
Padres que observan impotentes cómo la desigualdad y la creciente violencia les arrebatan hijos e hijas, muchos de quienes han visto cómo les arrebatan a sus madres. Así, sigilosamente, se ha llegado a un desbordamiento del miedo colectivo que se refleja en la encuesta de octubre del CIEP-UCR, cuando las personas encuestadas clamaron por un presidente con mano dura.
Se entiende que haya un clamor, pero las consignas de “mano dura”, “no aflojar” o “poner orden” suenan a gritos de general de guerra y no a propuestas de líderes de una nación democrática, menos aún porque no van acompañadas de análisis, diálogo y respeto.
Frente a la pandemia de inseguridad, ofrecer soluciones populares ha llevado a plantear propuestas que sobreponen la urgencia sobre calidad. Primero, fue la fallida idea de cárceles en tiendas de campaña; luego, el plan de construir una megacárcel para 5.000 privados de libertad. Ambas ocultan problemas de gestión, pues el hacinamiento en los penales se había logrado reducir al 10%, pero en los últimos tres años volvió a escalar hasta un 30%, según el Informe Anual de Labores 2024 del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) de Costa Rica.
La ciudadanía debe comprender que no hay soluciones mágicas y que poner las garantías y derechos de las personas bajo una “mano dura” se puede volver en nuestra contra. Creo que hay más caminos hacia la paz, y con 20 aspirantes presidenciales participando en la próxima elección, debería haber más de una propuesta para valorar.
Tomémonos el tiempo de evaluar cada candidatura, no solo sus propuestas de castigo, sino sus medidas preventivas de inversión social, que son las que, a la postre, evitarán que sigamos hundiéndonos en el abismo de la inseguridad y la violencia.
¿Cómo combatirán la desigualdad? ¿Qué plantean para reformar el sistema educativo? ¿Para promover una cultura de paz? ¿Para impulsar la ciencia y la tecnología en la niñez y la adolescencia? La encuesta del CIEP mostró que un 55% todavía no decide su voto. Permitamos que esa decisión final refleje, no nuestro miedo, sino nuestra capacidad para informarnos y para cuestionar a las candidaturas.
Rebeca Arce Fonseca es estudiante de Comunicación Audiovisual y Multimedial en la UCR.