Muchos conductores llenaron anoche los tanques de sus vehículos para aprovechar los viejos precios, pues hoy los combustibles, en especial las gasolinas, amanecieron más caros.
Incluso algunos acudieron a las estaciones de servicio con pichingas para comprar combustible extra, según pudo corroborar La Nación en un recorrido por varios puntos de la capital.
La modificación, aplicada justo a la medianoche, elevó el costo del litro de gasolina súper en ¢109 y el de la plus en ¢106.
De esta forma, la súper pasó de ¢615 a ¢724 y la plus de ¢600 a ¢706.
Esta última, antes conocida como regular, es el combustible de mayor consumo en el país.
Para quienes ayer no pudieron llenar el tanque hoy tendrán que pagar ¢4.770 adicionales si le ponen 45 litros de plus al carro.
Por esa cantidad de carburante se pagaban antes ¢27.000. Con el ajuste la factura sube a ¢31.770.
Mientras, el diésel aumentó en ¢70. El litro pasó de ¢575 a ¢645.
José Miguel Masís, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible, manifestó anoche que hubo bastante afluencia en las gasolineras, aunque no en el nivel que se esperaba.
“La gente se preparó y muchos compraron con antelación, aunque algunas estaciones de servicio sí estaban bastante saturadas”, dijo poco después de las 9:00 p.m.
Agregó que no hubo desabastecimiento. Solo se reportó una gasolinera en San Ramón que tenía poco producto en la tarde.
Los nuevos precios incluyen cuatro ajustes acumulados desde enero anterior y fueron publicados ayer en La Gaceta .
El gas licuado de petróleo (LPG) que se distribuye en las estaciones de servicio para los autos adaptados a gas, subió a ¢378.
También aumenta el gas para cocina para venta en cilindros. El tanque de 21 litros, de mayor uso en los hogares, costará ¢9.210.