CES Las Vegas, quizás la feria de aparatos electrónicos más importante en el mundo, culminó su edición 2018 con un despliegue importante en robótica para el hogar. Desde la nueva versión del perro robótico Aibo de Sony, hasta un doblador de ropa automatizado, la oferta en este campo se puede calificar como deslumbrante sin temor a equivocarse.
Pero cabe preguntarse si los avances que vimos en la feria tecnológica son realmente innovadores. ¿Hubo alguna propuesta que pueda cambiar las vidas de las personas con el auxilio de los robots?
Si obviamos los gazapos en la feria, como la de la presentación de LG cuando su robot para el hogar Cloi quedó penosamente en silencio ante las preguntas insistentes del jefe de mercadeo de LG David Vanderwaal, la respuesta más justa sería decir que hubo avances muy significativos. Pero todavía estamos lejos de un mercado activo de productos robóticos que solventen problemas de la vida diaria.
A continuación resaltamos algunas propuestas interesantes.
Quizás la más impresionante –aunque también podríamos describirla como impactante– es Sofía, la robot de la empresa Hanson Robotics. El robot con forma humanoide es tremendamente expresivo para una máquina. Una piel sintética llamada Frubber cubre todos los mecanismos que logran más de 60 expresiones faciales. En las demostraciones realizadas en la feria, Sofía caminó gracias a unas piernas robóticas de la empresa coreana DRC-HUBO.
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Y aunque verla caminar tortuosamente es terriblemente acongojante, Hanson Robotics espera que próximamente sus robots puedan correr y jugar en un campo de futbol.
Sony impresionó a muchos con la versión 2018 de su perro robótico Aibo. Introducido al mercado japonés hace 19 años como juguete robótico, el de hoy es mucho más inteligente, más expresivo y con una carcasa mucho más orgánica y menos cuadrada que el modelo de 1999.
Aibo tiene una cámara en la punta de su nariz que le ayuda a identificar a diferentes miembros de la familia y, de acuerdo con la interacción que cada miembro tenga con el perro robótico, así será su respuesta.
Aibo, que en japonés significa compañero o amigo, utiliza una cámara en la base de su cola para ubicarse en el entorno y no chocar con objetos. Tiene dos pequeñas pantallas OLED en lugar de ojos que logran la perfecta expresión de ternura. Por su parte, Aflac, la empresa de seguros estadounidense, presentó un robot con un objetivo menos lúdico pero de impacto positivo.
En un proyecto conjunto con los diseñadores de juguetes Sproutel, la aseguradora mostró una versión robotizada de su mascota –un pato blanco de pico naranja– que tiene fines terapéuticos para niños enfermos de cáncer.
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El pato tiene sensores en varias partes del cuerpo que cuando los niños lo acarician reacciona de diferentes formas: con un jovial graznido o moviendo las alas y la cabeza. El pato de Aflac trae unas fichas con un radiotransmisor que los niños pueden usar para indicarle al pato cómo se sienten (felices, tristes, cansados, o con malestar), y la mascota reaccionará de acuerdo al estado de ánimo del niño.
Cuando los niños reciben su dosis de quimioterapia, el robot entra en un modo especial donde emite sonidos de latidos de corazón que sirven para que el niño se relaje. Incluso se incluye en el paquete un kit administrador de medicamentos para colocárselo al robot y así el niño puede usarlo para proyectar sus emociones con la ayuda del pato.
Las aplicaciones de la robótica en CES 2018 también dieron oportunidad para fomentar la inactividad en el ser humano. El Foldimate es un aparto que automatiza el doblado de la ropa después del lavado y secado. Esta oferta se llevó el premio al aparato menos indispensable que todos los aficionados a la tecnología quieren tener.