Todo el mundo habla de fútbol las últimas semanas, pero no exactamente de temas felices. Ante la debacle de la Selección Nacional, fuera del Mundial 2026 en una eliminatoria que parecía fácil, y un alicaído campeonato nacional, ¿quién imagina una salida? Pues le preguntamos a Alexandre Guimaraes.
Hasta hace apenas siete meses “Guima” dirigía a Liga Deportiva Alajuelense, pero su carrera ha sido mucho más larga que esa etapa. Jugó un mundial, dirigió dos, ha sido campeón en tres confederaciones y hasta ha colaborado con FIFA en diferentes instancias. Revista Dominical conversó con él sobre el estado del fútbol nacional y sobre su trayectoria.
Le ofrecemos un extracto de la entrevista, así como la conversación completa en formato videopódcast. Para encontrar las ediciones más recientes de La entrevista del domingo visite nacion.com, el canal de Spotify o el canal de Youtube de La Nación.
— Con la calma que dan los meses y el análisis desde afuera, ¿cómo analiza usted el estado actual del fútbol tico? No solo el torneo nacional, sino lo que ocurrió con la Selección Nacional hace apenas un par de semanas...
— Lo primero es que (el fútbol tico) ha estado siempre supeditado a clasificar al Mundial. Desde el 2002, pasando por el 2006, con la pausa del 2010, luego 14, 18, 22, la estructura del fútbol costarricense se vio prácticamente basada en concurrir a los mundiales.
“En un comienzo, se dio mucho hincapié en el trabajo con selecciones menores. Y hablo de selecciones menores porque en aquel entonces había un plan muy bien desarrollado de captación de jóvenes para el fútbol de Costa Rica.
“Los equipos tenían una estructura armada que le daba la posibilidad a la Federación de, no solo tomar jugadores de ahí, sino también, a través del programa de selecciones regionales, también hubo mucha captación de futbolistas jóvenes, que fueron teniendo mucho auge y se dio mucho énfasis a los fogueos”.
— ¿Qué años estamos hablando aproximadamente?
— Prácticamente desde que yo entré en la Federación, que fue en el año 2000, como auxiliar del entrenador que había en aquel momento. Uno se daba cuenta de que iban haciendo las cosas bien y que salían jugadores de regiones muy importantes del país, regiones que producían muchos jugadores en aquellos momentos, sobre todo en las costas, Pacífico y Atlántico, salían y tenían oportunidad.
“El fútbol de Costa Rica, producto de eso, fue entrando en una situación de clasificaciones a los mundiales que en cierta manera, sobre todo después del 2006, me parece como que encegueció a la dirigencia, a la estructura del fútbol.
“Hay un punto de quiebre que es el cambio de estatutos en la Federación. Digamos que se abre la puerta y entra Raimundo y todo el mundo. Eso hizo que muchísimo más se enfocara en el éxito de la selección mayor y se iba dejando (de lado) todo este trabajo que se estaba haciendo abajo. A partir de ahí es donde comienza el desmoronamiento de este fútbol”.

— Usted dirigió a la Selección en dos oportunidades: enfrentó eliminatorias muy difíciles en las cuales estaban México y Estados Unidos, los dos titanes de la zona en ese momento. En esta ocasión, todos decíamos: es la gran oportunidad para ir a un mundial de 48 selecciones y no tenemos en la eliminatoria a estos gigantes del área. Y nos quedamos por fuera. ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que ocurrió para que en una eliminatoria más fácil termináramos con este resultado?
— Sí, la verdad es que el día posterior al partido contra Honduras, creo que mucha gente andábamos como zombis. Es decir, como, ‘¿que es lo que pasó acá?’. Sin creérsela. Sin entender.
“Yo fui al estadio a ver el partido y la verdad no me sorprendió en el sentido de que uno veía venir desde las primeras decisiones que se fueron tomando, cuando ya hay un cambio de entrenador...
— De Gustavo Alfaro a Claudio Vivas...
— Sí. Uno veía que había una intención que para mí siempre fue descabellada y al final los que quizás sacamos esa bandera de precaución... pues se dio (el cambio generacional). Se intentó hacer, porque eso ya había sucedido del 2006 al 2010 y quedamos fuera.
“Habiendo vivido eso (...), uno veía que hacer el cambio generacional tan bruscamente nunca ha dado resultado, y a otras selecciones que lo han intentado, les ha ido mal; hay otras selecciones que han hecho un cambio más suave. Cuando vimos eso, por lo menos yo me dije: ‘Esto no pinta bien’.
“Después, también la situación que, aparentemente, nadie se dio cuenta o nadie quiso darse cuenta de que las selecciones caribeñas, que son las que nos han pegado un cachetazo tremendo, ya no son lo que eran, inclusive cuando uno las enfrentó hacia el 2002 y 2006. Ya habían perdido la inocencia y eran huesos duros de roer”.
— Señala el tema de las selecciones caribeñas. Se puede ver que cada vez más suman jugadores de Premier League, de primera división de España, de Francia. Cada vez son selecciones más potentes, están seduciendo a estos jóvenes y ahora les pueden ofrecer ir a un mundial. ¿Podríamos estar ante un cambio del paradigma de Concacaf?
— Sí, sí. Yo tenía mis dudas con respecto a esta apertura de FIFA para tanta selección en un mundial. Pero ya viendo, sobre todo en nuestra área, lo que ha sido esta posibilidad para varias selecciones caribeñas, uno dice, ‘sí, bien jugado’. Esta decisión hizo que estas federaciones quizás hayan tenido que cambiar un poco su manera de ver, porque podían oler que podían ir a un mundial o volver, como Haití, después de tantísimos años".

— Usted estuvo en el estadio el día del partido contra Honduras, usted, como aficionado pero también entrenador, ¿qué sentimiento le invadía?
— La impotencia total. A nosotros, las entradas que les dan a los jugadores, a la familia, están frente a los banquillos, entonces uno (los) veía conforme iba pasando el partido. Primero, hay como un estallido de euforia... ¿metió gol Nicaragua? No, era Haití...
“Termina el primer tiempo y más de uno, como fue el caso de nosotros que estábamos ahí, mandamos a alguien que fuera hacia las ventas que tenían las radios para saber realmente cómo estaba la cosa.
“La sensación de varios era que, bueno, uno como entrenador tiene un plan de inicio de juego, de medio juego y al final del partido. Cuando vuelven a entrar a la cancha y uno no ve ningún cambio, la verdad eso a mí me dejó así como... ¿qué está pasando?“.
“Hacer el cambio generacional tan bruscamente nunca ha dado resultado, y a otras selecciones que lo han intentado, les ha ido mal”
— Alexandre Guimaraes
— ¿Por qué?
— Porque era evidente, por lo que se había hecho en el primer tiempo, que había futbolistas en el banquillo que tenían que entrar ya, porque teníamos 45 minutos nada más.
“Esas situaciones, además, se dieron prácticamente durante toda esta fase. Quito quizás el partido allá de visita en Honduras, que fue un partido bien delineado y que al final de cuentas el empate ahí no era un mal resultado. Pero todo lo demás, en este último juego confirmó un poco estas decisiones que nadie entendía.
“La sensación que uno iba empezando a contagiarse de la gente que estaba alrededor de uno era de ‘¡es solo un gol, tenemos que meter un gol!’, pero no se generaban muchas situaciones claras de gol.
“Esta generación se va a dar cuenta de lo que están dejando pasar. Algunos de ellos ya se dieron cuenta de que algunas cosas no hicieron buenas y los dejó fuera del Mundial 2022. Cuando vos no vas a un mundial como jugador, y tenés la posibilidad de ir a otro, pero no vas, el tiempo te atrapa, el fútbol no espera a nadie“.

— Se extinguió la generación de 2014, y los líderes del siguiente mundial van a ser líderes sin mundiales, algunos ni siquiera han jugado citas menores. No han competido internacionalmente.
— Ahí es donde la elección del próximo cuerpo técnico y entrenador es vital, vital. Ese liderazgo lo debe asumir totalmente, ante estas situaciones en las que concuerdo, ese liderazgo lo debe asumir el entrenador que vaya a venir. No hay quite.
“El fútbol nacional está en un momento donde las decisiones no pueden fallar, porque vos podés resistir no ir a un mundial, como resistió el fútbol nuestro en 2010, pero ya resistir no ir a un segundo mundial puede ser muy duro para la economía del fútbol”.
— Parece que el aficionado tico quedó resfriado de los entrenadores extranjeros, se ha hablado de entrenadores ticos, ¿usted estaría interesado en dirigir a la Sele? ¿Qué pediría para hacerlo?
— He hecho más de la mitad de mi carrera trabajando afuera de Costa Rica, producto también de ser mundialista, de haber jugado un mundial y haber dirigido dos. Eso te pone en un nivel diferente cuando te analizan. Y ojo, yo uso el pasaporte tico, no el brasileño, con eso respondo lo que representa la selección para mí.
“Casi todas las apariciones de Costa Rica en mundiales mayores y menores han sido con técnicos nacionales, Jorge Luis Pinto es una excepción pero él ya conocía el fútbol tico y había trabajado aquí.
“Lo que a nosotros acá nos da desazón, para no decir una palabra más fuerte, es que, para lo que han demostrado los extranjeros, los locales hubieran hecho mucho más. ¡Mucho más! Los que han venido no han demostrado nada, no es como cuando vino ‘Bora’ Milutinovic que uno veía un señor que sabe.
“Los entrenadores locales que han tenido éxito, otros que han tenido éxito a nivel centroamericano, claro que se quedan preguntándose qué más necesitan hacer, ¡ni que te digo en mi caso personal! La dirigencia ha perdido la credibilidad hacia el entrenador tico“.
“Cuando vuelven a entrar a la cancha y uno no ve ningún cambio, la verdad eso a mí me dejó así como... ¿qué está pasando?"
— Alexandre Guimaraes
— Le reitero mi pregunta, ¿le gustaría dirigir a la selección?
— Sí, sí, me quise burlar un poco (risas). Si yo viera que lo que uno va a proponer va a tener eco, impacto, yo digo ‘ok’. Pero al ver que en las elecciones de entrenadores anteriores nunca se nos ha tomado en cuenta, y al estar la federación tan politizada, uno sabe que llegaría ahí con muchos tiburones cerca. Y yo no voy a ser carne para ningún tiburón.

Desde lo personal
— Usted ha dicho varias veces que vino a dirigir a Costa Rica en esta última etapa porque quería además entrenar a su hijo, Celso Borges. ¿Cómo fue la experiencia de entrenar a su hijo, además, en una etapa ya muy madura de su carrera?
— Para mí siempre era muy claro y para él también que una vez que poníamos el pie en las canchas de entrenamiento, desde que llegábamos al CAR o al estadio, él era un jugador más.
“Desde ese aspecto, yo lo que vi en en él fue una constatación de un profesional que ha sabido convivir con las maduras y no tan maduras, y que hoy día sigue siendo un futbolista de referencia. Tanto es así que le acaban de renovar el contrato a sus 37 años, y no seis meses, como es lo que usual que haga la dirigencia con esos futbolistas, sino un año.
“(Ahí constaté) primero, todo lo que nosotros como familia intentamos inculcarle sobre lo que es ser profesional y lo que es ser persona. Nada más tengo que sacarme el sombrero y felicitarlo por lo que ha sido su carrera, porque además los números que él tiene, muy pocos en la historia del fútbol costarricense los tienen”.

— ¿Con quién se queda, con el Alexandre Guimaraes jugador, o con el Celso jugador? ¿A quién prefiere en su equipo?
— ¡Pero mil veces Celso! Es que... no cualquiera, no hablo ya de esta generación. ¿Qué pagaría Pablo (César Wanchope), qué pagarían otros por tener más de dos mundiales jugados?
“Esta gente tiene tres mundiales jugados. Cuando uno está fuera y uno trabaja afuera, uno veía el brillo en los ojos cuando uno hablaba con la gente en Colombia o en todos lados que yo he estado. Hablaban de estos jugadores, de Keylor (Navas), de Celso, de Bryan (Ruiz), de toda esta generación, y obviamente que de Pablo y de ellos también (...).
“Estos muchachos que infelizmente no pudieron clasificar ahora, quizás solo el tiempo los va a hacer meditar, como decir: ‘Hubiera podido hacer un poco más’“.
“Nada más tengo que sacarme el sombrero y felicitarlo por lo que ha sido su carrera”
— Alexandre Guimaraes sobre Celso Borges
— Viendo los comentarios de la gente después de la eliminación, muchos eran criticando a los jóvenes, y una crítica común era que muchos no se habían ganado estar en la Selección. Recuerdo haber oído una anécdota que contó Celso, que él contó una vez que quedó fuera de lista de un mundial menor y que usted al verlo a él llorando habló con el entrenador, no para reclamarle, sino para preguntarle en qué podía mejorar Celso.
— Sí.
— ¿Tienen que costar un poco las cosas para evaluarlas y ser un profesional de ese nivel?
— La anécdota es tal como la dijiste, solamente que fue previo a una lista sub-17. Yo además era entrenador de la selección mayor. Pero ahí yo creo que él también se dio cuenta de que, por más posición de poder en que uno esté, nunca se debe aprovechar ni debe pasar por encima de nadie.
“Sí. Deben costar las cosas un poco y llevarse golpes en el camino para valorarlas. Pero por supuesto. El éxito fácil es lo más dañino que puede pasar a cualquier profesional, y ni que se diga un futbolista.
“(...) A veces, cuando el futbolista sale muy joven de su país, como está pasando acá, se desliga muy rápido de lo que es el país, hay ligas en esa situación que van haciendo que el futbolista sea más acomodado.
“Por ejemplo, uno de los destinos del fútbol costarricense es la Major League Soccer (MLS, Estados Unidos). Y ojo que te digo que ha sido un anhelo que no he podido lograr nunca, que es dirigir en la MLS. Pero la MLS como tal, por la cercanía de Costa Rica, hace que para el futbolista en cualquier momento de de apremio, de esas dudas existenciales como profesional que tiene, tiene la posibilidad de levantar el teléfono y decir ‘venite, estate conmigo 15 días’”.
“El éxito fácil es lo más dañino que puede pasar a cualquier profesional, y ni que se diga un futbolista”
— Alexandre Guimaraes

— Está a un paso de casa, digamos.
— Está un paso de casa. (Entonces empieza a decir) ‘No, mirá, es que este entrenador no, no te da chance, o que es que aquí hace mucho frío... ¿Me entiende?
“El futbolista que está en el país convive con esto que está pasando ahora acá en el país, convive con eso: va al supermercado y tiene que oír equis situación. El futbolista que está fuera no convive con eso. Hay un acomodamiento, sin duda alguna es así”.
— Usted había dicho en una entrevista anterior que quería cumplir el anhelo de dirigir los cuatro grandes en el fútbol tico, de dirigir a su hijo, ahorita dice que no ha tenido oportunidad de dirigir en la MLS. ¿Cuáles serían a esta altura de su carrera, su mayor logro y su mayor anhelo aún por cumplir?
— Yo te diría —no sé si acá, porque acá es entrar en la organización y la organización siempre me ha cerrado la puerta—, pero me gustaría mucho, por esa cuestión de que antes que jugador de fútbol yo siempre fui deportista, yo jugaba básquet, jugaba de todo... entonces me hubiera encantado, todavía me encantaría porque no me he retirado, ir a una olimpiada... por este sentimiento amateur. Me encantaría, pero no sé.
— ¿Y su mayor logro?
— Mi mayor logro, yo creo, es haberme levantado y caído tantas veces que me ha hecho tener vigencia 30 años en una carrera que es muy dura. Creo que ese es mi mayor logro.
“Uno puede decir que sí, he sido campeón, y muy pocos entrenadores pueden decir que ha sido campeón en tres confederaciones diferentes, Asiático, Conmebol y Concacaf. He tenido la oportunidad de ser de las pocas personas de fútbol que hayan jugado un mundial y dirigido un mundial. He podido lograr muchas cosas, pero yo creo que con la que yo puedo rajar es esa. De haberme caído, levantado, caído, levantado y seguido adelante y hacerme una carrera”.

— Lo hemos visto dirigiendo clubes, selecciones, lo hemos visto trabajando con FIFA e incluso en televisión, lo hemos visto en un montón de facetas. Pero, ¿qué hubiera sido de Alexandre Guimaraes si no hubiera sido entrenador de fútbol? ¿Qué profesión hubiera tenido?
— Tal vez, porque a mí siempre me ha gustado leer mucho, me crié leyendo crónicas de fútbol, que me hubiera inclinado por la carrera tuya.
— Por el periodismo.
— Deportivo, obviamente.
“Muy pocos entrenadores pueden decir que han sido campeones en tres confederaciones diferentes, asiática, Conmebol y Concacaf, o que hayan jugado y dirigido un mundial”
— Alexandre Guimaraes
— Hubo una conferencia suya muy polémica en diciembre del 2024, en la que usted dijo que vino a “mejorar” el fútbol tico y criticó el fútbol defensivo desplegado por Herediano. Casi un año después, ¿sostiene lo que dijo? ¿corregiría algo?
— He ido aprendiendo que uno tiene que ser pragmático para durar tanto tiempo en esto. Si algo he podido hacer es que he sido muy camaleónico. Pero creo que muchas cosas de las que dije ese día no me equivoqué.
— ¿Las sostiene entonces?
— Tal vez la manera como me expresé no fue la adecuada.
— Usted pidió disculpas después a dos periodistas.
— Sí, claro. Pero creo que en muchas de las cosas que dije anticipé algunas cosas que están pasando. Me duele, me duele porque te digo, el país, la entidad selección, fue lo que me ha permitido tener una experiencia internacional que ningún técnico en el país ha tenido.

