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Hollywood.- El programa nocturno del humorista Jimmy Kimmel volvió al aire en Estados Unidos, este martes, tras una pausa de una semana causada por amenazas del gobierno a las televisoras, presiones calificadas como un ataque a la libertad de expresión.
Sin embargo, el influyente programa de variedades no será transmitido en todo el país, debido a que dos compañías propietarias de decenas de canales afiliados a ABC, la cadena sede de En Vivo con Jimmy Kimmel, anunciaron que continuarán boicoteando el espacio.
La cadena suspendió el programa el pasado 17 de setiembre, porque Kimmel, quien frecuentemente critica a Trump y a su círculo próximo, desató la ira de algunos conservadores al insinuar que el movimiento trumpista MAGA (Make America Great Again) trataba de explotar políticamente el asesinato de Kirk, quien murió de un balazo, en un campus universitario, el 10 de setiembre.
En su monólogo de apertura, denominado “Como les iba diciendo...”, el humorista agradeció a los cientos de personas que se comunicaron con él, incluyendo su primer jefe, Larry, en un programa de Seattle (“ciudad donde no nos transmitirán esta noche”) en 1989, de donde lo despidieron.
Agradeció principalmente el apoyo de sus colegas presentadores, Stephen Colbert, John Stewart, Seth Myers, Jimmy Fallon, John Oliver, Conan O’Brien y otros, algunos de los cuales han afrontado también presiones de Donald Trump.
Aseguró que Estados Unidos se ha vuelto tan autoritario que un presentador de Alemania lo llamó para ofrecerle trabajo allá.
Incluso, Kimmel agradeció a personas que no piensan igual que él, pero que defendieron su derecho a compartir sus creencias, de todas maneras, en los últimos días.
Mencionó a figuras como Ben Shapiro, Clay Travis, Candace Owens, Mitch McConnell, Ran Paul e, incluso, el senador republicano de Texas, Ted Cruz.
“Creo que nunca antes había dicho esto, pero Ted Cruz tiene razón”, dijo el humorista, después de poner en vivo una frase con la que el senador defendió la libertad de expresión y cuestionó las presiones hacia él.
Respecto a los comentarios que hizo sobre el provecho político que las organizaciones de derecha están sacando del asesinato de Charlie Kirk, Kimmel enfatizó, con la voz quebrada, que nunca fue su intención restarle importancia al asesinato de un joven.
“Este programa no es importante, lo importante es que vivamos en un país que nos permita tener un programa de televisión como este”, enfatizó.
Ataques de Trump
Kirk era un activista de derecha e importante aliado de Donald Trump.
Incluso antes de que comenzara la emisión, el mandatario criticó el regreso del programa y acusó a ABC de “hacer comentarios 99% favorables a la basura demócrata” y aseveró que Kimmel es “otro brazo del DNC”, en referencia al Comité Nacional Demócrata.
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“Pienso que vamos a poner a prueba a ABC por esto. Vamos a ver cómo lo hacemos. La última vez tuvieron que pagarme $16 millones”, escribió el mandatario estadounidense.
Luego de la elección de Trump, el año pasado, la cadena ABC optó por pagar $16 millones para resolver una demanda por difamación que le interpuso el entonces candidato republicano.
“No quiero que se disculpe”, dijo a AFP Paul Dorner, de 18 años, minutos antes de entrar a la grabación del programa como parte de la audiencia. “Me gustaría que peleara y defienda sus posiciones”, agregó.
Rogelio Núñez, de 38 años, vino a Los Ángeles desde la vecina San Diego para entrar a la grabación que se realiza en el corazón de Hollywood. “Tenemos que asegurarnos de que no sea censurado”, dijo.
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“Además de venir por el entretenimiento, creo que es importante proteger nuestros derechos”, comentó.
‘Mantenemos esa decisión’
Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, reguladora del sector), dijo el miércoles pasado que podrían retirar la licencia de las afiliadas de ABC, a menos que tomaran acciones contra Kimmel, algo a lo que el propio Trump se manifestó a favor.
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Nexstar y Sinclair, las dos compañías que controlan más de 50 de estos canales en Estados Unidos, anunciaron en seguida que retirarían el programa de su parrilla, tras lo cual ABC anunció la suspensión. Disney, empresa dueña de ABC, revirtió la suspensión el lunes.
“Hemos pasado los últimos días en conversaciones profundas con Jimmy y, tras ellas, decidimos que el programa vuelva al aire el martes”, anunció el conglomerado del entretenimiento en un comunicado.
Pero Sinclair, que pidió la semana pasada que Kimmel se disculpe con la familia de Kirk y haga una donación monetaria a su grupo de derecha Turning Poing USA, y Nexstar, en el medio de una negociación multimillonaria que requiere el aval de la FCC, se mantuvieron firmes en su decisión de no transmitir el programa en sus canales.
“Decidimos la semana pasada reemplazar En Vivo con Jimmy Kimmel (...) Mantenemos esa decisión a la espera de que todas las partes estén comprometidas con alimentar un ambiente de respeto y diálogo constructivo en el mercado que atendemos”, dijo Nexstar, este martes.
El anuncio levantó críticas en la esfera política y en la industria del entretenimiento, con cientos de artistas, el partido Demócrata y algunas voces de la derecha manifestándose en contra de las presiones gubernamentales.
Trump, que el viernes dijo que la cobertura negativa en su contra debería ser ilegal, celebró la suspensión de Kimmel.
Desde su llegada a la Casa Blanca, en enero, el mandatario republicano ha incrementado su enfrentamiento con los medios estadounidenses, a varios de los cuales ha demandado en los tribunales.
A las afueras del estudio donde Kimmel graba su programa, decenas de personas se agolparon este martes, algunos calificando de histórica la transmisión.
El actor Glen Powell y la cantante Sarah McLachlan figuran como los invitados de la emisión.
Kimmel se ha mantenido en silencio, pero este martes publicó una foto en Instagram, junto al fallecido productor Norman Lear, conocido por su defensa de la libertad de expresión. “Extraño a este hombre hoy”, escribió en la leyenda.
