En momentos en que afronta críticas por cobros excesivos, el AyA afirma que sus abonados más bien le adeudan ₡9.000 millones por recibos sin pagar durante la pandemia de covid-19.
Según el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), desde marzo a la fecha, un total de 57.600 clientes están morosos. Ellos representan el 9% del total de usuarios de su servicio.
Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva del AyA, alega que esta deuda se acumuló durante el tiempo en que estuvo vigente una directriz para detener los cortes del suministro por impago.
A inicios de la emergencia, el presidente de la República, Carlos Alvarado, y el ministro de Salud, Daniel Salas, instaron a los proveedores de agua potable a no suspender el servicio.
La medida pretendía garantizar el abastecimiento del líquido para que la población pudiera aplicar las medidas de higiene recomendadas para prevenir la transmisión de la covid-19.
Se instruía, además, a que se restableciera el servicio cuando hubiese sido cortado por morosidad y que los proveedores ofrecieran arreglos de pago a los deudores.
La directriz estuvo vigente hasta este 15 de setiembre.
Astorga alegó que el problema es que muchos de esos abonados morosos nunca se comunicaron con la entidad ni buscaron arreglos de pago
"En Costa Rica tenemos una buena cultura de pago; pero bueno, a veces ese pago se da porque saben que viene algo detrás, me cortan el agua si no pago (...)
“Pero cuando me dicen ‘no vamos a cortar’ puede ser que la gente se relaje. Entonces, no entra dentro de su imaginario decir ‘voy a pagar porque me van a cortar’", consideró.
La jerarca agregó que, además del incumplimiento en el pago de los recibos, hay otro factor que está afectando las finanzas de la institución.
Indicó que en este momento, hay más personas en las casas y menos en su trabajo, por lo tanto aumenta el consumo residencial, el cual tiene una tarifa más barata que la empresarial.
Para enero del 2020, la tarifa domiciliar era de ₡409 por metro cúbico (m³). Generalmente, las familias consumen entre 13 y 14 metros cúbicos mensuales.
En el caso de las empresas, el metro cúbico cuesta ₡1.620 y, por supuesto, consumen mucho más, según su actividad y tamaño.
Astorga sostuvo que la morosidad sumada a la baja en los ingresos por consumo de agua empresarial, han provocado una caída del 10% en los ingresos del AyA.
Dicha situación agrava el estado de las finanzas de la institución, la cual viene registrando pérdidas durante los últimos años.
En 2016, el AyA reportó un déficit por ¢497 millones, según lo reflejan los estados financieros. La pérdida luego se disparó a ¢16.942 millones en el 2017 y cerró con ¢8.496 millones en 2018.
Se esperaba una recuperación para 2021, pero tal proyección se estableció antes de la pandemia.
El AyA es el principal proveedor de agua potable del país, pues abastece al 55% de todos los usuarios (cerca de 640.000).
Las Asociaciones Administradoras de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales surten al 22% de los clientes; los municipios, al 15%; y la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH), al 3%.
Cobros de más
La pandemia no solo le ha dejado pérdidas económicas al AyA, también criticas por la forma cómo calculó el consumo de los hogares.
La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) constató que se hicieron cobros con base en consumos promedio al inicio de la pandemia, en los meses de marzo, abril y mayo.
Esto generó cobros de más al 6% de sus abonados, cerca de 40.000 familias.
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La Aresep ordenó a los prestadores del servicio de agua realizar arreglos de pago con los usuarios que fueron afectados por los cobros excesivos.
Además, desde junio, obligó al Instituto a ajustar esas facturas y devolver el dinero cobrado de más. Sin embargo, el problema persiste, según un comunicado enviado el pasado martes por el órgano regulador.
Según explicó Álvaro Barrantes, intendente de Agua de Aresep, los cobros dieron origen a 50.000 quejas entre mayo y junio, las cuales desbordaron al AyA.
Debido a esta situación, los reclamos no se pudieron atender en los 10 días que establece la normativa. Al 14 de agosto, aún tenían 2. 915 casos en trámite.
Barrantes explicó que luego de analizar una muestra de las quejas de agosto y setiembre, se determinó que las denuncias por cobros de más continúan.
El problema, alegó el funcionario, es que Acueductos calculó el promedio que cobró a sus abonados durante los primeros meses de la emergencia con base en los recibos de los últimos seis meses, cuando el reglamento de prestación de servicios de la Aresep indica que debía ser con base en las facturas de los 12 meses anteriores.
El intendente advirtió que esta violación a la norma podría depararle sanciones al Instituto y que, de hecho, ya se abrió un expediente para analizar la situación.
“Estamos viendo cuál podría ser el motivo final (de las sanciones). En principio es por incumplimiento a la normativa de la Aresep con respecto a la facturación que se hizo sobre seis meses y no sobre 12; se valoran otras causas de sanciones”, explicó Barrantes.
La sanción sería de entre cinco y 20 salarios base, que para el 2020, está en ¢450.200. Es decir, la multa oscila entre ¢2,3 millones y ¢9 millones.
Consumo real
La presidenta ejecutiva del AyA aseguró que cada queja relacionada con cobro excesivo se ha analizado y que cuando no corresponde al consumo real de agua, a los clientes se les ha devuelto el dinero en forma de un crédito, aunque hay personas que quieren dinero en efectivo.
Según dijo, hay situaciones en las que los abonados se han quejado de altos cobros, pero tras la revisión se ha evidenciado que es “puro consumo”.
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“Se ha satanizado lo de los altos cobros, pero resulta que hemos ido y revisado; hay medidores que se han llevado a laboratorio, y resulta que es una lectura correcta. Por ley estamos obligados a cobrar. El AyA no puede condonar deudas”, manifestó la jerarca.
Para Astorga, es claro que la pandemia ha obligado a las personas a permanecer en los hogares y, por lo tanto, se consume más agua, lo cual se ve reflejado en la factura.
A criterio del intendente de Aresep, faltan más información para determinar si ha aumentado el consumo promedio durante esta emergencia sanitaria, pero admitió que hay algunos datos que así lo sugieren
“De setiembre a febrero, el consumo promedio de cada familia era de 16,1 metros cúbicos de agua, y el promedio de los últimos dos meses (julio y agosto) es de 17,1. Eso representa un incremento de 6,5%, en el consumo.
"Yo esperaría tener datos de una serie histórica más larga para el análisis ya que hay épocas donde hubo más confinamiento y otras donde hubo menos. Los datos que tenemos a hoy arrojan que el consumo sí aumenta”, explicó el funcionario.
Barrantes aclaró que para el análisis sobre si aumentó el consumo no se pueden usar los datos de marzo, abril y mayo porque en esos meses el AyA realizó un cobro por consumo promedio, no el real.
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La jerarca del AyA confirmó que se reanudarán los cortes de servicio, pero que primero se le notificará al cliente sobre la deuda y la posible suspensión. Antes, la medida era automática.
Una vez que reciban la notificación, los usuarios podrán realizar arreglos de pago con el AyA y, mientras se encuentre vigente ese acuerdo, el servicio no se suspenderá.