La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) prohibió esta semana la venta de cuatro tipos de bebidas energéticas (comúnmente utilizadas para mantenerse despiertos) que contenían cafeína y alcohol.
Las compañías que distribuyen las bebidas llamadas Core High Gravity, Moonshot, Four Loko, Joose y Max tienen dos semanas para eliminar el alcohol de su fórmula, dado que la consideran altamente peligrosa.
Ninguna de estas bebidas se vende en Costa Rica, según confirmó
“Se tienen muchas pruebas de que la combinación de cafeína y alcohol es un peligro para la salud pública”, dijo Joshua Sharfstein, comisionado de la FDA en un comunicado de prensa.
Y agregó: “Estas bebidas energéticas contienen hasta un 12% de alcohol (el triple de lo que contiene una cerveza)”.
Así, cuando una persona ingiere licor mezclado con cafeína, esta sustancia contrarresta el efecto del alcohol.
Normalmente, cuando una persona toma, el cuerpo da “alertas” cuando ya se está intoxicando: pérdida de balance, sensación de mareo, adormecimiento.
Sin embargo, la cafeína desaparece estos síntomas. “Si estas bebidas se mezclan con licor, quien las toma no siente los efectos del alcohol en su cuerpo, lo que le permite tomar más.
La persona toma hasta que el cerebro se ‘desconecta’, y esto puede matarla”, explicó la nutricionista Emilce Ulate.
Para los representantes de bebidas energéticas que se distribuyen en Costa Rica, esta medida es importante y recalcan que ellos no promueven la combinación de estas bebidas con licor.
El Ministerio de Salud de Costa Rica tomó acciones este año para regular el etiquetado de este tipo de bebidas.
Para marzo del año entrante, las bebidas energéticas deberán tener dos etiquetas con las leyendas: “No se recomienda el consumo de este producto a personas sensibles a la cafeína”, y “El consumo de esta bebida, mezclada con alcohol, es nocivo para la salud”.
Estas disposiciones se dieron a conocer en el Reglamento de suplementos alimenticios del Ministerio de Salud, el cual se publicó en setiembre pasado en el diario oficial
“Los principales problemas que se han presentado con este tipo de productos son la adición indiscriminada de nutrientes, la declaración de propiedades nutricionales o saludables sin que se cuente con la justificación científica que las respalde y la venta de productos sin registro”, explicó Alejandra Chaverri, nutricionista del Ministerio de Salud que participó en la elaboración del Reglamento.