Con justa razón se dice que en Costa Rica existen tres boleros que ya superan los 50 años de vigencia convertidos en parte de la identidad del pueblo: Noche inolvidable , de Ricardo Mora; Recordando mi puerto, de Orlando Zeledón, y Luna liberiana , de Jesús Bonilla.
Noche inolvidable ha sido interpretado por muchos cantantes, pero se reconoce la de Rafa Pérez como la versión clásica. Recordando mi puerto también posee diferentes versiones; sin embargo, la más representativa es la de Gilberto Hernández con el acompañamiento de la Orquesta Murillo.
En cambio, Luna liberiana quedó indisolublemente ligada a Manuel Chamorro, como versión única en la memoria popular. Cuenta Manuel que grabó ese tema en 1959 y que antes nadie lo había hecho.
A finales de los años 30, en Liberia (Guanacaste), se suspendía la electricidad a las 8 p. m. Una noche, Jesús Bonilla salió de la cantina La Copa de Oro , ubicada frente a la casa de la familia Chamorro Roversi, y se impresionó con la hermosa Luna que iluminaba el camino. Allí nació la inspiración de Luna liberiana .
Como sucede con tantas canciones que se convierten en melodías inmortales, pasaron muchos años –veinte– para que se grabara un tema que permanece como un clásico de la música popular costarricense.
El reverso del disco de 1959 lleva el pasillo He guardado en la voz de Manuel Chamorro y con letra de Aristides Baltodano y música de Manuel Rodríguez Caracas.
Ese tema también tiene una historia particular. Según Chamorro, Rodríguez Caracas visitaba a un matrimonio amigo y, al despedirse, depositó un beso en la mejilla de la señora. Aristides Baltodano vio la escena y pronto escribió la letra de la canción.
Con Rodríguez, Baltodano elaboró la canción para dar a Costa Rica uno de sus temas más perdurables. Chamorro grabó el tema en San José durante una de sus visitas pues realizaba estudios de medicina en México.
Bolerista de moda. En 1962, Manuel Chamorro regresó a San José para grabar boleros de Ricardo Mora y de Mario Chacón en la Sala Tassara, de barrio México.
Las canciones convirtieron a Manuel en un ídolo de la juventud costarricense, el primer “caso mediático” de la música popular en nuestro país, sustentado en una indiscutible calidad vocal y en una imagen varonil.
Después de ese registro histórico, no se ha presentado en el país un cantante que impacte a la juventud con tantos éxitos y en un período tan reducido.
De Ricardo Mora, Chamorro grabó los boleros Sin palabras, En mi hastío, No se lo digas y Mi error , todos con el conjunto que dirigía el propio compositor. También de Mora grabó el tema Duerme, corazón con la Orquesta Maryval, e Invariablemente con la Orquesta de Gil Vega.
De Mario Chacón, Manuel lanzó los boleros Así, Otoño y primavera, Oasis y Por qué. En años recientes, se descubrieron algunas grabaciones realizadas en la Sala Tassara, no comercializadas durante aquellos años: Nunca lo sabrás y Vivir sin ti, con el acompañamiento de la Orquesta Maryval.
El aprendizaje de los boleros de Ricardo Mora pasó por un rito que cumplieron otros cantantes nacionales y extranjeros: en su taller de guitarras (ubicado en los alrededores de la iglesia de La Dolorosa) se familiarizaban con la letra y la melodía hasta dominarlas completamente bajo la supervisión del compositor.
El paso siguiente era trasladarse a los estudios de grabación para ensayar con la orquesta y luego grabar la cinta. En el caso de Chamorro, tales facetas se cumplieron en forma apresurada pues el cantante debía retornar a México para continuar con sus estudios de medicina.
Los cantantes nacionales Rafa Pérez, Gilberto Hernández, Luis Molina y otros recorrieron este camino, lo mismo que los foráneos Bienvenido Granda, Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo y Los Tres Reyes. El taller todavía existe bajo otra administración, pero entre sus paredes sobrevive el recuerdo de la época de oro del bolero costarricense.
La voz de la pampa. Nacido en Liberia hace más de setenta años, Manuel Chamorro se ha convertido en el intérprete más representativo de la provincia de Guanacaste.
En su último disco recoge las canciones tradicionales de aquella región, provenientes de los autores que le dieron brillo a la canción de la pampa. Allí están Héctor Zúñiga, Jesús Bonilla, Aristides Baltodano y Manuel Rodríguez Caracas.
Chamorro también ha incursionado en la composición; a su padre le dedicó la pieza ¡Qué tiempos aquellos, mi buen Manuel! Otro tema suyo está en el disco Pampa mía: A las ancas de mi ruano.
En 1977 representó a Costa Rica en el festival de la OTI, celebrado en España, con una composición propia: Melodía de los amantes. De su cosecha, con arreglos de Carlos Guzmán y Jonathan Zarzoza, es el tema Gracias, amor, representativo de Costa Rica en el festival OTI de 1983, realizado en Washington, Estados Unidos.
Manuel Chamorro continúa presentándose en espectáculos públicos, sobre todo en la provincia guanacasteca. Ha viajado por diversos países con grupos folclóricos nacionales, y durante muchos años se presentó en centros nocturnos de México como parte de una legión de artistas costarricenses que hicieron carrera en aquel país del norte.
Su más reciente composición es la parrandera Bella morena mi tierra. El gran Manuel Chamorro sigue con la voz cantante.
EL AUTOR ES INVESTIGADOR MUSICAL Y DIRIGE UN PROGRAMA DE MÚSICA POPULAR QUE RADIO NACIONAL TRANSMITE LOS DOMINGOS A LAS 8 P. M.