reducción del empleo informal en las poblaciones jóvenes y más adultas podría responder a una formalización de estos trabajadores dentro del mercado. No obstante, la disminución en el sector causada por la pandemia no corresponde a mejoras estructurales.
Pablo Sauma, economista especialista en política social y mercado de trabajo, e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que la pandemia impulsó la salida de muchas personas del mercado laboral, ya sea que salieran de la fuerza de trabajo o quedaran desempleadas.
“La pandemia expulsó del mercado a muchos informales jóvenes, mujeres y adultos de mayor edad. En el periodo de la pandemia no hubo formalización de informales, sino lo contrario, informalización de formales”, explicó el especialista en empleo.
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Sauma resaltó que muchos de esos trabajadores se quedaron en el mercado de trabajo como desempleados, pero otros se salieron totalmente, es decir, salieron por completo de la fuerza de trabajo. En el trimestre móvil de diciembre del 2022 y enero y febrero del 2023, la tasa de desempleo nacional fue de 11%, es la primera ocasión que llega a esa cifra tras alcanzar un máximo de 24,4% en junio del 2020.
En el último Informe del Estado de la Nación, indicaron que el empleo informal sufrió un impacto más fuerte y profundo que el formal en la pandemia. Sin embargo, afirmaron que esa caída no se acompañó de una mayor generación de puestos formales, sino que fue el resultado de la destrucción de los trabajos del sector a raíz de la crisis sanitaria.
Añadieron que, aunque no es deseable en términos de calidad del empleo que este sector aumente, debido a que estos trabajadores carecen de seguridad social, entre otras cosas, la existencia de trabajos informales constituye una importante fuente de ingresos para amplios segmentos de la población.