Freddy Góndola ya se había reconciliado con la afición de Liga Deportiva Alajuelense después de que dejó ver su parte más humana, al salir llorando de un partido. Aquella escena cruel, pero real, hizo entrar en razón a más de uno.
Ese fue el fin de los abucheos contra el panameño cuando él iba a entrar al campo, o cada vez que tocaba el balón, sin importar si hacía bien o no una jugada. Después de aquellas lágrimas, desde las gradas algunos empezaron a aplaudirle.
Fue como un borrón y cuenta nueva entre Góndola y el liguismo. Los momentos duros quedaron de lado y él ha ido elevando su nivel, recuperó la confianza y su gol en el Estadio Nacional labró el camino para que Alajuelense le ganara la final del Torneo de Copa a Saprissa.
Pocas veces un familiar de un futbolista se abre tanto para soltar todo lo que quería decir después de no saber ni qué hacer ante la impotencia de verlo sufrir. Y eso es lo que ocurrió con Nazario Góndola, el papá de Freddy.
“Mi hijo estaba deprimido, mi hijo no levantaba, nosotros sufríamos todo eso, la mamá, los hermanos, lo sufríamos, porque era la crítica muy dura y se levantó. Yo siempre le digo a él: ‘La fanaticada no te puede bajar tu ánimo, tu espíritu de deportista, siempre mantente con la fe de que te vas a levantar’. Y ahí está de nuevo mi hijo”, expresó Nazario Góndola.
Daba estas declaraciones mientras seguía con la vista a su hijo completamente feliz, celebrando con sus compañeros y con la afición de la Liga. Para él, era una escena impensada semanas atrás.
En ese instante también quería salir corriendo junto a ellos, porque como papá era un desahogo, una liberación total, pero tiene un desgaste en la rodilla, así que no podía hacer todo lo que quería en ese instante.
“Si hubiese estado bueno, en ese gol me habría ido a pelear con los de seguridad para meterme a la cancha a festejar con él, pero no puedo. Él es un buen hijo, me llevó donde el doctor de ortopedia y sacó una cita con el médico para que me vea”.
Pero tampoco se quedó con las ganas y dando pasos sin prisa, caminando a su ritmo, fue a dar la vuelta en el festejo, escoltando a su hijo y siendo testigo presencial de cómo resurgió la química entre el extremo y el liguismo.
A Nazario Góndola se le acabó la estadía en territorio nacional, pero regresará pronto. Quiere estar presente el 5 de diciembre en la final de la Copa Centroamericana de Concacaf entre Liga Deportiva Alajuelense y Real Estelí.
“No me quiero perder eso y volveré. El equipo merece cosas muy buenas”, citó el papá de Freddy Góndola, quien agradece que en los momentos más duros, el cuerpo técnico, los demás jugadores y la dirigencia estuvieron apoyando en todo a su hijo.
Nazario Góndola dijo lo que en el club habían mantenido en reserva, al tratarse de una situación personal. Él lo mencionó porque entiende que el aficionado tiene derecho a exigir, pero todo tiene un límite.
“Ya no lo maltraten más, el problema que él tenía ya está resuelto, yo no sé cuál, pero tuvo un problema personal, por eso tuvo ese bajón y me lo maltrataron, toda la familia estamos sentidos por eso, hoy estamos contentos”, expresó don Nazario en FUTV.
Freddy Góndola acaba contrato con la Liga el próximo mes y en el club tomaron la decisión de que las renovaciones se verán terminados los torneos en los que están compitiendo.
“No sé qué vaya a pasar con el futuro de él, si se va o se queda, eso es un problema de él, pero si se queda, por favor aprendan a tratar a los jugadores, que todos los jugadores son seres humanos, no pueden desprestigiar a un jugador ni a una persona”.
Su mensaje era un regaño para la afición, pero en realidad, su propósito era más bien hacer un llamado a la reflexión.
“Todos los deportistas tienen altas y bajas, a mi hijo me lo tiraron por el piso, me lo lavaron, lo trapearon y lo exprimieron, pero allá arriba hay un Dios y ya volvió de nuevo, ya agarró un segundo aire”.
Nazario Góndola está agradecido con todos a lo interno de la Liga porque le demostraron que realmente aprecian a su hijo. Y que eso lo comprometió aún más para ir en busca de sus objetivos, porque sabe muy bien que Freddy de verdad quiere a Alajuelense.
Empero, insistió: “Eso no se hace con un deportista de la Liga, si ustedes son fanáticos tienen que levantarle el ánimo y no bajárselo”.
Pero don Nazario también comprendió que una vez que soltó eso que tenía atravesado y atorado, como un nudo en la garganta, era momento de pasar la página y hacer las paces.
Freddy Góndola, dos de sus hermanos y su papá simplemente se dedicaron a celebrar con esa afición, que los hizo sufrir, pero que de nuevo los unió en la alegría de festejar un título, con el futbolista panameño siendo protagonista y clave para el título.
Ellos entendieron ahí que la Liga tenía razón en no cederlo a la Selección de Panamá cuando Thomas Christiansen lo llamó a última hora porque unos jugadores se habían lesionado.
Alajuelense lo quería en cancha para esa final del Torneo de Copa contra Saprissa, en la que Freddy Góndola tuvo una noche de ensueño, al igual que su familia y el liguismo en sí.