
Para quienes tienen el rasgo de Persona Altamente Sensible (PAS), la temporada de Navidad también puede convertirse en una ola de estímulos difícil de manejar, no solo por la intensidad emocional que conlleva diciembre, sino porque las agendas llenas, recuerdos, preguntas incómodas y el ambiente sensorial pueden sentirse “demasiado”.
La psicóloga Jeimy Agudelo, de Lafemedica (parte de la red médica Medismart), explica cómo viven estas fechas quienes sienten más que el promedio, cómo distinguir la alta sensibilidad de otros diagnósticos y qué estrategias concretas ayudan a regularse sin culpa.
Lo que debe saber:
- La alta sensibilidad no es un trastorno, es un rasgo de personalidad basado en un sistema nervioso más receptivo.
- Reuniones, estímulos, recuerdos y expectativas sociales pueden saturar a las PAS.
- Sí pueden gestionar lo que sienten: con descanso, límites, pausas sensoriales y técnicas de regulación.
¿Qué es una Persona Altamente Sensible?
El término PAS describe a personas cuyo sistema nervioso responde con mayor intensidad a los estímulos internos y externos.
“Son personas que sienten demasiado”, resume Agudelo.
Estas personas suelen ser profundamente empáticas, introspectivas y muy conscientes del entorno. Eso, explica la experta, tiene ventajas claras —como la capacidad de profundizar en las emociones—, pero también desafíos, especialmente en momentos del año donde todo se intensifica.
“No es una enfermedad, no son personas rotas, no son personas trastornadas tampoco, es simplemente un estado o un rasgo de su personalidad”, agregó la psicóloga.
¿Por qué diciembre les afecta más?
La Navidad es, por naturaleza, un mes cargado de conexión emocional, recuerdos, rituales y expectativas. Si a esto se suman luces, música, reuniones numerosas, conversaciones difíciles o duelos recientes, el combo puede ser abrumador.
“Reflexionan mucho sobre lo que les pasa, tienden a ser mucho más empáticos también, entonces en la época en donde, por ejemplo, ven a personas que no tienen que comer, a niños que tal vez les hacen falta juguetes, o están atravesando alguna situación emocional sí les va a afectar mucho”, explica Agudelo.
Por eso, no es extraño que durante estas fechas:
- Se aíslen por momentos.
- Lloren con más facilidad.
- Se estresen y frustren rápidamente.
- Experimenten agotamiento emocional.
¿Por qué lo confunden con autismo? La diferencia clave
Algo frecuente —sobre todo por lo que circula en redes sociales— es confundir la alta sensibilidad con el autismo. Agudelo aclara una diferencia fundamental: la alta sensibilidad es un rasgo emocional y de procesamiento; el autismo es un trastorno del neurodesarrollo.
Ambas pueden compartir hipersensibilidad sensorial (ante ruidos altos, cambios bruscos, luces y demás estímulos), pero la capacidad de regulación es distinta.
“Lo que sucede es que una PAS puede regularse y adaptarse de forma más fácil que una persona con autismo”, señala.

Cómo vivir la Navidad sin sentirse abrumado
Aunque la intensidad emocional forma parte de este rasgo, sí es posible regularse y disfrutar la época. Estas son las recomendaciones de la psicóloga:
1. Priorizar el descanso
No solo dormir: se trata de pausas reales en la rutina. Las personas PAS tienden a sobreexigirse para responder a demandas sociales, y eso las deja sin energía.
“Tener momentos en donde yo tengo un espacio de simplemente no hacer nada, aunque sea en cinco minutos, o los espacios de autocuidado”, explica la especialista.
2. Hacer un ‘escaneo emocional’ cada noche
Este hábito ayuda a entender qué detonó ciertas emociones y cómo regularlas. Preguntas clave:
- ¿Qué me hizo sentir bien o triste hoy?
- ¿Qué me agotó?
- ¿Reaccioné con más intensidad de la necesaria?
- ¿Qué pude haber hecho diferente?
- ¿Cómo puedo hacerlo distinto mañana?
La autorreflexión —una de las grandes fortalezas de las PAS— se convierte en una herramienta de regulación.
“Aprender a vivir un poco más despacio en la vida para entender mejor lo que sienten, no solo dedicarse a sentir”, explicó Agudelo.
3. Si le da una crisis: aplique esta técnica de respiración
En fechas como el 24 o el 31, cuando los estímulos son más intensos, la respiración es la vía más rápida para calmar el sistema nervioso.
La experta recomienda: inhalar 4 segundos, sostener 1 y exhalar 6. La exhalación más larga favorece la relajación y disminuye la intensidad emocional.
“Lo que siento, no voy a tratar de sobreentenderlo, simplemente lo voy a dejar ahí y voy a tomarme un rato para darle atención solamente a mi respiración”, explicó.
4. Tomar pausas sensoriales
Si hay demasiada bulla, voces, risas, música o pólvora, y siente sobreestimulación, es válido avisar con educación:
“Voy a salir cinco minutos a tomar aire fresco”. No es aislarse: es regularse para volver a participar sin saturación.
5. Poner límites (sin culpa)
Las PAS suelen ser muy empáticas, a veces al punto de dejarse de últimas. Por eso, los límites empiezan por ellas primero:
- Reconocer qué situaciones le afectan.
- Identificar hasta dónde tolerar.
- No obligarse a agradar.
- Comunicarse con claridad y calma.
Si un tema es incómodo —por ejemplo, preguntas personales durante una cena navideña—, es válido decir: “Este tema es sensible para mí; agradecería que no lo toquemos.”
Y si la otra persona no respeta sus límites (en general, no solo en Navidad), la psicóloga explica que parte de los límites emocionales puede implicar alejarse.
“Eso no significa que los demás se tienen que adaptar tampoco a mí, es flexibilidad, vamos a establecer una norma de cómo relacionarnos entre nosotros y saber qué nos afecta a los dos, y respetarlo”, explicó la psicóloga.
Una sensibilidad que también es fortaleza
Para Agudelo, la alta sensibilidad no es algo que deba corregirse. De hecho, representa una habilidad profunda: la capacidad de conectar con las emociones, apreciar los detalles y sentir la vida con intensidad.
