<em>Sin embargo cuando eran bebés ir de paseo a la playa por el día era bastante más complicado. De lo que recuerdo, tal hazaña implicaba llevar el coche para las siestas, la tiendita de campaña para protegerlos del calor, una piscinita inflable para refrescarlos, agua hervida para preparar la leche especial, comida envasada, almuerzo para diez por si los monos se llevaban algo, quince cambios de ropa, siete toallas para sacudirse la arena, pañales para el agua, pañales extra por si acaso, un botiquín de emergencias por aquello de las siete plagas, un bolso con todos los juguetes plásticos del mundo y dos pares de brazos adicionales para cargar con todo...</em>