En la sétima provincia, reconocida por muchos por sus playas paradisíacas, el voto es versátil; se desplaza entre inquietudes económicas, sociales y culturales que atraviesan sus montañas, sus barras y sus olas. La intención del voto en Limón, eso sí, parte de los elementos esenciales para una estilo de vida digno. Y para comprender por qué los limonenses consideran las propuestas políticas una cuestión de supervivencia, hablamos con sus habitantes.
Cualquiera que desee llegar al Caribe, tiene que subirse a la ruta 32. Las opciones son dormirse en el bus o manejar por horas en ese trayecto prolongado de curvas resbaladizas y propensas a derrumbes, como tantas veces ocurre.
Ese viaje lo realiza con frecuencia Yuride Gutiérrez, artista oriunda de Río Jiménez y estudiante en Cartago. No es nuevo para ella, por ejemplo, que alguna complicación en la carretera deje a su comunidad, y en consecuencia a toda su provincia, incomunicada.
Al dividir sus días entre Guácimo y la Gran Área Metropolitana (GAM), las diferencias para Yuride son cada vez más evidentes: allá abundan los patrullajes, las universidades estatales y los parques iluminados… acá, en cambio, percibe la ausencia de políticas públicas que impulsen la economía local o estimulen el talento de sus vecinos.
Por esas distinciones, quisiera que el próximo gobierno fortalezca la infraestructura limonense, atienda las raíces del desempleo, le devuelva la seguridad a la población y, por supuesto, mejore las condiciones de la ruta 32.
“No existe otra ruta estable y confiable para que Limón se conecte con las demás partes del país (...). Hay muchos servicios que no se dan en la provincia y la gente se tiene que trasladar a la GAM. Con temas de salud, por ejemplo, y eso lo incomunica por completo. Causa demasiada inestabilidad”, afirmó la artista y emprendedora.
Tampoco vería mal que el gobierno dote de recursos a los artistas caribeños. Así como ella disfrutaba sus tardes de infancia entre lápices y pinceles, sabe que más niños se verían beneficiados de programas culturales en sus comunidades. Y si alguno decide seguir el camino de los lienzos, quizás no sienta que avanza en soledad.
El voto termina siendo, más que ideológico, una cuestión de supervivencia en comparación con la GAM (...). Es demasiado común que antes de las elecciones la mayoría de candidatos voltean la mirada hacia las zonas costeras, porque saben que ahí hay demasiados votos por quien prometa el mejoramiento de las condiciones. Pero siempre utilizan las mismas palabras para, de cierta forma, manipular el voto. Si al final vemos una cuestión histórica, se queda solo en propuestas”.
— Yuride Gutiérrez, emprendedora y artista vecina de Río Jiménez, Guácimo
La indiferencia apremia
Hacia el este de Guácimo, la calle se adentra en Siquirres, ese cantón montañoso que muchos consideran de paso. En sus vastas zonas verdes, hoy contaminadas por la expansión de las piñeras, y en las fincas donde el agua potable aún no llega, viven personas ya indiferentes a las elecciones nacionales. Los resultados, de todas maneras, no traen luz a sus problemas.
Allí residen personas como Nelson Alvarado Aguilar, quien recuerda haber crecido con tranquilidad entre pastos y asfaltos, pero hoy siente tangible el temor de cruzarse con una bala perdida o ser asaltado a mediodía.
Y aunque algunos siquirreños como Nelson, quien ha trabajado como profesor en distintos puntos de Limón y hoy es representante en la iglesia evangélica IDEC, mantienen la esperanza de que lleguen cambios positivos a la provincia, la mayoría desconfía de los políticos.
Ese escepticismo, si se quiere, podría mitigarse con el candidato que no solo entienda, si no estimule a las zonas rurales y costeras. La atención estatal al turismo rural y la inversión sostenida a lo largo y ancho de Limón es lo que anhela el pastor.
“Limón es la provincia de donde sale la mayor cantidad de exportaciones y no tenemos proyectos de desarrollo como zonas francas, por ejemplo, que puedan impulsar el tema de turismo. En realidad, las divisas que quedan en los diferentes cantones de la provincia son mínimos”, comentó.
Bajo ese escenario, y si también se mejora el empleo para los mayores de 50 años, considera que el ánimo se podría restablecer en la provincia.
La gente lo que siente es que independientemente del político de turno que vaya a llegar, no van a prestar mayor atención ni van a ayudar en las necesidades reales de la población. Hay muchísima gente con la que uno habla y la mayoría le dice ‘No, yo no voy ni siquiera a salir a votar’. El otro factor también es la polarización, que muchísima gente prefiere mantenerse al margen para no ser atacado en redes sociales”
— Nelson Alvarado, pastor evangélico de Siquirres

Atletas sin recursos
Muchos llegarán al casco central de la provincia caribeña por su gastronomía, otros por sus viajes a Isla Uvita, pero no tantos pasan tiempo en Cieneguita.
Quien sí lo hace es Johnny López, un entrenador deportivo con más de tres décadas de trayectoria, que dedica sus sábados a entrenar a los jóvenes en basquetbol. Lo conmueve ver cómo uno de esos muchachos crece y debuta en primera división, porque no duda de su talento, pero también se le dificulta financiarlo.
Solo un viaje para llevar a cuatro de sus estudiantes a competir a Parrita, por dos días, le costaba ¢600.000; cifra prácticamente inalcanzable de recaudar entre jóvenes de escasos recursos y un profesor que les guía en su tiempo libre.
Es más tortuoso, todavía, observar cómo las escasas inversiones deportivas en Limón se desvanecen, o corrompen. Hace unos años ocurrió con la cancha de atletismo; recientemente, con el presunto lavado de dinero ligado el equipo de fútbol Limón Black Star FC.
Y como la gente está desilusionada y cansada de que candidatos a diputaciones o a la Presidencia prometan áreas recreativas que nunca se concretan, Johnny sostiene que la prioridad para quienes aspiran a gobernar en los próximos comicios debe centrarse en el deporte y la educación en Limón.
Hay que voltear la educación. Tiene que haber más, yo diría, auditoría en las instituciones públicas. Yo lanzo una crítica: ¿Cómo es posible que un país que no tiene ejército tenga escuelas en el suelo hace 10 años? Como la escuela de limoncito, que ya la están construyendo, pero, ¿cuánto tiempo pasó para que la pudieran construir?
— Johnny López, entrenador deportivo en Cieneguita
Puerto Viejo en los ojos de extranjeros
Después de recorrer al menos cuatro horas desde San José y pasar por Guácimo, Siquirres y Cieneguita, se llega a Puerto Viejo. Locales y turistas avanzan por su costa, se detienen para fotografiar el paisaje y, quizá por recomendación, almuerzan o cenan en Salsa Brava, uno de los restaurantes más antiguos de la zona.
La dueña de este establecimiento, Wanda Patterson, ha observado el crecimiento acelerado de la comunidad. Pero cuanto más se expande, más nota cómo los proyectos de desarrollo rara vez quedan en manos de quienes siempre han habitado esos pueblos. En cambio, terminan concentrados en aquellas plataformas y cadenas que levantan hoteles, restaurantes y negocios que desplazan al comercio local.
“Costa Rica en general está de moda y el Caribe del Sur también. Se piensa que es un descubrimiento porque es un lugar no tan poblado que turísticamente se puede desarrollar. Por eso nosotros, en los últimos 10 años, hemos sido descubiertos. Aquí se ha venido todo mundo a invertir, pero no todo ese mundo está regulado”, acotó la empresaria.
El público de Puerto Viejo se ha convertido entonces, para Wanda, en extranjeros adinerados que dejan en desventaja al turismo sostenible del pequeño y mediano comerciante. “El que viene, viene con un poder mucho más adquisitivo que el nuestro”, dice.
En paralelo, los locales se sienten desprotegidos; ya no tienen policía turística en Puerto Viejo, y cuando hay una emergencia, la atención que reciben es mucho más lenta que hace 10, 20 o 30 años.
A los gobernantes venideros, además de atender estas problemáticas, Wanda les pide atención a la educación. Como en Puerto Viejo no hay colegio, los estudiantes deben movilizarse al menos 45 minutos en autobús para llegar al centro educativo más cercano, pero en días en que no pasan o se atrasan, se ausentan de las clases.
Más capacitaciones y oportunidades para los emprendedores locales; centros de salud estables; programas de bienestar para jóvenes, adultos mayores y familias vulnerables. También solicita buses con mayor frecuencia, regulación del transporte informal y mejoras en las rutas que conectan Puerto Viejo con Manzanillo y Cahuita. Todo eso, asegura Wanda, es lo que definirá su voto.
Por supuesto, pesa la historia afrodescendiente, cuyos habitantes exigen respeto por su identidad y sus raíces, conforme al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce derechos específicos para pueblos originarios y comunidades tribales, y que Costa Rica ya ratificó.
Estos y muchos otros temas han sido urgentes en Limón “desde siempre”, según sus habitantes. Aguardan, no obstante, que alguien llegue a atenderlos en los próximos comicios. Quizás entonces esa persona consiga su voto y restaure la confianza de la cédula 7 en la política nacional.
Tenemos el tema territorial que es un problema muy fuerte. El plan regulador quedó ahorita como el diablo (...). Tenemos mucho miedo hacia los desalojos, a las arbitrariedades y pérdidas de los derechos, preocupación por las decisiones políticas sin consulta real a la comunidad".
— Wanda Paterson, dueña de un restaurante en Puerto Viejo
Área: 9,177 km²
Población: 470.383 personas
IDH cantonal: Todos por debajo del promedio nacional. Siquirres (0,739), Pococí (0,728), Limón (0,717), Guácimo (0,688), Talamanca (0,674) y Matina (0,611).
Partido que obtuvo más votos en las últimas tres elecciones: Nueva República, con 29,84% (2022); Restauración Nacional, con 23,74% (2018); Acción Ciudadana, con 30,64% (2014)
Porcentaje de abstencionismo en las últimas tres elecciones, en primera ronda: 49,29% (2022), 42,92% (2018) y 41,14% (2014)
