Editorial

Editorial: Aceras en el limbo

Ni los propietarios están obligadas a darles mantenimiento ni las municipalidades deben hacerlo mientras corre el plazo de 18 meses para la redacción de los reglamentos. En la práctica, el Congreso aprobó una especie de moratoria sobre la reparación de aceras. El clima y el uso acelerarán el deterioro y las estructuras ya dañadas pasarán a ser irreparables

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Las aceras son una calamidad, con sus medidores y alcantarillas sin tapa, desniveles, superficies resbalosas y espacio reducido por invasión de construcciones o vehículos estacionados. A ese punto llegaron cuando la obligación de darles mantenimiento correspondía a los propietarios de lotes con frente a la calle y las autoridades solo debían asegurar el cumplimiento.








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