
Una joven llamada Mia Fink Uleth, de 19 años, y cercana a la campaña presidencial de Álvaro Ramos, denunció públicamente a través de sus redes sociales, este miércoles, que una persona candidata a un puesto de elección popular le pidió bajar el tono a las críticas que la muchacha ha sostenido contra el genocidio que ha estado ejecutando el Estado de Israel en Palestina.
Fink, estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad de Costa Rica (UCR), cargó una carta pública en sus redes sociales donde manifiesta su renuncia a la campaña de Ramos y detalla que vivió algo que no creía posible en un partido “altamente democrático”. La joven es embajadora del Pacto Ético Interpartidario Sitio de Mata 2026, que de hecho firmaron varios candidatos presidenciales, entre ellos Ramos.
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La Nación conversó vía telefónica como la joven, quien relató que una persona con un alto cargo en la campaña y aspirante a un puesto le pidió ir a la Casa Liberacionista José Figueres (Balcón Verde) este lunes, sin decirle para qué era la reunión.
Una vez allí, le empezaron a hablar sobre Palestina, y le dijeron que debía bajarle el tono a sus críticas contra el genocidio que ejecuta el Estado de Israel en la Franja de Gaza, que supuestamente ella estaba dañando la campaña, porque había muchas quejas sobre ella de parte de la comunidad sionista costarricense vinculada al Partido Liberación Nacional (PLN).
“Incluso, me dijeron que en una reunión que sostuvo el candidato y su equipo con el Centro Israelita Sionista de Costa Rica, preguntaron directamente sobre mi rol en la campaña y mi involucramiento. ¡Y eso que yo no tengo ningún puesto en la campaña!“, comentó la joven.
Fink agregó que, luego de estos comentarios, fue cuando le pidieron bajarle el tono a sus comentarios y críticas sobre el genocidio en Palestina.
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Incluso, le pidieron “vehementemente” que conversara con un alto dirigente del partido “identificado con posiciones pro Israel”. La joven explicó que ella prefería declinar esa petición, pero, sin que ella estuviera enterada, el dirigente ya estaba en el lugar y ella solamente accedió a saludarlo, y le dijo a la persona que la presionó para la reunión que tal vez se podría reunir con él el próximo lunes.
“Todo esto, después de que se me dijo que era momento de actuar políticamente correcta en virtud de cálculos electorales”, comentó Fink, en su publicación de redes.
Además, enfatizó que la incomodidad por su activismo contra el genocidio podría ser más fuerte debido a que ella misma es de origen judío y se manifiesta “de manera crítica y reflexiva sobre lo que hace Israel”.

“Si no fuera así, ¿por qué les molestaría tanto que una joven mujer de 19 años sea crítica del statu quo que defienden? Si tan solo soy ‘una chiquilla’, ¿entonces por qué me presionan? Es simple: porque estoy haciendo el cambio. Porque las juventudes progresistas y las mujeres feministas estamos haciendo el cambio. Y porque ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, escribió la joven.
Fink prefirió reservarse el nombre de la persona que le solicitó bajarle el todo a sus críticas sobre Israel y también del dirigente presuntamente experto en esos temas. Además, agregó que no entiende por qué intentaron que ella le baje el tono y censurarla, si ella ni siquiera es candidata a algún puesto ni ejerce funciones dentro de la campaña.
“Entendería si yo fuera candidata, si el partido fuera sionista, o si tuviera una línea de apoyo a Israel. ¿Por qué sobre un tema en que el partido y la campaña ni siquiera han tomado un posicionamiento?“, agregó la joven estudiante.
Mia Fink apuntó que no es la primera vez que ha tenido una posición crítica, pues ya había hecho un pronunciamiento en contra del proyecto de ley de jornadas 4-3, pues le parece nefasta la jornada laboral ampliada de 12 horas.
La Nación solicitó una declaración de la campaña respecto a los señalamientos de Mia Fink. En una breve declaración del nuevo jefe de campaña, César Rodríguez, alegó que la campaña de Ramos no avala acciones orientadas a condicionar, moderar o uniformar las opiniones que existen dentro del movimiento político.
“Reiteramos nuestra disposición a respetar las diferencias en temas polémicos dentro del partido. Sobre la discusión referida, entendemos que en algunos espacios públicos se presentó como si fuese una posición oficial de la campaña. No lo es. Se trató de un intercambio personal ajeno a directrices oficiales. Por eso, desautorizamos gestiones individuales que puedan interpretarse como presión o censura”, dijo.

