:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/DOSEIPYQJVBZPEPL7JBV5NCENA.jpg)
Ilustración: Luis Felipe Quesada
Considerado por sus méritos en los diamantes de béisbol como uno de los más grandes jugadores de la historia, Henry Louis Aaron partió hacia el descanso eterno en la mañana del 22 de enero del 2021, en el condado Fulton, de Atlanta, Georgia.
Falleció en paz, mientras dormía a los 86 años, aseguraron sus más cercanos familiares. Sereno, tranquilo, sin estridencias, como fue su vida personal, aunque en el plano deportivo se convirtió en una leyenda que estremeció a Estados Unidos, al derribar el récord de otro mítico beisbolista e ídolo de las multitudes: Babe “El Bambino” Ruth.
“Estamos absolutamente devastados por el fallecimiento de nuestro amado Hank”, dijo el presidente de los Bravos de Atlanta, Terry McGuirk, en un comunicado. “Fue un faro para nuestra organización, primero como jugador, luego con el desarrollo de jugadores, y siempre con los esfuerzos de nuestra comunidad. Su increíble talento y determinación lo ayudaron a alcanzar los logros más altos, pero nunca perdió su naturaleza humilde”.
Respaldando el sentir de todos los amantes de la disciplina en Atlanta, McGuirk precisó en su nota que Aaron “fue no solo nuestro ícono, sino también en las Grandes Ligas y en todo el mundo. Su éxito en el terreno de juego fue igualado solo por sus logros comerciales fuera del campo y coronado por sus extraordinarios esfuerzos filantrópicos”.
Pero en su paso por los diamantes de béisbol, Hank “El Martillo” Aaron, quien nació en un entorno humilde, el 5 de febrero de 1934, en Mobile, Alabama, tuvo que soportar amenazas racistas mientras se acercaba al récord de Ruth, entonces el Rey de los Jonrones, con la espectacular cifra de 714 cuadrangulares.
En esos días, Aaron recibió cartas, mensajes y correspondencia ofensiva desde muchos lugares del país, así como gritos y abucheos durante su paso por los terrenos de juego, porque más allá del duelo por la marca deportiva, era el enfrentamiento entre el Ruth blanco con el Aaron negro.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/BTCN5K57DRFRJEW57VGPARVAPY.jpg)
Conmovedora foto de Aaron en el 2016. Foto: archivo (DANIEL SHIREY/AFP)
“Si yo fuese blanco, Estados Unidos estaría orgulloso de mi”, dijo Aaron casi un año antes de superar a Ruth. “Pero soy negro. Me decían ‘maldito negro’ y todo tipo de insultos. Esas cosas no se pueden ignorar. Están ahí. Fue algo con lo que tuve que batallar toda la vida”.
La histórica cifra de 715 cuadrangulares de Aaron llegó el 8 de abril de 1974, frente al zurdo Al Downing, de los Dodgers de Los Ángeles, en el Atlanta Stadium, en choque que fue transmitido de costa a costa en Estados Unidos.
Sobre aquella memorable noche, Aaron explicó a escasos días de cumplirse el trigésimo aniversario del récord: “Downing era un pitcher fino. Creo que estaba tratando de lanzarme una screwball o algo así. Fuese lo que fuese, alcancé a conectarla”.
Durante 23 temporadas en Grandes Ligas, 21 de ellas con los Bravos de Atlanta, Aaron estableció varias marcas ofensivas para ese equipo: 733 cuadrangulares, el último con esa franquicia el 2 de octubre de 1974. Exactamente un mes después, fue canjeado a los Cerveceros por el jardinero Dave May y el pitcher de las menores Roger Alexander.
LEA MÁS: Falleció Hank Aaron: leyenda del béisbol que fue un símbolo de la lucha contra el racismo
Aaron terminó su carrera con 755 jonrones, 40 de ellos conseguidos después de establecer el récord que el zurdo Barry Bonds superó en el 2007. Y aunque muchos amantes del béisbol consideran que Aaron es el verdadero rey de los cuadrangulares por las sombras de dopaje que nunca fueron probadas, pero opacaron el legado de Bonds, el humilde guardabosques de Alabama elogió en varias ocasiones la marca de Bonds, que se extendió hasta 762 y es el mayor registro alcanzado por un beisbolista en la Major League Baseball (MLB) de Estados Unidos.
“El Martillo” Hammer o “Hammering”, como también se le llamó, no estuvo presente cuando Bonds conectó su jonrón 756. Pero grabó un mensaje que fue transmitido en la pantalla del estadio de San Francisco poco después que Bonds mandó la pelota por encima del muro.
Aunque siempre expresó tristeza por las acusaciones sobre uso de esteroides en el béisbol a fines de los 90 y principio de los 2000, Aaron nunca cuestionó las marcas fijadas por los peloteros que parecen haber tenido ayuda de fármacos.
Aaron fue exaltado al prestigioso Salón de la Fama, de la ciudad neoyorquina de Cooperstown, en 1982, en su primer año de escrutinio. Quedó apenas a nueve votos de ser el primer jugador elegido de forma unánime al llamado Nicho de los Inmortales.
Mike Schmidt, también miembro del Salón de la Fama, describió a Aaron como “un hombre tranquilo, humilde, una superestrella de bajo perfil, que un jugador de los 70 como yo quería imitar”.
“Él fue uno de mis ídolos de niño, y siempre será un ícono de la generación de la posguerra”, dijo Schmidt. “De hecho, si uno toma en cuenta todos los elementos involucrados y compara el juego de manera justa, su carrera nunca será superada”.
En 1999, la oficina de Grandes Ligas decidió crear el Premio Hank Aaron, que se entrega a los mejores bateadores de cada liga al finalizar cada temporada.
Y como singular reconocimiento a la extraordinaria vida de Aaron, el que es considerado para muchos el mejor boxeador de la historia, Muhammad Alí, dijo en una ocasión: “Este es el único hombre al que yo idolatro más que a mí mismo”.
El autor es un veterano periodista cubano, con experiencia en coberturas de deportivas internacionales al más alto nivel.