Washington. AFP El “corredor de la muerte” de Estados Unidos está repleto de extranjeros que no fueron informados a tiempo de sus derechos y aguardan a ser ejecutados, en violación del derecho internacional, como podría ser el caso de un mexicano.
La ejecución de Edgar Tamayo Arias, de 46 años, está programada para mañana en Huntsville, una localidad de Texas.
En las últimas semanas se multiplicaron las llamadas e intervenciones diplomáticas y judiciales para evitar la muerte de este hombre, condenado por el asesinato de un policía en 1994, y que no recibió la asistencia consular que le habría evitado la pena capital.
El gobierno de México expresó el domingo su firme rechazo a la ejecución de Tamayo Arias, según expresa un comunicado de su cancillería, que informó asimismo haber hecho uso de todos los recursos políticos, legales y administrativos disponibles.
Tamayo es uno de los 51 mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos que formaron parte del caso Avena, que el gobierno mexicano llevó en 2004 ante la Corte Internacional de Justicia, con una sentencia a su favor por no haber recibido asistencia consular.
Violación de derechos. El de Tamayo sería el tercer caso de ejecución de un mexicano que es parte del fallo Avena y, según la cancillería, una violación por parte de Estados Unidos a sus obligaciones internacionales previstas en la Convención de Viena.
Esa convención señala que las autoridades penitenciarias deben velar porque el extranjero sea notificado de su derecho a informar a sus representantes consulares.
De su lado, el consulado debe ofrecer ayuda y asistencia, visitarlo en prisión y representarlo ante los tribunales.