La hoguera es poco, pero alcanzará para calmar los ánimos de quienes lo culpan, lo acusan, lo acosan y le recriminan que el fútbol nacional de pronto no pueda utilizar casi a la mitad de sus jugadores extranjeros, a falta del permiso de trabajo que solo Migración y Extranjería puede otorgar. La culpa no es de los clubes, ni de la Federación, ni de los jugadores; de nadie más que del periodista que expuso la situación.
Pido la hoguera, siempre y cuando alguien me corrobore que el fútbol está por encima de las leyes de un país. Siempre y cuando alguien me explique por qué los hermanos centroamericanos que vienen a Costa Rica a trabajar en labores domésticas en su casa o en la mía, cogiendo café o cortando caña sí deben estar en regla, pero no los fútbolistas ni los directores técnicos.
Pido la hoguera siempre y cuando el dirigente del Santos que le escribió al WhatsApp “dándole las gracias” por el mal provocado y hablándole del karma que le será devuelto, nos dé las gracias por restablecer el orden y colocar al fútbol en el pedestal que se merece. Podría ser un buen inicio para eximir a los clubes de impuestos, pagos a la Caja Costarricense del Seguro Social y demás cargas merecidas solo por el resto de los mortales. De paso, cuando nuestro redactor esté humeante en la consumida pira, podrían reintegrar a los otros periodistas de La Nación al chat por el cual hace sus comunicados de prensa el equipo guapileño.
Antipatriota, Ferlin Fuentes, como según me dicen por ahí le llamó un alto dirigente de la Fedefútbol, merece la hoguera, siempre y cuando logremos comprobar que fue él, y no la misma Federación, quien en julio del 2020 solicitó a Competición aprobar a los extranjeros que, aun sin permiso de trabajo, al menos hubiesen iniciado el trámite. A mí qué si Unafut ni siquiera eso ha exigido, a mí qué si los equipos se desentendieron desde entonces, a mí qué todo, mientras Ferlin Fuentes sea el culpable.
Junto a él que vaya a la hoguera quien se atreva a decir que la pandemia no es excusa. ¡Hereje! Claro que es motivo válido. Que arda a fuego lento quien recuerde que Migración reanudó funciones en octubre del 2020 (hace año y medio). ¡A qué oficina gubernamental se le ocurre reanudar funciones! De por sí ya nadie vota.
Y qué le costaba, en todo caso, periodista malintencionado, hacerse de la vista gorda. Tener más tacto, pensar en el venidero clásico nacional y en los juegos de la Concacaf a la vuelta de la esquina. ¡Cómo no se detuvo a pensar en las consecuencias! Que le costaba considerar que la Liga y Saprissa se verían en desventaja ante un Herediano que tiene a sus extranjeros en regla. Por su culpa, a los periodistas de La Nación, a los que sí somos patriotas, nos tildarán de antisaprissistas, antiliguistas, antisantistas, antiselección porque ni siquiera Luis Fernando Suárez está en regla.
Pido la hoguera, no sin antes un juicio justo en el que invariablemente se le declare culpable. Mientras tanto, quienes pecaron por negligencia o descuido pod́rían bajar la cabeza, acercarse con humildad a Migración y buscar una solución. No será culpa del periodista si no les conceden una prórroga ni un proceso abreviado. Es más: se me ocurre que vaya él a pedirlo, como su último aporte a la humanidad.
Mientras tanto podemos culparlo de todos los males, de la pandemia, de las dificultades de la Sele en el inicio de la eliminatoria, del precupante resultado en las elecciones presidenciales (al abstencionismo me refiero), del alto precio de los combustibles y del resultado del clásico, por supuesto: el perdedor, lo es por su culpa; el ganador, lo es pese a él.
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