La insensatez de un conductor en el cerro de la Muerte, sobre la carretera Interamericana Sur, casi mata a una familia el 10 de enero anterior, según narró la testigo de la imprudencia, quien sufrió momentos de terror e impotencia junto a sus seres amados.
“Yo solo me detuve y esperé a que el camión nos embistiera y nos matara”, aseguró Tatiana, la conductora que sufrió ese trance, de acuerdo con el relato enviado este martes por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) en un llamado público a la reflexión de cómo un instante de temeridad al volante puede sembrar dolor por siempre a las familias de las víctimas.
Tatiana dice evitar el tránsito por el Cerro de la Muerte de noche, pero aquel día inició el ascenso a eso de las 6 p. m. Pasados unos 30 minutos, vino el momento cuando por poco la matan a ella y a su familia cuando el conductor de un camión decidió rebasar en doble línea amarilla.
Pese al señalamiento en el asfalto y a la oscuridad, dijo que solo vio al camión avanzar directo hacia ella en su carril en el sector conocido como El Jardín.
De acuerdo con su recuento, el vehículo delante del suyo debió lanzarse a la cuneta para evitar el impacto y pese al riesgo de irse a un guindo en este tramo, mientras que ella, resignada, solo esperó el impacto “pues ya no había mucho qué hacer”, detalló.
Para su fortuna, otro camión bajó la velocidad y esto le permitió al conductor temerario (a quien cataloga como un potencial asesino al volante) retomar su carril.
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Según el MOPT, su historia tiene un “final feliz” pero no siempre es así, pues las imprudencias nunca cesan. Algunas frecuentes son conducir mientras se utiliza el celular o llevar niños sin los dispositivos de retención.
Alberto Barquero Espinoza, subdirector de la Policía de Tránsito, aseguró en el comunicado que estas faltas emanan de utilizar los vehículos y las carreteras como válvulas de escape para liberar frustraciones.
“Vienen pensando en sus problemas, distraídos, molestos por algo que les pasó en el trabajo o la casa y pierden toda noción de prudencia. Al iniciar las vacaciones escolares, tendremos más tránsito a las costas y zonas rurales y, por eso, más personas tratando de llegar a sus destinos en tiempos récord. Es ahí donde está el problema, en el abuso de la velocidad y en el cansancio que potencian maniobras indebidas y pérdida de capacidad de reacción,” explicó.
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El pasado 9 de enero, una joven de 24 años murió en un accidente de tránsito ocurrido en Parrita, Puntarenas. Fotografía: cortesía.
La experiencia de Tatiana se parece a las historias de otros sobrevivientes o testigos de tales niveles de peligro en las vías.
Con el acelerador a fondo
El MOPT citó también el caso de Christian Garita quien detalló maniobras peligrosas en algunos puntos de la ampliación de la carretera Interamericana Norte en el sector llamado la recta del Naranjo entre el plantel de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en Puntarenas y Cuatro Cruces cerca de Santa Rosa.
”Se sabe que hay maquinaria trabajando, hay señalización del trabajo en la vía, de la velocidad máxima, de no adelantar, pero es todo lo contrario: he visto furgones, automóviles y camiones que les importa nada: todos incumplen, se ponen a adelantar en pleno lugar donde hay trabajos pesados ... corren como alma que lleva el diablo”, relató.
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Las autoridades de Tránsito incluso lamentaron en su comunicado lo que describen como “una actitud a la defensiva” cuando los oficiales brindan consejo a los conductores. Estos suelen responderles con reclamos por la falta de mantenimiento vial y demarcación en vez de valorar la invitación a moderar su conducta en carretera.
El subdirector de la Policía de Tránsito reconoció las deudas en demarcación y mantenimiento, pero afirma que eso no guarda relación cuando notan aumentos en la estadística de muertes por ingesta de alcohol o de personas que conducen tomadas.
“Eso tiene que ver con el conductor, no con un señalamiento vial”, recalcó Barquero quien, enumeró problemas diarios en zonas urbanas como el motociclista contravía, el conductor que irrespeta la luz roja del semáforo, el peatón que cruza la calle arriesgando su vida aunque tenga un puente peatonal a 50 metros, o el pasajero que “se tira” del taxi o el autobús en movimiento.
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”La gente anda desesperada, pita, corre, hay motos que pasan entre camiones. El viernes, hacia Alajuela, una moto pasó entre un camión y los carros que teníamos al frente; por las corrientes de aire, la moto se le movió horrible, casi pierde el control, a la par de las llantas del camión”, dijo por su parte Georgina Grillo.
Otras historias, en cambio, tienen un final mucho peor: en los primeros 18 días de enero, las muertes en carretera suman 34, precisó el MOPT en su comunicado.