Los hogares conformados solo por una o dos personas crecieron en un 67,6% en relación con los que tenían esa condición hace 10 años, pues mientras en el 2012 había 433.010 familias con esas características para el 2022, la cifra aumentó hasta 725.776.
De acuerdo con el informe Balance y Tendencias del Sector Vivienda, presentado la semana anterior, en el 2012, los hogares de uno o dos miembros representaban el 31% del total; diez años más subieron diez puntos porcentuales, para un 41%.
Según el estudio, durante este periodo se formaron 372.666 nuevos hogares, un incremento promedio de 33.879 núcleos familiares cada año. De ellos 292.766 estaban integrados por una o dos personas, es decir, un 78,6%.
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El informe llama la atención sobre la necesidad de ajustar también las viviendas de interés social a las nuevas condiciones demográficas que prevalecen en los hogares costarricenses. (Banhvi)
Los datos del análisis señalan, entretanto, que las familias de 3 y 4 personas crecieron solamente en 130.346 unidades, menos de la mitad que el primer grupo. Aquellos con 5 o 6 personas decrecieron en 30.136 unidades y los de más de 6 miembros, decrecieron en 20.310 unidades.
Franklin Solano, sociólogo investigador quien fungió como coordinador del proyecto, explicó durante la presentación del informe que el elemento demográfico es uno de los que más “mete tensión” al déficit habitacional, pues complica todavía más la tarea de dotar de vivienda digna a las personas que no tienen esa posibilidad.
Ese déficit surge cuando existen más familias que casas ocupadas, lo que se traduce en hacinamiento y asentamientos informales.
“Para darle vivienda a la misma población, requerimos más viviendas, no es lo mismo repartir viviendas para 1.000 personas agrupadas en familias de cinco personas, que construir viviendas para 1.000 personas agrupadas en familias de una o dos personas; entonces ese incremento en la cantidad de hogares de una o dos personas, también genera presión sobre la necesidad de vivienda”, enfatizó.
Asimismo, el tipo de construcciones que se requieren para satisfacer las necesidades y gustos de las nuevas familias unipersonales o de dos personas también han variado respecto a los hogares tradicionales.
La investigación detalla que el mercado inmobiliario ofrece actualmente alternativas más pequeñas, con ubicaciones “privilegiadas” en centros urbanos dotados de servicios, en construcciones colectivas (apartamentos y condominios).
“Esta situación debe llevar a repensar estas alternativas, ya que las soluciones de vivienda deben responder a la dinámica de la población. Sin embargo, las soluciones de vivienda para hogares unipersonales bien ubicadas tienen precios de venta o de alquiler que limitan el acceso para la mayor parte de estos hogares”, agrega el documento.
Se prevé que en el caso de los unipersonales, la creciente demanda genere una mayor oferta que permita disponer de opciones variadas con servicios, facilidades y ubicaciones y precios.
De acuerdo con la información recopilada, la construcción de viviendas durante el 2022 se concentró en aquellas con áreas menores a los 70 metros cuadrados. Esa tendencia ha sido similar en los últimos años. Del total de casas construidas, el 50% son menores a los 70 metros, mientras que las viviendas de más de 200 metros cuadrados de construcción representan un 9% del total de las edificaciones.
Pese a los incrementos en construcción, el Balance de Vivienda estimó que en total 152.732 familias ocupan casas en mal estado o con problemas de hacinamiento, adicionalmente más de 760.000 personas viven en casas que presentan deterioros o requieren mejoras.