Los anhelos de Felipe Duarte se vieron truncados abruptamente. Incluían ingresar al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), recorrer varios países en su motocicleta y conquistar el cerro Chirripó en abril.
Este egresado de la Universidad Nacional, quien obtuvo su licenciatura dos años atrás, laboró en la Dirección General de Migración y Extranjería, y posteriormente en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Aguardaba resultados de pruebas para tratar de incorporarse a la Policía Judicial.
Adriana Duarte, la única hermana de Felipe, relató que su hermano perdió la vida mientras se dirigía por la Costanera sur hacia una playa que anhelaba conocer desde hacía tiempo, de acceso exclusivo en moto o vehículo de doble tracción.
Originario de Volcán de Buenos Aires, Felipe había visitado el día anterior a su muerte a unos apreciados vecinos en Parrita. Estos, antiguos jefes suyos mantenían una sólida amistad con él. Salió de allí al mediodía del viernes, momento en el cual se comunicó telefónicamente con su madre para informarle que planeaba pasar por la playa antes de regresar a casa.
El fatídico viernes, Adriana, al ver en una página de Facebook la noticia del accidente, reconoció la parrilla de la moto y la indumentaria del conductor, que le parecieron idénticas a las de su hermano. Un tráiler había colisionado contra dos motos, una de ellas era la de Felipe.
Inmediatamente, inició averiguaciones. Tras consultar a su madre, Teresa Villanueva, acerca del último contacto con Felipe, confirmó que había sido al mediodía. A pesar de llamar al celular de su hermano, nunca obtuvo respuesta.
Un golpe
Adriana lamentó que las autoridades judiciales no informaran a la familia de lo sucedido. Fue ella quien, al contactar a un amigo en el Juzgado y proporcionarle el número de cédula de su hermano, obtuvo la triste confirmación de que era uno de los dos fallecidos.
Felipe adquirió la motocicleta hace dos años; sin embargo, desde joven había aprendido a manejarlas. Solía visitar la casa de su madre, quien, con gran esfuerzo, sacó adelante a ambos hijos, ya que el padre no estuvo presente.
Adriana describió a su hermano como un hombre sin vicios y extremadamente precavido al conducir.
La conexión entre los hermanos era sólida. Felipe disfrutaba de diversas actividades, como paseos en moto, tocar la guitarra y realizar caminatas.
Tenía planeado ascender el cerro Chirripó con una de sus mejores amigas y excompañera de colegio, llamada Karen, e incluso se entrenaba con ella y con el esposo de esta. Era amante de la naturaleza y durante cuatro años desarrolló un proyecto de reciclaje en su pueblo de origen y localidades vecinas, junto a un amigo.
“Muchos sueños ya no podrán materializarse”, expresó la hermana de 35 años. Rememoró que Felipe cursó sus estudios en la escuela de Volcán y el colegio Técnico de Buenos Aires, donde estudió Contabilidad antes de ingresar a la UNA. Este traslado lo llevó a residir en Heredia durante los últimos siete años, al igual que su hermana, motivados por razones laborales.
Grandes recuerdos
La última conversación entre los hermanos tuvo lugar la noche del jueves 18 de enero, cuando Felipe le confirmó a Adriana por la vía telefónica que estaba en Parrita y que había llegado bien a la casa de sus amigos.
Se encontraron personalmente por última vez durante la última semana del año pasado. Durante esa visita a la casa de su madre, del 23 al 31 de diciembre, compartieron la elaboración de tamales de arroz, típicos de la región, y disfrutaron de momentos alegres sin sospechar que sería un adiós. Juntos, también preparaban pan casero y se deleitaban de vez en cuando al asistir a los salones de baile de la zona.
El impacto de la pérdida de Felipe ha dejado un vacío profundo en la familia y en aquellos que compartieron momentos significativos con él. La tragedia sorprendió a este joven sociólogo en pleno desarrollo de sus planes y aspiraciones.
La búsqueda de respuestas sobre las circunstancias exactas del accidente continúa. Adriana, tras asumir la tarea de informar a la familia y coordinar los detalles de la vela y el funeral, espera ahora obtener más información de las autoridades para comprender cómo ocurrió esta tragedia.
El domingo 21 de enero, cuando fue a recoger el cuerpo, coincidió la familia de Randy Reyes, el otro motociclista, de la misma edad que su hermano, que también falleció ese día sobre el pavimento.