Es el momento más crítico y más triste en un siglo de fútbol boliviano.
El desprestigio de la Conmebol les dejó la pelota picando sobre la raya
Si alguien dice "Yo hice aquel gol... Yo gané aquel torneo... Yo gambeteé a tres rivales..." tenemos una certidumbre: no es Messi, es otro. No utiliza el yo ni recurre a vocablos estridentes, no levanta la voz, lo caracterizan los tonos bajos.
El actual campeón de España y de Europa no tiene más que lo puesto. Parece imposible, con tantas competiciones, que pueda mantener el ritmo ganador. Es un buen once el ‘Barça’, pero no llega a ser ni buen doce.
La organización de nuestros torneos no ayuda.
A River Plate le cabe el rótulo de campeón de este tiempo. Es decir un campeón futbolísticamente modesto, por ser respetuoso de su alegría.