
La siringomielia, un quiste en la médula espinal, puede desarrollarse de manera silenciosa durante años y afectar gravemente la movilidad, la sensibilidad e incluso el control de esfínteres. Aunque es una condición poco común, la detección temprana es fundamental para evitar complicaciones irreversibles.
Lo que debe saber:
- Existen dos tipos: primaria (congénita) y secundaria (derivada de traumatismos).
- Los síntomas incluyen adormecimiento, debilidad en extremidades y pérdida de control urinario o fecal.
- El diagnóstico se confirma mediante resonancia magnética y la cirugía suele ser la solución definitiva.
¿Qué es la siringomielia y cómo se desarrolla?
Carlos Sequeira, neurólogo de la Clínica Pro Age e integrante de la red médica Medismart, explicó que esta patología ocurre cuando aparece un quiste, llamado siringe, dentro de la médula espinal.
Este quiste se llena de líquido cefalorraquídeo y puede crecer lentamente, presionando las fibras nerviosas. Como resultado, la movilidad, sensibilidad y control de orina y evacuaciones se ven afectados.
Según el especialista, muchas personas conviven con esta condición durante años sin saberlo, por lo que la vigilancia ante cambios físicos persistentes es vital.
Tipos de siringomielia
- Primaria (desde el nacimiento): Se origina por alteraciones genéticas durante el desarrollo del sistema nervioso central. La causa más frecuente es la malformación de Chiari, donde parte del cerebelo se desplaza hacia el canal espinal. También suele asociarse a otras malformaciones congénitas y se puede detectar desde la infancia, aunque los síntomas pueden aparecer más tarde.
- Secundaria (desarrollada tras un trauma): Se desarrolla tras accidentes de tránsito, caídas o golpes severos en la columna. El quiste puede tardar décadas en manifestarse, lo que a menudo provoca que los síntomas se confundan con el envejecimiento natural o secuelas antiguas.
Síntomas que no debe ignorar
Los signos dependen de la ubicación y tamaño del quiste:
- Si aparece a nivel cervical (cuello): adormecimiento en brazos y piernas, debilidad, dificultad para moverse y problemas para controlar la orina o las evacuaciones.
- Si aparece en la región lumbar (parte baja de la espalda): adormecimiento o debilidad en las piernas.
- Progresión lenta: muchas personas desarrollan síntomas leves que pasan desapercibidos durante años. Por ejemplo, tras un accidente, el adormecimiento en un brazo puede aparecer hasta años después.
- En bebés: detectar siringomelia puede ser más difícil. Los padres podrían notar bajo tono muscular, dificultades para gatear o caminar, o retraso en el desarrollo motor.

Diagnóstico y opciones de tratamiento
La resonancia magnética es la herramienta clave para confirmar la presencia del quiste, conocer su tamaño y ubicación, y planificar el tratamiento más adecuado.
Respecto al abordaje, existen dos vías principales:
- Tratamientos de acompañamiento
Medicamentos para el adormecimiento y espasticidad.
“Hay personas que por el tamaño del quiste, la extensión, no se pueden operar. Entonces sí es una condición que pasa a ser más como de acompañamiento, terapia física, rehabilitación”, explicó Sequeira.
- Cirugía: la solución definitiva
La cirugía es la única opción que elimina el quiste de forma definitiva. Si se detecta de manera temprana y la médula no ha sufrido daño, el paciente puede recuperar la funcionalidad normal y llevar una vida prácticamente libre de síntomas.
En casos avanzados, las complicaciones pueden incluir parálisis de brazos y piernas, adormecimiento a partir del lugar donde esté el quiste, o problemas graves para controlar la orina y las evacuaciones.
Recomendaciones
- No normalice molestias persistentes: adormecimiento en brazos o piernas, debilidad o problemas para controlar la orina o las evacuaciones requieren atención médica.
- Chequeos en bebés y niños: observe desarrollo motor, tono muscular y habilidades para caminar.
“Siempre digo y lo digo en consulta: ‘todo tiene que tener una causa’. Entonces, si yo de repente tengo una molestia y no me queda clara la causa o no he tenido seguimiento de por qué esto me está pasando, hay que consultar”, finalizó el neurólogo.
