Por José Antonio Pastor P.
n Nuestro país ha contado con figuras de categoría que alcanzaron las finales de esta competencia. Jugadores que, en las canchas del Costa Rica Country Club, lo dejaron todo, que hicieron gritar a los ticos de emoción, vibrar de alegría y, por qué no decirlo, llorar de tristeza.
Diez años después de la gesta de Mario Delgado en 1974, que llegó a cuartos, hubo uno que despertó en silencio una enorme expectativa: Frederick Joseph Thome Bolaños. El jovencito de apenas 12 años haría su debut en la edición de 1979.
La promesa cayó en su debut por el Torneo de Naciones con el inglés Patrick Hughseman, un jugador mucho mayor que, fácilmente, le sacaba 30 centímetros al nacional.
En una de esas ironías del destino, Thome volvería a enfrentarse a Hughseman en la siguiente edición, por el torneo de singles (sencillos). Volvió a ganar el europeo.
Para 1981, el muchacho de 14 años ya tenía una amplia experiencia, pues sumaba nueve años jugando tenis. Sin embargo, quedó descalificado en los certámenes de Naciones, dobles y sencillos.
En 1982, Fred no participó en la Copa, pues se encontraba en un intercambio en los Estados Unidos; sin embargo, aquel año cumplió una gran temporada, al ganar en el JITIC de México y cumplir grandes actuaciones en el Sunshine Cup y en el Orange Bowl, en Miami.
Para 1983, Fred ya era un jugador mucho más consolidado y, en sencillos, retomó su mejor tenis para imponerse al japonés Kaoru Maruyama y al español José de la Fuente, pero el argentino Guillermo Rivas apagó la ilusión del público presente. Sería necesario esperar hasta la edición de 1984 para ver el verdadero potencial de Thome.
Fred, la raqueta número 1, estuvo acompañado por su hermano Kénneth. En su última participación, el anhelo de Fred era despedirse del certamen a lo grande.
Y así lo hizo. Por el campeonato de singles venció al estadounidense Tom Finnigan, al mexicano Agustín Moreno y al checoslovaco Cyril Suk. Así alcanzó la final por primera vez para Costa Rica en los 20 años de la Copa, pero cayó en tres sets contra Shelby Cannon, de Estados Unidos, por 6-3, 6-7 y 6-2.
También hubo otro avance histórico a la gran final del Torneo de Naciones, junto a su hermano Kenneth. Pero perdieron la final, dos partidos contra uno, frente a la pareja estadounidense formada por Cannon y Tommy Finnigan.
Tras la disputa de su última Copa del Café, Thome regresó a Austin, Texas (EE. UU.), para continuar sus estudios de ingeniería. En 1987 obtuvo bronce en los Juegos Panamericanos de Indianápolis y fue capitán del equipo costarricense que participó en la Copa Davis de 1990 y 1992. Dos años después, se retiró definitivamente del tenis.
Hoy, profesional exitoso, Fred sostiene que el tenis le dio la oportunidad de estudiar en la Universidad de Texas, en Austin, y recibir una excelente educación y ayuda económica mientras jugaba en el equipo de tenis de la universidad.