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Espectáculo de lujo. Roland Voit fue vitoreado por los presentes en el templo, prácticamente lleno hasta el final del concierto. MARCELA bERTOZZI (Marcela_Bertozzi)
La misa de las 6 p. m. del 2 de agosto terminaba y muchos de los feligreses de Grecia no emprendían la marcha hacia la Basílica de los Ángeles, sino que se quedaban en las bancas para ser testigos de los armoniosos sonidos que aún es capaz de emitir el viejo órgano de la iglesia.
Otros esperaban en las afueras de la iglesia por el fin de la eucaristía, pues esa noche daría un concierto gratuito el reconocido organista alemán Roland Voit.
El espectáculo formó parte del 25.° Festival de Música Credomatic, que ya en otras ocasiones ha convertido a la Iglesia de las Mercedes de Grecia en sede del arte.
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A las 7:30 p. m., el silencio inundó el templo de nuevo, el mismo que minutos antes se extendía durante la lectura del Evangelio.
Las notas de la obertura de la ópera Acis y Galatea , de Georg Friedrich Händel, arrancaron más de un suspiro entre quienes aprecian el sonido del órgano eclesiástico.
Voit fue quien seleccionó las obras que interpretaría –la mayoría de ellas religiosas, aunque no todas– y las hizo acompañar de pinturas del pintor Herbert Grawe, inspiradas en las sinfonías que esa noche brotarían de las manos del organista alemán.
Por momentos, la proyección de las palabras que componen el Padre Nuestro , el Salmo 23 de David y el Cordero de Dios hacía que los feligreses conectaran la música con lo más profundo de su espiritualidad.
Algunos otros simplemente llegaron porque el arte los convocó, como Andrés Castro y Emanuel Alpízar, guitarristas de las bandas nacionales Sight of Emptiness y Brain Death.
“Cada vez que existen estas opciones gratuitas, para nosotros es una superoportunidad para tener contacto con música tan buena”, explicó Castro.
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Talento importado. Voit es director musical de la Iglesia Evangélica Luterana de Hagen, en Alemania. MARCELA bERTOZZI (Marcela_Bertozzi)
Los aplausos de pie de toda la iglesia, tras más de hora y media de concierto, rindieron un homenaje a Voit, quien ya conocía de memoria al órgano de Grecia, pues el año pasado también ofreció un concierto en esa iglesia, para recordar los 300 años de nacimiento de Karl Philipp Emmanuel Bach.
“Es un buen instrumento, pero no es tan grande porque tiene solo un manual. Hoy fue posible con ayuda para el cambio de registros”, dijo Voit. “Tiene un buen sonido, pero no es grandioso porque no tiene tantos tubos. El de Cartago es mejor, es más grande. Pero aquí (en la iglesia de Grecia) la acústica es muy buena”.
El órgano, que usualmente suena solo en las misas de los domingos, es uno de los tres instrumentos antiguos de este tipo que aún suenan bien (los otros dos son los de Cartago y San José).
El instrumento fue construido en 1886 por la tercera generación de la familia alemana Walcker, que diseñó una decena de los 19 órganos que existen en Costa Rica. Sin embargo, ya no todos emiten sus melodías.
“Aquí tenemos a gente interesada en hacer que este órgano funcione bien”, expresó Gerhard Walcker, miembro de la sétima generación de los constructores de órganos, y quien actualmente trabaja en la restauración del de Cartago.
Al final del concierto, Walcker salió con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Para él, no se trataba solo de espiritualidad o música barroca, sino de un vínculo sentimental con sus antepasados que hoy se mantiene tan vivo como e viejo órgano.