
Aliya Borden tenía 10 años de edad y era regordeta cuando la doctora Sundari Periasamy, pediatra en el Hospital de Harlem, del Centro de Nueva York, la recibió en un innovador programa enfocado en incrementar su consumo de frutas y vegetales.
Tras dos años en el programa, Aliya, estudiante de secundaria, es una historia de éxito: perdió 2,5 kilos el primer año comiendo frutas y vegetales entre comidas; después, 3,5 kg el segundo año, reduciendo los alimentos grasosos.
Su madre, Sheryl Brown, dijo que Aliya solía sabotear las comidas familiares cocinadas en casa comprando comida chatarra en la escuela. Actualmente, lleva fruta o vegetales picados.
“En verdad es un programa maravilloso que puso frutas y verduras más al alcance de mi bolsillo”, dijo Brown.
Esta madre también se benefició pues con las meriendas de frutas y vegetales logró controlar su hipertensión.
La familia Brown está entre 50 familias de bajos ingresos con hijos obesos, registrados en el Programa de Prescripción de Fruta y Verdura, conocido como FVRx, en el Centro Hospitalario de Harlem. Otros tres hospitales en Nueva York también están probando este plan.
El programa fue creado por el Fondo Iluminación Laurie M. Tisch junto con Wholesome Wave, grupo sin fines de lucro que promueve el acceso a mejor comida en barrios de bajos ingresos.
Es una idea asombrosa por su simpleza. En vez de drogas o amonestaciones para perder peso, los médicos prescriben fruta y vegetales. Las familias también reciben educación nutricional, recetas y los llamados “Dólares de la Salud”, mismos que son canjeables por productos en un mercado local de agricultores.
Sobre la iniciativa. El programa FVRx de Nueva York opera en áreas pobres conocidas como “desiertos alimentarios”, en los cuales comer en lugares como McDonald’s es más barato y más fácil que comprar alimentos frescos y prepararlos en casa.
“Hoy, la gente con carencia de ingresos enfrenta un gran problema para obtener buena comida, como fruta y vegetales de alta calidad”, dijo Michel Nischan, fundadora de Wholesome Wave.
El objetivo es “nivelar el campo de juego entre cosas nada saludables y artificialmente baratas y los alimentos saludables”, dijo.
Es una lucha en la que todos ganan. Los participantes obtienen atención y hasta “Dólares de la Salud”, para usarlos en frutas y vegetales en mercados locales.
Por su parte, los agricultores que participan también obtienen un beneficio: venden más, incrementando sus ingresos, en promedio, casi 37%. Además, pueden contratar más gente, poner más tierra en producción, diversificar cosechas, así como invertir más en sus granjas.
Importancia. Numerosos estudios han hablado de la importancia del consumo de verduras.
Un análisis de 22 estudios médicos realizado en el 2014 por la Universidad de Leeds, en Inglaterra, determinó que cada porción de siete gramos de fruta o verdura que una persona consume al día reduce entre un 5% y un 8% su probabilidad de sufrir alguna enfermedad en las arterias. El hábito también reduce el riesgo de males cardiovasculares, como infartos y derrames cerebrales, según el reporte en la revista British Medical Journal (BMJ).