Seis meses atrás Nora Filomía, Jennifer López, Evelia Monge y Estela Jiménez no se conocían, pero sus problemas de obesidad las hizo coincidir en el Programa de Cirugía Bariátrica del Hospital San Juan de Dios, en San José.
Hoy, no solo son cuatro amigas que dos veces a la semana asisten al hospital a ejercitarse, sino que se han vuelto prácticamente activistas en procura de que más gente con condiciones similares a las suyas sepan los problemas de salud que conlleva ser obeso.
“A veces uno va por la calle y ve a una persona obesa y no son pocas las veces que nos detenemos a invitarlos a que asistan al programa de ejercicios y mejoren su calidad de vida”, explicó Jennifer López, una vecina de Hatillo que ya logró bajar de 135 kg a 90 kg.
Ella y sus compañeras relataron a este diario todos los errores que cometieron en el pasado y que, aseguran, las llevó al sobrepeso y luego a la obesidad.
“Yo comía muy mal, no tenía control de la grasa cuando cocinaba y comía a cualquier hora del día”, dijo Nora Filomía, de barrio Cuba, quien ahora no solo lucha contra su obesidad, sino que también intenta que su hija de 21 años revierta los kilos extra que carga.
En medio, están su voluntad y disciplina. Ninguna de las cuatro mujeres olvida la discriminación y burlas que soportaron y que por muchos años –dijeron– las hizo encerrarse en sus casas y evitar el contacto con la gente.
“Yo antes no abría las cortinas de las ventanas y siempre mantenía la puerta de la casa cerrada porque alguna gente me veía de mala manera”, explicó Evelia Monge.
Nora Filomía interviene de inmediato y comenta una situación que a sus tres compañeras no les causa asombro, pues vivieron algo similar: “A mi, una vez en Limón un taxista me dijo que no me montaba al carro porque si lo hacía le iba a quebrar el chasis”.