
Los ingresos promedio de los hogares costarricenses en cinco regiones aumentaron en el 2025, a pesar de que no hubo más personas con empleo en esas zonas del país.
Así se desprende de un análisis por región de planificación realizado por La Nación con datos de la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) y la Encuesta Continua de Empleo (ECE) al tercer trimestre del 2025, elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Los datos muestran que el ingreso promedio por hogar aumentó entre ¢6.040 y ¢120.845 entre 2024 y 2025 en las seis regiones en que se divide Costa Rica. En contraste, la población ocupada se redujo de 2.255.397 a 2.206.569 personas.
El aumento en los ingresos incidió en la reducción de la pobreza del país, la cual responde a una combinación de mayores ingresos y a la variación negativa de la inflación durante el último año.
Si bien esta disminución en la ocupación no resulta estadísticamente significativa para el INEC, sí evidencia que el empleo no creció al comparar el tercer trimestre del 2024 con el mismo periodo del 2025.
Otra señal de debilitamiento del mercado laboral es el aumento de la población fuera de la fuerza de trabajo en esas zonas del país, es decir, personas que dejaron de buscar empleo o no están laborando.
En total, al tercer trimestre del presente año hubo 1.923.220 personas fuera del mercado laboral, lo que representó un incremento de 124.398 en comparación con las 1.798.822 del mismo lapso del 2024.
Economistas consultados por La Nación señalan que el comportamiento de los ingresos responde principalmente a factores coyunturales y no a una mejora estructural de la economía nacional o del mercado laboral.
Entre ellos destacan la inflación negativa, el aumento del empleo informal, el crecimiento de ingresos provenientes de fuentes no registradas —como las transferencias, ayudas y donaciones— y, en menor medida, el efecto de jubilaciones recientes.
Adicionalmente, el Programa Estado de la Nación, en su último informe, alertó sobre el efecto del narcotráfico en el entramado económico de barrios y ciudades del país, al generar mayor actividad en el comercio, en su mayoría informal, y una caída en el sector industrial.
Por región
Al analizar el ingreso por región de planificación, la Central mantuvo el mayor nivel. El promedio por hogar se estimó en ¢1.416.600, lo que representa un aumento estadísticamente significativo del 9,3% con respecto al año anterior.
En esta región, el incremento se explicó por mayores ingresos autónomos y salarios. Sin embargo, la población ocupada al tercer trimestre del 2025 fue de 1.435.843 personas, inferior a las 1.485.960 registradas en el mismo periodo del 2024.
En la región Chorotega, los ingresos promedio de los hogares subieron un 11,6%, lo que la ubicó como la segunda con mayores ingresos, con ¢1.007.681 en 2025, frente a los ¢903.131 del año previo.
El aumento se explicó por mayores salarios y, en menor medida, por el ingreso autónomo. En términos de empleo, la región contabilizó 162.738 ocupados al tercer trimestre, una cifra casi idéntica a las 162.992 del mismo periodo del 2024.
En el Pacífico Central, tercera región con mayores ingresos, el promedio por hogar alcanzó ¢906.440 en 2025, por encima de los ¢877.641 del 2024. El incremento respondió al aumento en los ingresos por salario y “otras transferencias”. En esta zona, la población ocupada pasó de 124.534 a 118.793 personas, en un año
La región Huetar Norte, que ocupó el quinto lugar en ingreso total, pasó de ¢797.081 en el 2024 a ¢844.799 en el 2025, impulsado por mayores salarios y el ingreso autónomo. La población ocupada se mantuvo prácticamente estable, al pasar de 166.176 a 166.059 personas.
Mientras, la Huetar Caribe presentó el ingreso promedio más bajo con ¢801.447. Este monto es superior a los ¢795.407 del 2024. Dicho aumento obedeció, principalmente, a “otras transferencias” y rentas de la propiedad, mientras que el salario disminuyó. En términos d eempleo, la región pasó de 187.166 a 184.837 personas ocupadas al tercer trimestre del 2025.
La única excepción fue la región Brunca, donde el ingreso promedio aumentó ¢73.167, al pasar de ¢816.026 en 2024 a ¢889.193 en 2025, impulsado por rentas de la propiedad y el salario. No obstante, la población ocupada allí sí creció al dar un salto de 128.569 a 138.299 personas.
En todas las seis regiones del país, la pobreza general —tanto extrema como no extrema— se redujo en el 2025, precisamente impulsada por la mejora en los ingresos de los hogares.
A nivel nacional, el indicador se ubicó en 15,2%, equivalente a 286.365 hogares.
Factores coyunturales
Andrés Fernández, economista del Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), explicó que esta tendencia en los ingresos —que incide directamente en la pobreza— obedece a factores coyunturales y no a cambios estructurales en la economía.
“Ya son dos años consecutivos en que se mantiene esta tendencia”, señaló Fernández, quien añadió que puede atribuirse, en parte, al aumento del empleo informal, un sector altamente vulnerable a los vaivenes económicos y con trabajos poco estables.
El economista también indicó que los hogares registraron aumentos en los ingresos provenientes de otras fuentes, principalmente lo que se conoce como transferencias no registradas, donde se incluyen ayudas, regalos, donaciones y regalías en especie.
Según Fernández, este componente tiene mayor incidencia fuera de la región Central. Agregó que, en menor medida, también influyó la jubilación de personas mayores de 65 años.
“Son factores más coyunturales que estructurales”, afirmó el especialista, al advertir que este fenómeno podría no ser sostenible en los próximos años y derivar en un eventual repunte de la pobreza.
Daniel Ortiz, director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), coincidió en que la mejora reciente en los ingresos no parece estar asociada necesariamente a una mayor actividad económica ni a un mayor dinamismo del consumo o del crédito.
“De acuerdo con la Enaho, no es únicamente un tema de transferencias. Pareciera que ayudaron la inflación (que es negativa) y el aumento de los ingresos, en particular de los autónomos”, agregó Ortiz.
En su más reciente informe, el Programa Estado de la Nación (PEN), con base en datos de 2024, indicó que la reducción significativa de la pobreza y de la desigualdad del ingreso en el país respondió a factores ajenos al crecimiento económico y al acceso a empleos formales para los hogares de menores ingresos.
El informe advierte de que la disminución se asocia principalmente con elementos endebles. “Su ligamen con el crecimiento económico es más circunstancial e indirecto y puede depender, también, de otros factores no económicos”, asevera el PEN.
La mejora en los ingresos de los hogares que dejaron de ser pobres en 2024 obedeció principalmente al empleo informal, la reducción del tamaño del hogar, el aumento de ingresos provenientes de fuentes no registradas y la recepción de más pensiones.
El acceso a un empleo formal tuvo mayor relevancia en la región Central, mientras que los ingresos no registrados y el aumento de las pensiones resultaron más determinantes en las regiones costeras, según el PEN.
Adicionalmente, el Estado de la Nación señaló que grupos criminales invierten sus ganancias en pequeños comercios de los territorios que controlan, en su mayoría informales y con bajo nivel de inversión inicial.
Estos efectos negativos se observaron con mayor intensidad en las zonas costeras de Guanacaste, Puntarenas y Limón, donde se registraron las mayores tasas de homicidios en el periodo 2023-2024.
El exviceministro de Hacienda, José Francisco Pacheco, había comentado que algunos efectos económicos ligados al crimen organizado podrían ser el aumento de la economía informal y un mayor desempleo por el cierre de empresas, entre otros.
