
En la antesala de las elecciones del 1.° de febrero, el país enfrenta el desafío de la alta indecisión ciudadana y el persistente riesgo del abstencionismo. Miles de electores aún no saben por quién votar o dudan incluso de acudir a las urnas, un indicio de que necesitan información verificada para tomar una decisión en el proceso en el que 3,7 millones de costarricenses tendremos el derecho de elegir presidente de la República, dos vicepresidentes y 57 diputados; en total, 60 cargos.
Con 20 candidaturas presidenciales, cada una con visiones, estilos y promesas dispares, y con 1.207 personas postuladas a una diputación, informar con rigor, identificar quién es quién y facilitar la comparación de propuestas es un deber profesional. Informar no busca orientar el voto ni inclinar preferencias, sino reducir la incertidumbre que domina la campaña. Someter las propuestas a las mismas reglas, contrastarlas con criterios comunes y hacer visibles coincidencias y diferencias es también una forma de exigir rendición de cuentas a quienes aspiran a gobernar y de elevar la calidad del debate público.
Esta campaña es compleja y se desarrolla, además, en un contexto donde, por primera vez, el proceso electoral enfrenta ataques sistemáticos desde la Presidencia de la República dirigidos a deslegitimar al Tribunal Supremo de Elecciones. La gravedad de ese escenario quedó evidenciada cuando su presidenta, Eugenia Zamora, advirtió por escrito al mandatario Rodrigo Chaves que “está amenazando la paz y la estabilidad política del país”.
En ese clima de cuestionamiento institucional, informarse se convierte en una forma de resguardar la credibilidad del proceso electoral, mantener el debate centrado en las propuestas y preservar la vía pacífica con la que Costa Rica ha elegido sus gobernantes en siete décadas.
Desde esa convicción se articula el conjunto de recursos informativos y coberturas que La Nación pone a disposición del electorado. Entre ellos figura “¿Cuál candidato piensa como yo?”, un quiz que permite identificar afinidades y distancias frente a las distintas opciones políticas, así como “Conozca y compare a los 20 candidatos a la Presidencia”, un comparador que somete a todos los aspirantes a las mismas preguntas para facilitar un contraste de sus propuestas. A estas iniciativas se suma el código QR en la edición impresa, que amplía el acceso a estos contenidos más allá del entorno digital.
Además, en Opinión, la sección En Voz Alta abre desde octubre, cada viernes, un espacio para que jóvenes universitarios, muchos de ellos votantes primerizos, expresen sus inquietudes y expectativas frente a la campaña y a los desafíos del próximo gobierno.
El análisis se extendió a El Explicador, donde pusimos en perspectiva las propuestas más inusuales de los planes de gobierno —desde minería espacial, parques temáticos al estilo Disney y producción de telenovelas nacionales hasta un teleférico urbano—, así como la viabilidad de legalizar la marihuana recreativa; también aclaramos la evolución de la indecisión en las encuestas y el alcance de la tregua navideña.
De manera complementaria, la cobertura diaria de la campaña se sostiene en datos verificados, contexto, encuestas y análisis, con el objetivo de aportar elementos para una deliberación más informada.
En esa línea, el quiz electoral interactivo permite a cada lector, tras responder 20 preguntas, identificar con qué candidaturas coincide en mayor medida y en cuáles temas. La herramienta no se limita a mostrar porcentajes de afinidad, sino también revisar las respuestas concretas de cada aspirante para contrastar posiciones con mayor claridad.
Como complemento, “Conozca y compare a los 20 candidatos a la Presidencia” ayuda a dilucidar con mayor detalle coincidencias y diferencias entre los aspirantes en temas clave como seguridad, educación, medio ambiente, vivienda, empleo, tipo de cambio y movilidad, entre otros. Además, en la sección Diputaciones se puede consultar la lista completa de candidaturas a la Asamblea Legislativa, organizada por provincia y partido.
Este esfuerzo informativo responde a una realidad: la falta de información sigue siendo la principal causa de la indecisión. Desde noviembre, el 56,4% de las personas indecisas afirmó no saber por quién votar porque no cuenta con elementos suficientes, según la encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo), de la Universidad Nacional (UNA).
El otro gran desafío es el abstencionismo. Solo el 61% de los encuestados asegura estar completamente decidido a votar, un dato que anticipa niveles similares a los del 2022, cuando el 40,8% del padrón se ausentó de las urnas —la cifra más alta en seis décadas—. La mayoría de quienes no participaron fueron jóvenes, un dato relevante si se considera que, en estas elecciones, el 44% del electorado tiene entre 18 y 39 años, un segmento muy decisivo.
Estamos convencidos de que la democracia exige menos indiferencia y más involucramiento. Frente al ruido, la desinformación y la desconfianza, el voto informado es una forma de proteger las libertades construidas durante décadas. La información está disponible; la responsabilidad final recae en cada uno de nosotros.
