
Cuando el estrés aumenta, el sueño se altera y las preocupaciones se acumulan, muchas personas experimentan un dolor que se instala, especialmente, en la zona lumbar o en el cuello. Aunque no siempre existe una lesión física, la tensión emocional influye directamente en la forma en que se percibe este malestar.
¿Por qué sucede este fenómeno? Y, sobre todo, ¿qué puede hacer una persona para evitar que el dolor se vuelva parte de su rutina? Un especialista lo explica.
Lo que debe saber:
- El estrés no crea lesiones, pero amplifica la manera en que se siente el dolor, especialmente el muscular.
- La zona lumbar es la región donde más frecuentemente se manifiesta el dolor asociado a tensión emocional.
- El ejercicio regular, la respiración consciente y una buena ergonomía reducen la intensidad del dolor y previenen molestias persistentes.
Por qué el estrés se siente en la espalda
El estrés no solamente afecta la mente, sino que también modifica la forma en que se percibe el dolor. Y la espalda —ese eje que sostiene al cuerpo— suele ser el primero en resentirlo.
Andrés Angulo, cirujano de Columna Vertebral y Ortopedia del Hospital Metropolitano y Magna Médica, explica que el dolor se compone de factores biológicos, sociales y emocionales que se combinan constantemente. El estrés, en particular, puede amplificar la sensibilidad a cualquier estímulo doloroso.
“Un pellizco a una persona que está feliz y tranquila no va a sentir el dolor con la misma intensidad que si está estresado o preocupado”, señala Angulo.
Además, muchas personas canalizan la tensión emocional en el cuerpo, especialmente en la espalda. Este hábito involuntario genera contracturas, rigidez y una sensación de carga constante.
¿Dónde se manifiesta más ese dolor?
- Aunque el estrés puede causar tensión en diferentes partes del cuerpo, por incidencia general, la lumbalgia —dolor en la zona baja de la espalda— es la más común.
- Esto no significa que la lumbalgia siempre esté relacionada con el estrés, pero sí es la región donde se reportan más molestias en la población.
- La zona cervical (a nivel de cuello) también presenta dolor en muchas personas, pero, según Angulo, la región lumbar es la más frecuente en las consultas y en los cuadros de dolor general.
Señales de alerta: ¿cuándo el dolor podría estar relacionado con estrés?
Aunque no siempre es fácil diferenciar el origen del dolor, el cuerpo suele dar pistas cuando la tensión emocional está pasándole factura:
- Dolor que coincide con etapas de mucha carga laboral o emocional.
- Contracturas que aparecen sin haber realizado actividad física intensa.
- Alteraciones del sueño, tristeza o dolor de cabeza acompañando el dolor de espalda.
“Aunque uno no diga ‘no estoy estresado’, tiene alguna forma de presentarse”, afirma Angulo.

La respiración y el manejo emocional sí importan
La respiración consciente, el manejo del estrés y prácticas como la meditación no previenen lesiones, pero sí disminuyen la percepción del dolor.
Cuando la mente se calma, el cuerpo sale del estado de alerta, los músculos se relajan y el dolor deja de intensificarse.
Estas herramientas son especialmente útiles para personas que saben que el dolor aparece en épocas de tensión emocional.
Ejercicio: más eficaz que algunos tratamientos médicos para el estrés
Una de las recomendaciones más contundentes del especialista es el ejercicio regular.
No solamente mejora la salud física: según explica Angulo, la actividad física ha demostrado ser superior incluso a ciertos antidepresivos y ansiolíticos en estudios que comparan su impacto sobre el bienestar emocional.
“La práctica frecuente de deporte sale superior. Es decir, brinda mejor calidad de vida y disminución de estos síntomas de estrés y ansiedad versus el tratamiento médico. Entonces, hacer una práctica regular de ejercicio es fundamental para el bienestar de la persona”, asegura el médico.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor para la columna?
No existe un único ejercicio perfecto para todos. Lo importante es fortalecer los músculos que sostienen la columna. Algunas opciones son:
- Pilates: fortalece el core (núcleo) y mejora la estabilidad.
- Natación: ideal para quienes tienen dolor, ya que, al no haber gravedad dentro del agua, el cuerpo tolera mejor el movimiento.
- Ejercicio de fortalecimiento general: caminar, entrenamientos funcionales moderados y rutinas guiadas por un profesional.
Si trabaja sentado, estas recomendaciones pueden prevenir el dolor
Pasar horas frente a la computadora es uno de los principales detonantes de dolor lumbar y cervical. Por eso, el especialista sugiere:
- Utilizar una silla ergonómica que mantenga una buena postura.
- No permanecer más de una hora sentado: levantarse, caminar y hacer pausas activas.
- Ajustar el teclado y el monitor para que la columna no quede en una posición desventajosa.
- Escuchar al cuerpo: un dolor muscular no debería durar más de cuatro semanas
Si el dolor persiste por más tiempo, es importante buscar revisión médica, ya que podría haber un problema diferente al estrés.
“Hay gente que tiene tres meses con dolor y nunca se ha ido a revisar. Entonces es importante estar atento”, finalizó Angulo, en entrevista con La Nación.
