
Durante la última semana, el príncipe Harry viajó al Reino Unido para participar en eventos de caridad que apoya financieramente. En medio de esta agenda, visitó a su padre, el rey Carlos III, con quien no compartía en persona desde hacía casi dos años.
El encuentro con el monarca ocurrió en Clarence House, una de las residencias oficiales del rey en Londres. La reunión duró menos de una hora, pero generó una intensa cobertura mediática.
Pese a la cercanía geográfica entre los hermanos, Harry no se reunió con el príncipe William. En algún momento de la visita, ambos estuvieron separados por menos de 12 kilómetros, pero el esperado reencuentro no sucedió.
Según la periodista Jennie Bond, especialista en temas de la familia real británica y corresponsal de la BBC, este episodio marcó un punto de claridad para sus esposas. Tanto Kate Middleton como Meghan Markle habrían llegado a la conclusión de que el distanciamiento entre los príncipes debe resolverse solo entre ellos.
La tensión entre William y Harry se mantiene desde hace más de cinco años. El quiebre comenzó cuando Harry y Meghan decidieron abandonar sus funciones como miembros activos de la familia real y se mudaron a Estados Unidos, donde residen con sus hijos, Archie y Lilibet.
Jennie Bond explicó que la distancia entre los hermanos no es solo física. William ha permanecido cumpliendo sus deberes como heredero al trono, mientras enfrenta situaciones personales complejas. Tanto su padre como su esposa Kate reciben tratamiento por cáncer.
Mientras William se ha mostrado comprometido con el deber real, Harry ha sido percibido como distante. La tensión aumentó después de la entrevista que concedió junto a Meghan a Oprah Winfrey en 2021, donde aseguraron que existieron comentarios sobre el posible tono de piel de su hijo Archie antes de su nacimiento.
Para William, según Bond, este tipo de declaraciones provocaron un quiebre. El heredero al trono se habría sentido en la obligación de defender públicamente a su familia afirmando que no forman parte de una institución racista.
En ese contexto, la visita de Harry y el reencuentro con el rey generaron un sentimiento de molestia en William. La experta señaló que el príncipe de Gales habría conocido de antemano la decisión del rey, pero eso no evitó que sintiera cierto resentimiento.
La narrativa mediática que se generó en torno a Harry como el “hijo pródigo” habría acentuado ese malestar. Además, Bond criticó que Harry hiciera públicos detalles sobre sus donaciones caritativas, una práctica que el resto de la familia real prefiere mantener en discreción.
En palabras de la experta, el futuro no muestra señales de una pronta reconciliación. La perspectiva de William sería clara: este no es el momento adecuado para hacer las paces con su hermano.
Tampoco se prevé que esa reconciliación ocurra en el mediano plazo.
Frente a este escenario, Kate Middleton y Meghan Markle se mantienen al margen. Ambas comprendieron que el conflicto es exclusivo de los hermanos y que no pueden intervenir en su resolución.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
