
Seguramente ha escuchado que el ejercicio aporta múltiples beneficios para el cuerpo, pero, ¿qué ocurre exactamente en el cerebro cuando realiza actividad física? En el Día Mundial de la Salud Mental, el psicólogo deportivo de Zenit, Eduardo Rubinstein, explica cómo la actividad física influye en la memoria, la concentración y el bienestar emocional, y brinda consejos prácticos para incorporarla en la rutina diaria.
Lo que debe saber:
- El ejercicio libera sustancias que mejoran el ánimo y reducen el estrés.
- La actividad física puede ayudar a tratar la depresión y la ansiedad.
- Empezar poco a poco y elegir algo que disfrute es clave para mantener la constancia.
La salud mental va más allá del cerebro
La salud mental no se limita a las funciones cerebrales; también involucra el bienestar emocional y psicológico. El psicólogo Rubinstein explica que tener buena salud mental no es solo concentrarse bien o ser productivo, sino alcanzar un bienestar integral.
“En realidad el ejercicio es considerado una de las mejores medicinas naturales, digamos, para los beneficios a nivel mental y psicológico“, indicó.
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Lo que ocurre en el cerebro cuando se ejercita
- A nivel cognitivo: El ejercicio fortalece las conexiones neuronales gracias a proteínas como el BDNF, lo que mejora la memoria, la atención y la concentración.
- A nivel emocional: Se liberan endorfinas, dopamina y serotonina, sustancias que reducen el estrés y aumentan el bienestar.
- A nivel social: Incluso actividades individuales fomentan la interacción y fortalecen la red de apoyo.
- A nivel psicológico: Ayuda a disminuir síntomas de ansiedad y depresión, y mejora la motivación para alcanzar metas.
“Todo esto, solo con hacer ejercicio”, recalcó Rubinstein.

Qué hacer si tiene depresión o ansiedad y le cuesta ejercitarse
Cuando una persona enfrenta un cuadro depresivo o de ansiedad, realizar actividades físicas puede ser un gran reto. El especialista recomienda algunas estrategias prácticas para comenzar:
- Encuentre algo que le guste: Evite imponerse rutinas que no disfruta. No se trata de pasar del reposo al gimnasio de un día para otro. “El cuadro depresivo nos enseña que la motivación inicial es solo un destello. Si no nos gusta lo que hacemos, la abandonamos rápido”, explicó.
- No se ponga metas altas: Dar una vuelta a la cuadra cada día es mejor que quedarse en el cuarto.
- Vaya paso a paso: Fíjese objetivos realistas, acorde con cómo se siente.
- Viva el día a día: Aproveche los momentos de energía para moverse y observe los pequeños avances.
Rubinstein destaca que, una vez que logra ejercitarse, el cuerpo comienza a liberar sustancias que contrarrestan la química depresiva.
“Esa lucha al principio no va a ser fácil entre unos químicos y otros, entre unas sustancias y otras, pero luego se va regulando con el tiempo“, explicó.

Cuando es necesario buscar ayuda médica
En casos de depresión severa, el uso de medicación recetada por un psiquiatra puede ser necesario para estabilizar la química cerebral.El ejercicio, sin embargo, acelera el proceso de recuperación y complementa el tratamiento.
“Ser realistas, aceptar la realidad y trabajar el día a día con el propósito de empezar a generar disciplina también en ‘obligarme’ a la parte de ejercicio al principio con algo con lo que yo me sienta cómodo“, finalizó.
