
Aunque la tos suele ser un síntoma común durante los cambios de clima o un resfriado, hay ocasiones en que puede esconder una condición más seria: la neumonía. En el Día Mundial contra la Neumonía, un especialista detalla las señales de alerta que requieren una consulta médica oportuna.
Lo que debe saber:
- La neumonía es una infección del tejido pulmonar que puede ser causada por virus, bacterias u hongos.
- Fiebre alta, dificultad para respirar y decaimiento son señales de alerta que requieren valoración médica.
- Adultos mayores, personas con enfermedades crónicas o defensas bajas tienen mayor riesgo de complicaciones.
No toda tos es igual
Mauricio Saldarriaga, especialista y jefe nacional de Servicios de Emergencias del Hospital Metropolitano, explica que la neumonía es una infección del tejido pulmonar, específicamente del alvéolo, que es la parte más funcional del pulmón desde el punto de vista de la oxigenación.
Las causas pueden ser bacterias y virus presentes en el aire que respiramos, especialmente cuando el sistema inmunológico está débil. Pero, a diferencia de un resfriado que afecta las vías respiratorias superiores como la garganta o la nariz, la neumonía compromete directamente el pulmón y puede provocar cuadros más severos.
El problema, añade el especialista, es que muchas personas se automedican pensando que tienen una “tos fuerte”, lo que retrasa el diagnóstico y agrava el cuadro.
En cifras, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía es la principal causa de mortalidad infantil en el mundo y la más importante dentro de las infecciones respiratorias agudas (IRA). En años anteriores, se registraron 740.180 fallecimientos de menores de 5 años; de ellos, cerca de 250.000 fueron en América Latina.
Por ello, es importante tomar en cuenta las principales señales de alerta y recomendaciones para proteger su salud y la de sus seres queridos.
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Cómo diferenciar un resfriado de una neumonía
Según el especialista, ambos cuadros pueden iniciar con tos o malestar general, pero hay síntomas que marcan la diferencia:
- Neumonía: fiebre alta, dificultad para respirar, dolor en el pecho, decaimiento intenso. Su evolución es más delicada y de mayor cuidado, en muchos casos requiere hospitalización.
- Resfriado común: congestión nasal, dolor de garganta, fiebre leve y evolución favorable en pocos días. No requiere antibióticos en su tratamiento y suele resolverse solo.
Los grupos más vulnerables
Aunque la neumonía puede desarrollarse en cualquier persona, existe un grupo específico que es más vulnerable:
- Adultos mayores.
- Personas con obesidad o diabetes.
- Personas con padecimientos que debiliten las defensas.
“En este tipo de pacientes y en el adulto mayor hay que tener más cuidado, y por eso son fundamentales las jornadas de vacunación contra la neumonía”, agregó Saldarriaga.
En casos más graves, una neumonía podría causar la muerte. Por eso, el especialista recalca que la vacunación anual contra la influenza y el neumococo es fundamental, ya que estas vacunas reducen el riesgo de complicaciones y, a la vez, evitan la sobrecarga de los hospitales.

Cómo prevenir la neumonía
Además de la vacunación, el médico recomienda mantener hábitos de vida saludables que fortalezcan el sistema inmunológico y reduzcan el riesgo de infecciones respiratorias:
- Higiene y prevención: cubrirse correctamente al toser, lavarse las manos con frecuencia y evitar exponerse a personas con infecciones respiratorias.
- Cuidado de enfermedades crónicas: quienes padecen diabetes, hipertensión o problemas respiratorios deben mantener sus tratamientos al día.
- Evitar la automedicación: el uso incorrecto de antibióticos puede enmascarar síntomas y generar resistencia bacteriana.
- Consultar a tiempo: si la tos persiste más de una semana, se acompaña de fiebre alta o dificultad respiratoria, es momento de acudir al médico.
Reconocer los síntomas a tiempo y buscar atención médica puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación grave.
