
Lo que usted come puede influir tanto en su cuerpo como en su mente. La nutricionista Diana Prieto, del Edificio CentroSalud, parte de la red médica Medismart, explica que ciertos alimentos estimulan la producción de neurotransmisores relacionados con el bienestar emocional, como la serotonina y la dopamina, lo que repercute directamente en su estado de ánimo, el sueño y la concentración.
Lo que debe saber:
- El triptófano, presente en carnes, pescados, lácteos, legumbres y semillas, estimula la producción de serotonina.
- El omega-3 y una microbiota intestinal saludable mejoran la comunicación entre neuronas y reducen la inflamación cerebral.
- Una dieta rica en fibra, frutas, verduras y probióticos naturales fortalece el equilibrio mental y reduce la ansiedad.
El poder de lo que come
Prieto detalla que la alimentación tiene una relación directa con la salud mental, esto debido a que las neuronas se comunican a través de sustancias llamadas neurotransmisores, las cuales influyen en el estado de ánimo, el nivel de energía y la claridad mental.
Cuando su producción se ve alterada, el cuerpo puede experimentar síntomas como depresión, irritabilidad o fatiga.
¿Cuáles alimentos mejoran su estado de ánimo?
La especialista destaca que el triptófano es un aminoácido esencial que actúa como precursor de la serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”.
Aunque el cuerpo no produce triptófano por sí mismo, puede obtenerlo de fuentes animales:
- Carne.
- Pollo.
- Pescado.
- Lácteos.
También se puede obtener de alimentos vegetales:
- Frijoles.
- Lentejas.
- Soya.
- Semillas de girasol.
- Calabaza
- Sésamo.
- Almendras.
- Nueces.
- Maní.
Según Prieto, incluir estos alimentos en la dieta contribuye a mantener niveles adecuados de serotonina, lo que se traduce en un mejor estado de ánimo, sueño reparador y mayor estabilidad emocional.
Nutrientes que fortalecen la mente y de dónde se obtienen
Otro de los nutrientes fundamentales es el omega-3, un ácido graso esencial que favorece la salud del cerebro.
“El omega-3 se pega en la orillita de la célula cerebral de la neurona, lo que hace es mejorar la comunicación entre neurona a neurona porque mejora la plasticidad”, explicó la nutricionista.
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Un déficit de este nutriente puede aumentar la inflamación cerebral y disminuir la resistencia al estrés.
Las principales fuentes de omega-3 son:
- Pescados grasos como el salmón y el atún.
- Chía.
- Linaza.
Su consumo regular ayuda a mejorar la memoria, la concentración y la estabilidad emocional.
Eje intestino - cerebro
La nutricionista destacó la importancia del eje intestino-cerebro, una conexión que refleja cómo lo que ocurre en el sistema digestivo afecta al cerebro.
Y es que, según la especialista, el 90% de la serotonina se produce en el intestino, por lo que una microbiota dañada puede reducir su producción.
Por eso, recomendó incluir probióticos naturales:
- Yogur.
- Kéfir.
- Kombucha.
- Fibra prebiótica presente en frutas, vegetales, avena y legumbres.
Este tipo de alimentación fortalece las bacterias benéficas del intestino y promueve una mayor estabilidad emocional.

Vitaminas, minerales y control del azúcar
Las vitaminas del complejo B (B1, B6, B9 y B12) y el magnesio son esenciales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
- Aunque no son precursores directos de neurotransmisores, ayudan a sintetizarlos.
- Su deficiencia puede causar cansancio, fatiga y síntomas depresivos, por lo que su consumo regular resulta indispensable.
Por otro lado, la nutricionista también advirtió sobre el consumo excesivo de azúcar, que produce picos y caídas bruscas de glucosa en sangre.
- Este desequilibrio puede generar irritabilidad, falta de concentración y sensación de agotamiento.
- Recomendó optar por carbohidratos complejos e integrales, como avena, arroz integral y legumbres, que liberan energía de manera gradual y constante.
Comer bien, sentirse bien
Al final, no se trata de seguir dietas restrictivas, sino de mantener una alimentación balanceada que combine todos los grupos de alimentos.
Una dieta que incluya proteínas de calidad, grasas saludables, frutas, verduras, fibra y probióticos naturales fortalece la función cerebral y mejora la salud mental.
Además, estos hábitos deben complementarse con sueño adecuado, actividad física regular y manejo emocional profesional en caso de ansiedad o estrés prolongado.
